SAN FRANCISCO de ASÍS, EJEMPLO de DIÁLOGO; según un MUSULMÁN

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Conferencia en la ONU del profesor Seyed Hossein Nasr. El ejemplo de san Francisco de Asís es un modelo para las relaciones entre el islam y el cristianismo, asegura un exponente musulmán experto en historia islámica. El profesor Nasr recordó que por este motivo la mayoría de los ciudadanos de Oriente Medio y de los países árabes invitan a los franciscanos a hacerse promotores de sus derechos, a través de la Franciscans International, organización creada por los religiosos..

Nueva York, 8/10/2003.- El ejemplo de san Francisco de Asís es un modelo para las relaciones entre el islam y el cristianismo, asegura un exponente musulmán experto en historia islámica. Seyed Hossein Nasr, professor de estudios islámicos en la George Washington University, hizo referencia a la figura del fundador de los franciscanos en una conferencia pronunciada en la Sede de las Naciones Unidas de Nueva York el pasado sábado sobre «Islam y Occidente». El profesor y autor de libros de renombre mundial habló de la visita que hizo el santo de Asís en 1220 al sultán de Egipto, Malek el Kamel, episodio que presentó como ejemplo para la comprensión entre las diferentes religiones.

En aquella ocasión, el sultán le dio a san Francisco las llaves de su mezquita, pues había comprendido que el Dios al que rezaban era el mismo, explica «Radio Vaticana», que este miércoles ha ofrecido una crónica de la conferencia. El profesor Nasr recordó que por este motivo la mayoría de los ciudadanos de Oriente Medio y de los países árabes invitan a los franciscanos a hacerse promotores de sus derechos, a través de la Franciscans International, organización no gubernamental creada por los religiosos.

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«Señor, haz de mí un instrumento de tu paz».

San Francisco de Asís

«La razón de la sinrazón se llama GRATUIDAD».

San Francisco de Asís

RACIÓN ATRIBUIDA A SAN FRANCISCO

Señor, haz de mí un instrumento de tu Paz:
Donde hay odio, que yo lleve el Amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el Perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la Unión.
Donde hay violencia, que yo lleve la No-violencia (1)
Donde hay duda, que yo lleve la Fe.
Donde hay error, que yo lleve la Verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la Esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la Alegría.
Donde hay tinieblas, que yo lleve la Luz.

Maestro, haz que no busque:
Ser consolado, sino consolar.
Ser comprendido, sino comprender.
Ser amado, sino amar.

Porque es:
Dando, como se recibe.
Perdonando, como se es perdonado.
Muriendo, como se resucita a la Vida Eterna.

(1) El versículo 5º es una interpolación posterior usada en la práctica del «Día Escolar de la No-violencia y la Paz»

CÁNTICO DEL HERMANO SOL

Por San Francisco de Asís

Altísimo, omnipotente, buen Señor:
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor
y toda bendición; a ti sólo, Altísimo, pertenecemos,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, por todas tus criaturas,
especialmente por el señor hermano sol el cual nos trae
el día y por el cual nos iluminas, y qué bello es y qué radiante
es su esplendor: de ti, Altísimo, lleva semejanza.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas:
en el cielo las has formado claras, preciosas y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento, y por el aire,
y el tiempo bueno y el tormentoso, y todo tiempo, por el cual a
tus criaturas das el sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana
agua, la cual es muy útil, y humilde y preciosa y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego, por el cual
alumbras la noche, y es bello y poderoso y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra
hermana la madre tierra, la cual nos alimenta en su soberanía,
y produce frutos diversos con vistosas flores y hierbas.
Loado seas, mi Señor, por los que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación; dichosos aquellos
que lo sobrellevan con paz, pues por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor, por nuestra Hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar:
¡ay de aquellos que mueren en pecado mortal!
¡dichosos aquellos a quienes hallará
en tu santísima voluntad, porque la muerte segunda
no les hará mal! ¡Alabad y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con grande humildad!