El pueblo (medieval) de Riace (Calabria) en la costa sur de Italia, era casi un pueblo fantasma hace 15 años, situado en una de las zonas más pobres del país. Las casas fueron abandonadas y la escuela del pueblo cerrada
El pueblo estaba en peligro de reducir “a cero” su población (muy envejecida), y sus residentes más jóvenes desaparecieron en las últimas décadas emigrando al norte de Italia, y al extranjero, para conseguir puestos de trabajo…
Pero económicamente y socialmente, Riace, ha visto un cambio en su destino, por la incorporación de migrantes (refugiados), que viven y trabajan como parte de la comunidad.
La iniciativa de la corporación local fue la de establecer un itinerario, financiado por el gobierno italiano, para ofrecer a los refugiados la vivienda y la formación necesaria, adaptada a la industria local. Su incorporación ha ayudado a reconstruir la población y la economía de la villa.
“No hago más que lo que creo mejor para mi pueblo”, dijo el alcalde, refiriéndose a este programa ya iniciado en 1998.
450 inmigrantes de 20 países viven en la villa de Riace. Supone un cuarto de la población total.
Surgen pequeños problemas de convivencia, pero todo es mucho menor a la alegría que supone la vida insuflada a un pueblo que estaba moribundo.
Algunos niños venidos de Etiopía han aprendido el italiano y otra segunda lengua, además de su lengua materna. Es una alegría verlos jugar por las calles.
Afganos, etíopes y eritreos víctimas de las guerras han restaurado la vida de Riace. Muchos habitantes de Riace, italianos de origen, ven a los inmigrantes como una verdadera bendición.
Redacción: Solidaridad.net