El silencio de UGT y CC.OO, la pasividad de la Guardia Civil y la complicidad de los alcaldes de Palma del Río, Posadas y Hornachuelos convierten a la comarca cordobesa de la vega del Guadalquivir en un polvorín
La recolección de la naranja se vieron ayer violentamente interrumpida en los municipios cordobeses de la Vega del Guadalquivir en donde piquetes descontrolados, instigados por el dirigente del SOC, Juan Manuel Sánchez Gordillo, levantan los tajos y expulsan a los trabajadores extranjeros de las cuadrillas, pese a que estos cuentan con todos sus requisitos legales para trabajar en España.
Esta actuación xenófoba, con la que se persigue expulsar del campo a los trabajadores que no tengan la nacionalidad española, cuenta con la anuencia y la complicidad de los alcaldes de Palma del Río, Posadas y Hornachuelos, en concreto el alcalde de este último pueblo ha dirigido una carta a las empresas agrarias de su municipio afiliadas a ASAJA-Sevilla «instándoles a contratar preferentemente» a los trabajadores de Hornachuelos (ver documento adjunto).
Este tipo de cartas ponen de manifiesto que la xenofobia se ha extendido ya incluso a las instituciones, y desde los propios ayuntamientos se lanzan amenazas veladas a los empresarios agrícolas aconsejándoles que no contraten inmigrantes, pese a que en ejercicios anteriores han sido esos mismos inmigrantes, muchos de ellos arraigados ya en nuestros pueblos, quienes han salvado las campañas de recolección ante la casi total ausencia de mano de obra nacional.
Con esta actitud, el alcalde de Marinaleda y quienes le secundan, entre ellos los dirigentes de CC.OO. y UGT con su silencio cómplice, están atentando contra la libertad de trabajadores y empresarios y poniendo en peligro el desarrollo de una de las campañas de recolección que más empleo generan tras la de la aceituna. Las poco más de 65.000 hectáreas de cítricos con las que cuenta nuestra región generan más de 5 millones de jornales, y en concreto en las casi 10.000 hectáreas de cítricos con que cuenta la provincia de Córdoba se generan casi un millón de jornales.
Desde ASAJA exigimos a los alcaldes que recuperen la cordura y a la Guardia Civil que pongan fin a este atropello y que garantice que aquel que quiera trabajar, independientemente de su nacionalidad, pueda hacerlo, de lo contrario estará contribuyendo a avivar la llama racista que Sánchez Gordillo y los dirigentes del SOC pretenden extender por todos los pueblos de Andalucía, en los que en las últimas campañas habían trabajado codo con codo emigrantes y trabajadores nacionales.
Con la grave crisis que estamos atravesando, en Andalucía no nos podemos permitir la frivolidad de perder una campaña de recolección. El sector de los cítricos aporta más de 500 millones de euros a la producción final agraria y además es una de los que más empleo femenino genera tanto en recolección como sobre todo en el manipulado de la fruta en los almacenes.
Nota de ASAJA Sevilla