Estas últimas semanas se ha intensificado la batalla en la calle por “la sanidad pública y universal” y verdaderamente es algo por lo que debemos luchar. El futuro se presenta oscuro, el capital quiere ganar esta guerra, por encima del hombre, por encima del bien común….pero ¿lo que hemos tenido hasta ahora nos vale?
1. Un poco de historia
La Seguridad Social como tal, nace en la Europa del siglo XIX como consecuencia del proceso de las fuertes luchas de los trabajadores durante la industrialización; la protección a la salud adquiere dimensión universal en 1948 con dos acontecimientos:
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Creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948 (El organismo de la ONU especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial)
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Declaración universal de los Derechos Humanos: «Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios» (Párrafo 1. Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos 1948)
2. 62 años después ¿podemos hablar de sanidad universal?
Si miramos al mundo encontramos desigualdades terribles,la esperanza de vida al nacer de las mujeres en Japón duplica la que tienen las mujeres al nacer en Zambia, el riesgo de muerte materna durante el parto o poco después es de sólo 1 por cada 17.400 en Suecia, pero de 1 por cada 8 en el Afganistán…. Una de las causas de estas inequidades sanitarias (desigualdades evitables en el ámbito de la salud) es el gasto sanitario:
Los treinta países de la OCDE, que tienen la mayor longevidad, concentran el 90% de los gastos mundiales en salud, pero apenas abarcan el 20% de la población. En cambio África subsahariana, con el 12% de la población mundial, representa menos del 1% de dichos gastos.
Pero no por vivir en un país enriquecido, lo que llamamos «sanidad universal» se cumple y nos encontramos que en Estados Unidos murieron el año 2010 más de 26.000 personas (de entre 25 y 64 años), de forma prematura, por no contar con un seguro sanitario o como en una misma ciudad, en Glasgow (Escocia)la esperanza de vida al nacer de los varones en el barrio de Calton (barrio pobre) es de 54 años, 28 años menor que la de los varones de Lenzie (barrio rico) a unos pocos kilómetros de distancia.
3. Determinantes sanitarios
¿Cuáles son entonces los factores que más intervienen en el estado de salud de una persona o de un colectivo de personas? A esto se le llama determinates de la salud; la OMS creó una comisión que realizó un estudio durante cuatro años llegando a esta conclusión: «La combinación nefasta de pobres políticas sociales y situaciones económicas injustas está matando a la gente a gran escala» (palabras de MichaejMarmot, presidente de la comisión,presentando en 2008 el Informe sobre Determinantes Sociales de la Salud)
Este gráfico nos ayuda a completar esta afirmación; el aspecto que condiciona más la salud de las personas está relacionado en un 62% con las condiciones sociales en las que la gente nace, vive y trabaja, más que lo que interviene el propio sistema sanitario (11%)
Cada vez que un país es sometido a un reajuste estructural, las condiciones de vida de su población, en especial de los más empobrecidos, se resienten (recortes sanitarios, educativos, precariedad laboral, hambre…); los países empobrecidos llevan años padeciendo políticas de ajuste, negociadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, exigidas por los países enriquecidos para poder devolver una «deuda» injusta mil veces pagada.
En los países de la periferia de Europa estamos padeciendo ahora este mismo proceso, todo tipo de reformas y recortes que se están imponiendo a la población, muchos por la via «decreto ley», son para pagar una deuda adquirida con la banca privada ¿Qué supone para la salud de la población esta situación mantenida en el tiempo?:
*En España uno de cada diez hogares no llegan unos ingresos regulares con los que poder mantener una vida mínimamente digna. Recientemente Cáritas resaltaba que el 14% de los trabajadores no pueden sacar a sus familias adelante a pesar de trabajar ocho o diez horas diarias.
*Durante la asamblea general que la Federación de la Industria Farmacéutica Europea celebró en Sevilla (mayo 2009), la comisaria europea de Sanidad daba esta información: «existe una relación directa entre la economía y la salud de las personas, hasta el punto de que una de las consecuencias de esta crisis económica ha sido el incremento en un 25% en el número de suicidios y en un 15% el de nuevos casos psiquiátricos».
*El desempleo, el paro, el trabajo precario… crean miedo y reducen la autoestima personal, también aumenta el riesgo de padecer problemas de salud, morir prematuramente o suicidarse. El estrés crónico, por ejemplo, aumenta el riesgo de padecer depresión y enfermedades cardiovasculares, y consumir drogas. Cada problema es mucho peor aún en las familias obreras, los pobres e inmigrantes, y las madres solas con hijos (Joan Benach, Profesor de Salud Pública en la Universitat Pompeu Fabra)
4. Real Decreto Ley 16/2012
El 1 de septiembre del 2012 entra en vigor el Real Decreto Ley 16/2012. Esta reforma se anunció como: «Medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones» ; el objetivo de ahorrar 7.000 millones de euros en la sanidad.
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Con este decreto ley (via urgente) se pretende llevar a término las conclusiones del Informe Abril-Martorell impulsado por el gobierno del PSOE en 1990, donde 150 expertos aconsejaban para el sostenimiento del sistema sanitario recomendaciones como el pago directo de una parte de la asistencia sanitaria o el abono directo por parte de los pensionistas del 40% de los medicamentos para reducir el fraude, nuevas formas de contratación y de externalización de los servicios no sanitarios; en aquel momento la reacción popular impidió la introducción de las medidas más llamativas pero las medidas presupuestarias y organizativas preparatorias de la privatización se fueron introduciendo una tras otra, primero por el INSALUD central y luego por las CC.AA, independientemente del color del partido en el gobierno. Poco a poco, se fue desmontando el sistema sanitario desde dentro: Se privatizaron servicios de limpieza, cocinas, mantenimiento, lavandería, seguridad, archivo de historias, laboratorio, radiología, etc (primeras externalizaciones que se dieron en Madrid, en el hospital de Getafe y el de Leganés)
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Otro paso importante en el camino hacia la privatización del sistema sanitario en España es la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión, votada en el parlamento estatal (1997) por PP, PSOE, PNV, CiU y CC establece que todo hospital, centro socio-sanitario o centro de salud puede ser gestionado por cualquier tipo de entidades existentes en derecho; es decir, permite la entrada masiva de la empresa privada directamente en la gestión y provisión de servicios.
5. Hacia donde se encamina nuestro sistema
Como dice el profesor Joan Benach en unas declaraciones a Diario Médico «Hay suficientes indicios para pensar que no estamos sólo en un momento de recortes sino también de probabilidad y riesgo muy alto de cambio de modelo sanitario por uno doble: para ricos o para pobres» (profesor y coordinador del Grupo de Investigación sobre Desigualdades en Salud (Greds) de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y la red internacional Employment Conditions Network ).
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No solo porque con esta reforma se quiera volver a los requisitos de afiliado-cotizante para poder tener atención sanitaria, algo que pretendía superarse con la Ley General de Sanidad 1986 (donde se recoge que el derecho a la atención sanitaria no depende de unas cotizaciones en el régimen de seguridad social si no por el mero hecho de ser persona y residir en España y donde se asume la financiación total de la sanidad íntegramente con impuestos generales) sino, además por el trato inmoral hacia las personas inmigrantes en situación irregular, quedando totalmente fuera de la atención sanitaria primaria para atenderlos unicamente en una situación de urgencias que además resulta mucho más cara…¿realmente se pretende ahorrar?
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¿También se pretende ahorrar cuando en situaciones de máxima vulnerabilidad como es estar parado sin ninguna prestación, trabajar explotado y sin contrato, ser anciano y estar solo….para recibir la atención sanitaria tengas que tramitar, en un proceso de papeleo burocrático, una tarjeta para personas «sin recursos»? si según la ministra estas personas van a recibir las mismas prestaciones ¿es necesario este gasto administrativo?
6.Conclusión
La sanidad en España, ni es gratuita ni es universal, ni es pública, ni lo ha sido antes.
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No es gratuita porque la pagamos entre todas las personas que vivimos en España con los impuestos generales y con el impuesto de hidrocarburos, máximo con la brutal subida del IVA que hemos padecido en estos dos últimos años. Cualquier persona que vive en España contribuye con sus impuestos a financiar la sanidad, desde que compras una barra de pan te subes en metro o cargas el coche de gasolina, gastos que se hacen más allá de tener «papeles regularizados»
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En España la sanidad nunca ha sido totalmente universal, un estudio que se hizo en 2010 calculaba entre 90.000 y 180.000 las personas excluidas (son personas que no cotizaban a la Seguridad Social y sus ingresos superaban el umbral de la pobreza (532,51 euros), parados que han agotado el subsidio, personas que nunca han cotizado…)
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No es universal una sanidad solo por el hecho de tener una tarjeta sanitaria, una sanidad camina a la universalidad cuando busca políticas sociales donde toda persona tiene acceso a una vivienda, a un trabajo y a una educación digna ¿de que nos vale atender «gratuitamente» en el centro de salud a una persona que después vuelve a dormir en la calle o a rebuscar en la basura para poder comer?
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La sanidad no es pública porque se gestione desde el Estado, estamos viendo a donde nos lleva una gestión política que no está al servicio del pueblo… derroche, corrupcción y negocio. No podemos dejar en manos de unos incompetentes lo que sale del trabajo y el esfuerzo de millones de personas y que nos hace tan fuertes o vulnerables como la salud y la enfermedad.
Quizás este sea el momento de recuperar lo que hemos ido perdiendo como principales protagonistas de la gestión de lo «público» y organizarnos y formarnos para ello como ya hizo en España el movimiento obrero organizando las mutuas y seguros… un camino lento pero realizable
Autor: Cristina Casanova