Las clínicas abortistas canalizan sus ingresos creando otras empresas de todo tipo, principalmente de servicios médicos e inmobiliarias
Dentro de las clínicas específicas de abortos, el grupo más fuerte es el de Dator (Partner Line SA).
Guillermo Sánchez preside o es consejero de cuatro clínicas de abortos y a través de sus empresas controla otras tres directamente y cuatro indirectamente. Dos clínicas (Dator y Gara: en ésta dejó de ser consejero delegado en 2005) y seis empresas suyas están en el top-19 de las vinculadas al aborto con ingresos superiores al millón de euros.
El ‘grupo’ Dator
El presidente de Dator fue accionista de la farmacéutica Bial (disuelta y refundada por sus propietarios portugueses), según el Registro Mercantil, en el que Sánchez aparece como accionista o administrador de 26 empresas. Las del ramo sanitario comparten sede con Dator, pero las hay de sectores tan variados como la enseñanza (Escuela de Negocios SA, Centro Español de Educación a Distancia-CEDED), la promoción inmobiliaria (Tensa Inmuebles, Construcciones Autoportantes, Grucopa, Guiraser Service), el transporte marítimo (Easyflet), las telecomunicaciones (Cablecan), los laboratorios farmacéuticos (Diater), los servicios recreativos (Guest Card), la producción de energía (Hidroeléctrica de Boñar), la hostelería (Model Hotels) o la informática (Roadnet). Adivinen dónde va el dinero del aborto.
Además de ser el empresario con más clínicas de aborto y con más empresas de otros tipos, Guillermo Sánchez es el que más ayudantes tiene. Con su hermano Saturnino ha coincidido en una decena de empresas, en otras tantas con Pablo Cubero y con Ramón Hernández Lorenzo en el doble. La presencia de personas de confianza de Guillermo Sánchez en consejos de administración de otras empresas en las que él no está presente, permiten deducir su papel decisivo en el negocio del aborto en Madrid (con la excepción de Callao, clínica vinculada a un grupo andaluz), Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias. Con las dos clínicas de Sergio Muñoz (El Bosque y Los Arcos) conecta al sentarse, él y sus dos colaboradores más directos, junto con Muñoz, en el consejo de administración de la clínica de abortos de Zaragoza (Actur).
En Madrid, la clínica Isadora no pertenece a Sánchez, pero uno de sus administradores, Javier Hidalgo, es junto con Muñoz administrador de otra sociedad médica (SJS). Hidalgo, a su vez, fue administrador de una empresa extinta, Clilab, en cuyo consejo coincidió con el jefe de la clínica barcelonesa D’Ara, Santiago Barambio, que también es presidente de la asociación Acai. También fue consejera de Clilab la portavoz y ex presidenta de Isadora, Marisa Castro, que en sus tiempos de diputada por Izquierda Unida, en marzo de 2003, espetó al Gobierno de Aznar un grito de «¡Asesinos!» que hubo de ser suprimido del Diario de Sesiones. Castro, que ya en 1986 era relaciones públicas de Dator y presidía la Asociación de Planificación Familiar de Madrid, defendió también la eutanasia en el Parlamento. Antes, entre 1991 y 1999, fue concejala de IU en el Ayuntamiento de Madrid.
Santiago Barambio, la cara visible de Acai
El presidente de la asociación de clínicas abortistas Acai es Santiago Barambio, que tiene una clínica en Barcelona (D’Ara, antes Tutor Médica), además de una empresa de servicios (Magda Factoría) y una residencia (Centre d’Atenció Residencial Especialitzada, comparte sede con la anterior y se creó en 2003, cuando Barambio dejó de presidir Residencias Aidar).