El presidente del banco, Emilio Botín, aseguró ayer que la compra de la entidad británica, por la que pagará 13.800 millones de euros, permitirá a Santander crecer más, ganar más y dar más dividendos… nos preguntamos, ¿a costa de que? BANCA MÁS BENEFICIOS, empobrecidos y trabajadores MÁS SACRIFICIOS…
El presidente del banco, Emilio Botín, aseguró ayer que la compra de la entidad británica, por la que pagará 13.800 millones de euros, permitirá a Santander crecer más, ganar más y dar más dividendos.
Emilio Botín afronta hoy el último paso decisivo para formalizar la compra de Abbey National. Tras el visto bueno que dieron los accionistas británicos la semana pasada, la junta extraordinaria que celebra hoy la entidad en el Palacio de Exposiciones de Santander, ratificará la primera gran operación transfronteriza en Europa, que dará lugar a la constitución del octavo banco del mundo por capitalización. Botín destacó ayer que la operación supone una “transformación del sistema bancario europeo” y que permitirá al Grupo “crecer más, ganar más y dar más dividendo”.
Abbey, con una cuota de mercado del 11% en Reino Unido, aportará a Santander 741 sucursales, 18 millones de clientes y 28.000 empleados. Además elevará el valor en bolsa del Grupo por encima de los 52.800 millones de euros, con lo que Santander entrará en el club de los diez mayores bancos del mundo, un objetivo de Botín en los últimos años.
Ampliación de capital
Los accionistas del banco deberán aprobar la emisión de 1.511 millones de nuevas acciones de medio euro de valor nominal con una prima de emisión que oscilará entre un mínimo de 3,74 euros y un máximo de 8,20. También se votará la autorización para entregar 100 acciones del banco a cada uno de los empleados de Grupo Abbey National como gratificación especial con motivo de la compra de la entidad, una vez que se haya completado la operación el próximo 12 de noviembre. Esta será la primera junta de accionistas de Grupo Santander en la que se podrá asistir con la posesión de una sola acción.
Otro de los puntos del órden del día que se votará será la autorización para dar continuidad a determinados planes de opciones sobre acciones y derechos a recibir acciones de Abbey que la entidad británica tiene comprometidos con algunos de sus empleados, sustituyéndolos por opciones y derechos a recibir acciones de Santander.
Luzón: “México no va a suponer más del 4% del Grupo”
El consejero y director general de la división para América de Grupo Santander, Francisco Luzón, afirmó ayer en México D.F. que, “después de la compra de Abbey National, México no va a significar en términos de peso específico más del 4% del Grupo”.
Luzón aclaró, no obstante, que la estabilidad macroeconómica y financiera han convertido al país latinoamericano “en una de las ocho piezas fundamentales” de la entidad y en una de las prioridades dentro de sus tres pilares: la Unión Europea, América Latina y el mercado británico. El máximo ejecutivo del banco en la zona señaló que México, junto a Brasil, China, India y algún otro país asiático, serán “las auténticas estrellas del desarrollo en los próximos quince o veinte años”, informa Efe. “Este país tiene hoy los mejores fundamentos de toda la región y se dan las condiciones óptimas para afrontar un desarrollo sostenido en los próximos años con crecimientos del 5%”, lo que permitirá aumentar el nivel de bancarización.
Un voto decisivo
Los accionistas aprobarán la emisión de 1.511 millones de nuevas acciones de medio euro de valor nominal con una prima de emisión de entre 3,74 y 8,20 euros.
El consejo pedirá permiso para entregar 100 acciones del banco a cada uno de los empleados de Abbey National.
Se pedirá autorización para cambiar los actuales planes de opciones sobre acciones de Abbey por planes de opciones de Santander.
Expansion
EL SANTANDER, QUE APENAS HA CREADO VALOR PARA EL ACCIONISTA CON SU FUSIÓN CON EL BCH, PIDE HOY UN ACTO DE FE A LOS PEQUEÑOS INVERSORES PARA SU FUSIÓN CON EL ABBEY
Banco Santander celebra hoy su junta extraordinaria para pedir el visto bueno de sus accionistas a la compra del Abbey. Todo un acto de fe, ya que las fusiones no han sentado nada bien en Bolsa al banco presidido por Emilio Botín. La del Santander con el Central Hispano apenas ha creado valor para sus accionistas.
De hecho, si el pasado 15 de enero de 1999, cuando se anunció la unión entre Santander y BCH, el pequeño inversor hubiera comprado participaciones del fondo SCH Tesorería (perteneciente a la entidad y con el perfil más conservador que hay en el mercado) en lugar de acciones del megabanco, habría conseguido la misma rentabilidad y no habría sufrido tantos sobresaltos como los que proporcionan los mercados bursátiles.
La historia del Santander Central Hispano no ha sido fácil. El lunes 18 de enero de 1999, cuando Santander retornó a la cotización después del anuncio de fusión, los títulos subieron un 15% hasta los 8,42 euros. Ayer cerró a 8,44, es decir, sin la euforia del día siguiente, la revalorización del banco sería cero. También es cierto que, en este período, la Bolsa ha caído un 10% por culpa de la denominada burbuja tecnológica.
Por todo ello no es de extrañar que aquellos que hayan entrado con vocación de permanencia en el banco contemplen las fusiones con escepticismo. No en vano, en la acera de enfrente, BBVA está por debajo de los precios de cuando unieron sus destinos BBV y Argentaria.
Por tanto, la fusión del 99 ha sido de todo menos apacible. También es cierto que, ahora, Santander tiene una franquicia envidiable en Latinoamérica, que ha logrado un crecimiento orgánico espectacular y que, además, en vísperas de la junta extraordinaria, firmas como Lehman Brothers comienzan a cubrir al banco con recomendación de compra, por supuesto, y a un precio objetivo que supone una revalorización del 15% con respecto a los precios actuales.
En esta intrahistoria del Santander tampoco hay que olvidar dos contenciosos judiciales que traen de cabeza al banco, el de las cesiones de crédito y el de las multimillonarias indemnizaciones pagadas a Amusátegui y Corcóstegui, ambos procedentes del BCH. Posteriormente, Emilio Botín se quitaría de en medio al resto de ejecutivos que quedaban del Central Hispano. Fue toda una depuración de ejecutivos.
En los últimos tiempos, un elevado número de trabajadores de alta calificación han contactado con El Confidencial denunciando este hecho. Desde sus nuevas entidades de destino, han acudido a nosotros -“aunque sólo sea como recurso de pataleo”- para protestar por esta purga. Recientemente, una de estas personas comentaba que estas tormentas “inciden directamente sobre la calidad de la gestión”. Los ejecutivos, preocupados por su cargo y parcela de negocio, “dedican muy poco tiempo a su trabajo”, por lo que el cliente, al final, es el perjudicado.
De momento, el Abbey ha dicho “sí” a Botín, aunque le ha costado, en británica acepción, sangre, sudor y lágrimas. Nadie duda de que hoy se dará la luz verde a la operación, aunque fuentes cercanas al banco señalan que “lo de Abbey volverá a incidir negativamente” en todos los sentidos… incluido en su cotización.
Tiempo, al tiempo. Eso sí, anteayer, el diario Financial Times comentaba de refilón, al hacer referencia a la dimisión de Luis Valls Taberner, que Botín tiene ya 70 años y que hubiera tenido que dejar ya el banco por estatutos internos si éstos no hubieran sido oportunamente modificados por tal causa. También decía ayer que Ana Patricia, desde Banesto, cabeza visible de la cuarta generación de la saga Botín, es la más firme candidata a comandar los destinos futuros del Santander-Abbey. Parece que en Reino Unido lo tienen claro. Por su lado, Botín, que ya está en Santander desde hace días, ha prometido más ganancias y más dividendos tras la adquisición de banco británico.
El Confidencial