Fue todo un sarcasmo oír a Iñaki Gabilondo leyendo el punto de la Constitución europea que garantizaba la libertad de información, para pedir el sí durante la campaña del referéndum en España…
Antonio García Ramoneda
Acabo de enterarme que PRISA acaba de comprar la red de emisoras de «Ona Catalana». Creía que en la Unión europea existía algún tipo de limitación a los monopolios informativos. Por lo visto tal medida no debe afectar a los que mandan, como en Italia, y a los amigos de los que mandan, como en España. ¿O también son los que mandan aquí?
Mientras, ni los comités de sabios ni la nueva normativa sobre la televisión digital consiguen acabar con la deuda histórica de TVE. Con lo fácil que es la solución. Les propongo que privaticen la cadena pública y la vendan a PRISA; saldarían esa deuda y no creo que se resintiera demasiado el pluralismo informativo. Al fin y al cabo ambos medios siguen las mismas directrices informativas.
Fue todo un sarcasmo oír a Iñaki Gabilondo leyendo el punto de la Constitución europea que garantizaba la libertad de información, para pedir el sí durante la campaña del referéndum en España. Todavía lo es más después de enterarnos que el gobierno de Marruecos ha impedido que bajase del avión en el Sahara a todo un grupo de políticos y periodistas españoles, excepto a uno de la Ser y otro de El País. ¿Al menos tuvieron la gallardía de no bajarse como protesta por ese atentado a la libertad de información?
Y una última pregunta: ¿por qué las veces que he mandado una carta criticando al grupo del Señor Polanco, pese a ser respetuoso y educado en la exposición, ningún periódico de papel la ha publicado?