Que los servicios básicos no sean un negocio

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Este gobierno, que se dice socialista, ha subido el IVA, el pan, el gas, el gasóleo y gasolina y ahora la luz. Para nuestros ricos gobernantes esta subida de la luz les supone privarse de un café, pero qué le supone a los pensionistas, los parados, las familias que diariamente están perdiendo su vivienda, a los inmigrantes que no tienen el colchón de la familia que les asista.

Frente a esta sangrante realidad: Fenosa ganó 1.190 millones de euros (parte de nuestro dinero sirve para pagar a Felipe González 160.000 € como consejero), Endesa ganó 3.430 millones de euros (parte de nuestro dinero sirve para pagar a Aznar 200.000 € como asesor externo)… Tengamos en cuenta que de 100€ que se pagan en la factura, 53€ son del gasto real de la luz, el resto… para hacer negocio. Las tarifas que fija el gobierno se calculan por un oscuro sistema de oferta y demanda controlado por las mismas compañías eléctricas. Las que en Iberoamérica obtienen sus beneficios mientras los pobres pasan hambre y frío.


No es socialista hacer negocio con los derechos básicos: vivienda, agua, luz, pan… . La vivienda es un derecho, el trabajo y la comida son un derecho. Un derecho no se compra ni se vende. Pero hoy estos derechos son para quien pueda pagarlos… A principio del siglo XX ocurrieron una serie de huelgas en Barakaldo, Sestao, Sevilla, Barcelona, Tenerife, también en Budapest, Viena, Glasgow, en las principales ciudades argentinas… El problema de la vivienda, por aquel entonces, también era prioritario como ahora: precios y alquileres abusivos. Si a esto añadimos las subidas antes mencionadas, no tenemos razón para no organizarnos e imitar movilizaciones como estas; que no fueron de un día, como las que estamos acostumbrados aquí. Aprendamos de las luchas sociales de la historia, de las que se organizaron asociadamente, sin violencia y con permanencia y que los verdaderos ladrones vayan a la cárcel.


 


No roba quien coge una barra de pan para comer sino quien se apropia de lo que los demás necesitan para vivir. «Un gobierno que no se rija por la justicia termina siendo una banda de ladrones».