La reforma laboral hecha en el marco impuesto por el imperialismo económico para España tiene como principal objetivo marcar las pautas de la relación trabajo-capital del siglo XXI donde el primero se someta al segundo definitivamente, sino lo estaba ya bastante.
Esta reforma es una vuelta de tuerca a las condiciones de contratación ya la definitiva retirada del sindicalismo del escenario de las decisiones. Sindicalismo neutralizado por la vía de la subvención y la corrupción interna. Otro sindicalismo es necesario más que nunca, que defienda a los trabajadores y sobre todo a los más explotados.