Llevamos años amamantando al tirano útil. Llevamos años sosteniendo los grilletes que los amos del norte del Magreb han usado para encadenar a sus pueblos.
Unos tiranos que han mantenido el
orden en sus regiones mientras nos suministraban su petróleo, su gas, su uranio,
sus energías limpias, sus playas y sus pirámides, sumiendo a sus gentes en la
miseria. Unos tiranos que han puesto fielmente los candados y han subido las
vallas, convirtiendo al Magreb en una gigantesca alambrada que ha ido dejando un
reguero de muertos porque el camino para los pobres cada vez es más largo. Unos
tiranos que han convertido sus países en grandes maquiladoras donde nuestras
empresas salvan la crisis, porque allí todo son ventajas para ellas y recortes
en los derechos laborales más elementales para los africanos.
dientes, enseñándolos a "bien" matar, formando sus ejércitos y sus policías,
suministrando la más alta tecnología militar, años estrechando sus manos, unas
y otras manchadas de sangre.
Llevamos años aplastando y
acallando el grito de libertad de estos pueblos. Y ahora, de pronto, parece que
los descubrimos.
Lo cierto es que el cinismo y la
hipocresía de Occidente no conoce límite. Pero las ansias de libertad de los
pueblos no se matan, no hay grilletes que puedan sujetarlas eternamente. La
capacidad de lucha y de sacrificio por un ideal es infinita. Y eso, señores
Obama, Sarkozy y Zapatero, ni se compra ni se vende