Rebeca, víctima de Boko Haram: “Mi Fe me ha enseñado a perdonar”

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Rebeca Bitrus fue víctima del grupo yihadista Boko Haram. Estuvo secuestrada durante dos años por los terroristas, perdió a un hijo a manos de ellos y quedó embarazada después de sufrir numerosas violaciones.

Rebeca estudió hasta la Educación Secundaria y luego comenzó a vender fruta en la calle. Casada en 2010 vivía junto su marido Britus cerca de Baga (Nigeria), “no creía nada de las actividades de Boko Haram”. Cuando este grupo terrorista invadió Baga el 21 de agosto de 2014, ella fue secuestrada junto con sus dos hijos: “Entraron en el pueblo matando a muchos hombres, cogieron a las mujeres y a los niños. A mí me ataron y me arrastraron junto con mis dos hijos”.

Fue llevada a un campo de entrenamiento en el que vivió durante dos años sin saber nada de su familia. En el viaje al campamento mataron a su hijo arrojándolo a un río porque no paraba de llorar.

Una vez en el campamento todos las mañanas obligaban a las mujeres a practicar el rezo del Islam. Ella al principio no sabía cómo hacerlo, la pegaban. Después hacía que rezaba: “Me ponía de rodillas con la cabeza en el suelo, como hacen los musulmanes, pero en realidad hablaba a Jesucristo, cuando gritaban Allahu akbar, yo rezaba en mi interior: Jesús sálvame. Siempre tuve la certeza de que Dios estaba conmigo”.

En este tiempo la dijeron que tenía que memorizar unos versículos del Corán como paso previo a ser utilizada como mujer-bomba: “quería hacerlo, porque sabía de un grupo de chicas que se escaparon al desactivar a última hora su cinturón”. Pero fue descartada porque desconfiaban de ella por su compromiso anterior con la fe católica. Sin embargo la utilizaron como esclava sexual, fruto de las continuas violaciones a la que fue sometida nació un hijo.

“Lo peor era cuando te trasladaban de un lugar a otro en unos camiones con una sustancia picante que utilizaban para castigarnos, era horrible.”

“Lo que motivó mi huida fue mi fe”

Dos años más tarde, en 2016 los soldados del ejército localizaron el campamento en el bosque donde estaba situado el campamento. “Era de mañana y aproveché la situación de pánico y me metí bosque adentro con mis dos hijos”. La Fe de Jesucristo fue la que motivó su huida.

Asustada, corrió durante días hasta que se encontró con un grupo de la etnia nómada de los fulani: “levanté mis manos al ver que creía que yo era de Boko Haram, me preguntaron que si conocía lo de las mujeres raptadas y dije que sí, que yo era una de ellas”.

Al cruzar un río quiso dejar en la otra orilla al hijo pequeño nacido por las violaciones, no lo quería: “Quería irme sin Cristóbal, pero me crucé con un hombre que me convenció para que no lo hiciera. No lo hice, además nos pagó un viaje para los tres”.

“Fue Jesucristo quien me salvó, el que me ayudó a escaparme del campamento”. Una vez llegó a la ciudad de Nigeria conoció a un sacerdote nigeriano quien la ayudó y la prestó toda la atención necesaria. Desde entonces cambió mi vida. Me preguntaba muchas veces qué hacer con mi hijo, porque cada vez que le veía me acordaba de todo el sufrimiento que me provocaron los terroristas. “Yo no quiero a ese niño, decía, si queréis llévatelo porque me recuerda todos los malos momentos que he vivido”. Pero le dijeron que el mismo Dios que le había salvado le iba a ayudar para que ese niño no fuera como su padre. “Después cogí cariño a ese hijo y es uno más de la familia”.

“las enseñanzas que he recibido de la Iglesia y de Jesús me han llevado a perdonar, no tengo más remedio que perdonar”.

“No tengo más remedio que perdonar”

En el encuentro cuando fue preguntada por si había logrado perdonar a sus captores ella respondió: “las enseñanzas que he recibido de la Iglesia y de Jesús me han llevado a perdonar, no tengo más remedio que perdonar”. En el encuentro no abandonó de sus manos un rosario: “Con rezo y fe es posible la paz en mi pueblo”. De momento no volverá a su pueblo porque está arrasado por Boko Haram.

Miguel Zamorano

Solidaridad.net

Nota: El acto donde se presentó su testimonio fue organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada