Era una posibilidad con la que en los corrillos de Londres se venía especulando desde el 23 de junio, cuando el Leave ganó el referéndum. ¿Qué puede hacer el Reino Unido si al final pierde el acceso al mercado único europeo de 500 millones de ciudadanos? ¿Cómo puede seguir siendo competitivo económicamente?
Pues convirtiéndose en una suerte de paraíso fiscal gigante, jugando a los impuestos bajos para atraer a las grandes multinacionales. Es decir, copiar la estrategia que ha venido siguiendo Irlanda con gran éxito, pero de un modo todavía más agresivo, toda vez que los británicos estarían fuera de Europa y serían libres de rebajar su fiscalidad sin cortapisas comunitarias.
La gran novedad de este domingo es que el ministro de Economía, el moderado Philip Hammond, opuesto al sector brexiter del Gobierno, reconoció por vez primera que la vía del paraíso fiscal puede ser la salida para la Gran Bretaña post Brexit. El líder laborista Jeremey Corbyn, más bien euroescéptico, advirtió de los riesgos: «Es la receta para generar una guerra comercial con Europa. No es muy sensato. Es una estrategia extraordinariamente arriesgada».
«El país no se rendirá, haremos lo que tengamos que hacer para seguir siendo competitivos»Philip Hammond
Lo cierto es que Theresa May ya había insinuado que los impuestos bajos para las empresas serán una de las bazas del Reino Unido post Brexit. A finales del año pasado, en un discurso ante empresarios, prometió que el país tendrá el impuesto de sociedades «más bajo del G20». Ahora mismo está en el 20% (25% en España), pero se ha anunciado que en 2020 será del 17%, y hasta se especula con que podía quedar en el 15%.
El Reino Unido, en su día una potencia fabril donde nació la revolución industrial, es hoy un país de servicios. Su primera industria es la City de Londres, especializada en seguros y finanzas, con 450.000 empleos directos. A pesar de que con su chovinismo habitual los británicos se ufanan de sus plantas de automoción, lo cierto es que fabrican la mitad de coches que España. Dejar el mercado único y la unión aduanera, como parece que pretende May, sería un mazazo para la City, que trataría de resarcirse ofreciendo ventajas fiscales agresivas.
Votó por el Remain
Hammond insinuó la vía del paraíso fiscal en una entrevista con el diario alemán «Welt am Sonntag». Cuando le preguntaron por esa posibilidad, respondió: «A muchos de nosotros que votamos por la permanencia nos gustaría que el Reino Unido mantuviese un reconocible estilo de economía europeo, con impuestos tipo europeo y regulación a la europea. Personalmente espero que podamos mantenernos en la corriente del pensamiento económico y político europeo. Pero si nos fuerzan a ser algo diferente, entonces lo seremos».
El ministro advirtió que si se les cierra el mercado único, «el país no se rendirá, haremos lo que tengamos que hacer para seguir siendo competitivos». Lo que se ha interpretado como una alusión al paraíso fiscal.
Cierre de fronteras y control de ciudadanos de la Unión Europea
“Recuperaremos el control de nuestras leyes y pondremos fin a la jurisdicción del Tribunal Europeo en el Reino Unido», dijo May en su discurso. «Quiero que quede claro que lo que estoy proponiendo no puede suponer la permanencia en el mercado común».
Dicha permanencia, afirmó, significaría aceptar las cuatro libertades de la UE —libertad de movimiento de bienes, servicios, capital y personas— y «ajustarnos a las normas y reglamentos que regulan esas libertades».
En la práctica, May aseguró que eso implicaría «no abandonar la UE en absoluto». En lugar de permanecer en el mercado común, el Reino Unido buscará «el mayor acceso posible al mercado común a través de un acuerdo de libre mercado nuevo, ambicioso y amplio».
En definitiva, R.U. quiere aprovechar al máximo una relación comercial con Europa, pero sin compromiso con los ciudadanos migrantes, muchos de ellos de países del este y de países mediterráneos, que hacen posible la construcción económica y enriquecimiento de su país.
Robo económico y murallas para los pobres, son los signos de estos tiempos, tendremos que invertirlos…
Redacción: solidaridadnet