Rwanda: la injusticia continúa.

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Un panorama visto desde el ángulo de los vencidos, esto es, desde la mayoría de la población. La gente está angustiada; algunos enferman. ¿Se camina hacia la reconciliación? Catorce años después del genocidio, dieciocho años después del comienzo de la guerra, ¿cuál es la situación de la población ruandesa?

Entresacamos algunos párrafos del texto, “Ruanda, ¿hasta cuándo?” de Musa el 28 de marzo 2008. Traducción de Ramón Arozarena.

Los Gacaca

Institución tradicional cuya finalidad es la reconciliación. Gracias al apoyo económico de la Comunidad internacional, la jurisdicción gacaca entró en funcionamiento el 15 de enero de 2005 para acelerar el examen de los 130.000 encarcelados acusados de genocidio. En realidad, en lugar de resolver los problemas de los ruandeses, ha sembrado en el país miedo e injusticia y sigue llenando las cárceles, empobreciendo a los hutu y empujando a otros al exilio. Los supervivientes del genocidio tutsi pueden permitirse mentir para enriquecerse, apartar a los hutu de la vida política, de la economía, de la vida social. Muchos hutu que tienen un puesto deseado o que han logrado una buena posición económica, son acusados de genocidio. La injusticia llega hasta la violación de las mujeres o hijas de los acusados como precio para evitar la cárcel. Si ellas rehúsan, sus familiares acusados no tendrán oportunidad de escapar del encarcelamiento de por vida o por 30 años, a no ser que logren huir para morir en otro país. Así es como nuestras mujeres, hermanas e hijas son violadas por militares, supervivientes, jueces de Gacaca y autoridades. Y lo que es todavía peor, es que algunas de ellas han sido infectadas de SIDA.  Ha habido acusados que han sido engañados por los jueces, que tras haberles pedido dinero a cambio de absolución les han acusado de nuevo: « Si sois inocentes, ¿por qué habéis tratado de corrompernos? ».

Los secuestros y asesinatos continúan, bajo el mando del general Emmanuel Ndahiro y del coronel Rushema, responsables de la DMI, (centro de inteligencia militar).

La radio dice siempre: « asesinado por desconocidos ». ¿De dónde pueden venir esos desconocidos que asesinan a la gente en un país en el que los militares están en todas partes? Estos asesinatos tienen como efecto la intimidación de la población, para que todo el mundo permanezca sumiso al poder.

La prensa y la libertad de expresión sofocadas

Los periodistas y directores de periódicos que no se inclinan ante el régimen son convocados regularmente y acusados de sembrar la inseguridad y de colaborar con el enemigo del país, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

Extinguir la democracia en Rwanda

Para controlar mejor el poder, la economía, la vida social del país, el poder de Paul Kagame y de su grupo – algunos de ellos han sido encausados por un magistrado francés y otro español – sigue aterrorizando, matando y secuestrando a hutu y a algunos tutsi que osan reivindicar sus derechos.

 Monopolización del poder

Nadie tiene derecho a criticar el régimen. Si alguien se atreve a preguntar a dónde vamos de este modo, se le acusará de ser genocida o colaborador con el enemigo, de tener la ideología genocida y divisionista, de ser un ladrón. Nadie está autorizado a formar un partido político. Los partidos, presuntamente de oposición, están agrupados en el Forum del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que, en consecuencia, los controla.

Actualmente, el poder está formando a jóvenes milicianos que trabajarán durante las elecciones legislativas de septiembre de 2008 y presidenciales de 2010, reconstruyendo y fortaleciendo el grupo que ya había actuado durante las elecciones de 2003. Cada célula elige y envía para que se formen diez jóvenes; oficialmente, deben ayudar al FPR durante sus reuniones y actividades, pero en realidad todo deja entender que supervisarán e intimidarán una vez más a los electores. No llevan uniforme, pero van armados. Su formación militar se hace a escondidas.

Monopolización de la vida social

La segregación reina en la enseñanza secundaria y superior. Los hijos de los supervivientes y de los miembros del régimen estudian gratuitamente y son ayudados desde la escuela secundaria hasta la universidad. Ocupan todas las plazas en Derecho y Medicina y a ellos se destinan todas las becas en el extranjero. Los hijos de los hutu estudian sólo gracias al esfuerzo de sus padres o de sus hermanos, ya que muchos de los padres perecieron en  la República Democrática del Congo (RDC) o se encuentran en la cárcel. Sus familias venden una parte de la cosechas de sus pequeños campos o cabezas de ganado menor para permitirles terminar al menos los estudios secundarios.

Monopolización de la economía

La monopolización del poder permite a los militares y a los dirigentes del FPR vivir en las casas de antiguos comerciantes y hombres políticos, a los que acusan de colaborar con el antiguo régimen o con las FDLR. Así, la casa del difunto Ntivumwa Vincent en el barrio comercial de Kigali está ocupada desde 1994 por el general Karenzi Karake, (en la lista, por crímenes de guerra, del auto de procesamiento contra 40 altos mandos militares ruandeses emitido el 6 de febrero de 2008 por el Juez Fernando Andreu). Casi todo el comercio esta en manos de oficiales superiores, miembros del poder y de quienes lo apoyan; todos ellos ocupan también una gran parte de las tierras de la provincia del Este, destinándolas a pastos: cada uno posee 35 hectáreas. Los miembros del poder gozan de créditos sin condiciones de los bancos; por el hecho de que a veces son insolventes, algunos bancos han tenido dificultades.

Inseguridad en la región

La inseguridad que sigue reinando en la República Democrática del Congo, Burundi y Ruanda está alimentada en buena medida por el régimen ruandés para proteger el poder recuperado en 1994 y realizar todos sus objetivos. En este contexto, en la República Democrática del Congo, el ejército ruandés infiltra la provincia de Kivu Sur y ocupa clandestinamente la de Kivu Norte; se declara que se trata de la guerra de Laurent Nkunda, pero es una guerra de Ruanda contra este país

En el FPR hay un servicio encargado del comercio; en este contexto se ocupan de la exportación ilegal de las riquezas mineras de la República Democrática del Congo, sobre todo del coltán, casiterita y oro. El presupuesto de Ruanda de 2008, lo mismo que el de 2007, prevé esta guerra que permitirá conquistar el este de la RDC e instaurar el imperio MIA.

Actitud de la Comunidad Internacional

La política de intimidación, de terrorismo, de segregación, que reina en Ruanda, está a la base del sufrimiento en el país y de la guerra y desastres en los dos Kivu, donde ya no existe confianza entre tutsi, hutu y resto de etnias del Congo. Este poder se asemeja al régimen de apartheid de Sudáfrica. Y a las diferentes dictaduras que han asolado el mundo en el siglo XX y hasta ahora en algunos lugares. Lo que sorprende es el hecho de que la comunidad internacional rehúsa abrir los ojos ante esta situación y permite que la población siga pereciendo  bajo la espada del régimen de Kagame y de su grupo. Peor todavía, muchos países, y sobre todo EEUU y Gran Bretaña, siguen sosteniendo financiera, política, diplomática y militarmente esta dictadura.

El presidente de USA ha declarado que Paul Kagame es su amigo personal; el antiguo presidente Clinton y el ex-primer ministro británico Blair declaran también ser los consejeros particulares del presidente Kagame. Las autoridades americanas y británicas, que deberían apoyar los mandatos de arresto internacional lanzados por los magistrados francés y español, lo impiden. ¡Sin embargo se proclaman promotores de la democracia en el mundo!