El 12 de junio se celebrará EL DIA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL, con palabras de la OIT. Nosotros denunciamos esta hipocresía no es trabajo infantil, es esclavitud infantil. El orden económico vigente ha convertido el trabajo esclavo de los menores en un instrumento de competencia en los circuitos comerciales internacionales. Poderosas empresas utilizan a los menores mediante subcontrataciones en países del tercer mundo, con el fin de abaratar unas mercancías que vende en otros lugares, y que los menores nunca llegan a disfrutar. De esta forma la explotación laboral de los desamparados está aumentando en todos los sectores, tanto en la agricultura como en la industria y en los servicios.
Recogemos algunas efemérides que podemos utilizar para denuciar la esclavitud infantil
- 04 Jun – Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de la Agresión.
- 16 Abril. Aniversario de la muerte de Iqbal Masih. Día mundial contra la Esclavitud Infantil
- 1 Mayo . Día Internacional del Trabajo
- 12 Junio. Día Mundial Contra El Trabajo Infantil
- 31 Agosto – Día Internacional de la Solidaridad
- 20 Noviembre – Día Universal del Niño. Día Internacional de los Derechos del Niño
- 02 Diciembre – Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud.
- 10 Diciembre – Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Día Internacional de los Derechos Humanos
- 30 Enero. Día Escolar por la No Violencia y la Paz
Nadie sabe exactamente cuántos niños y niñas están sometidos a esta esclavitud. La OIT los ha cifrado en 250 millones (entre los 5 y 14 años), pero no existen estadísticas fiables puesto que buena parte de la explotación laboral infantil es clandestina o se realiza en sectores económicos informales. Los analistas hablan de que en el año 2000 pueden ser 400 millones los menores sometidos a la esclavitud, la mayoría en los países pobres. En África uno de cada tres niños; en Latinoamérica uno de cada cinco; en Asia son casi 200 millones. Trabajan tejiendo alfombras en Pakistán, como sirviente en Arabia Saudí, en los lavaderos de oro en Perú, en las fábricas de ladrillos en Colombia, en los basureros en Guatemala, como jornaleros en Brasil, cargando compras ajenas en los mercado de Méjico, respirando en las plantaciones, quemándose los pulmones en industrias químicas, como soldados reclutados a la fuerza, como vigilantes o «camellos» en el narcotráfico, explotados en la prostitución en burdeles de medio mundo…
Nos encontramos así en millones de niños y niñas condenados a la esclavitud, con la pasividad o complicidad de los organismos internacionales y de los gobiernos que son los responsables de las políticas económicas que generan la pobreza de la inmensa mayoría de la población.