Se les conoce como los ‘8 de Salzkotten’

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Alemania manda a la cárcel a padres que se niegan a que sus hijos reciban clases de educación sexual estatal

Ocho matrimonios ruso-germanos residentes en Salzkotten, Alemania, decidieron no enviar a sus hijos a las clases sobre educación sexual, obligatorias en las escuelas del país. Como resultado, fueron condenados primero a pagar abultadas multas y finalmente han sido sentenciados a prisión. Uno de los padres salió de la cárcel el viernes pasado tras haber permanecido en ella durante una semana. El presidente de la institución cristiana International Human Rights Group (IHRG), que está encargándose de la defensa legal de dichas familias, ha declarado que las autoridades alemanas «consideran que los hijos pertenecen al estado, especialmente mientras están en el colegio».


EL IHRG, que defiende el derecho al homeschooling en Europa, ha informado de que las familias se negaron no sólo a acudir a las clases sobre educación sexual, sino a que sus hijos formen parte de la producción teatral Mein Körper gehört mir (Mi cuerpo me pertenece), que explica a los jóvenes como empezar a tener relaciones sexuales. En vista de que las multas no consiguieron el objetivo de torcer el brazo de los padres, las autoridades gubernamentales han decidido enviarles  a prisión durante breves periodos de tiempo.


Además, se les ha impuesto un tipo de multa especial llamada Bussgeld que, según Richard Guenther, director del IHRG en Europa, significa literalmente «dinero de arrepentimiento» y está «destinada a mostrar contrición por un comportamiento erróneo por parte de la persona multada». Las multas Bussgeld ponen a las familias ante una situación intolerable porque su pago implicaría un reconocimiento de que son culpables por intentar que sus hijos no reciban la educación sexual que impone el Estado.


Joel Thornton, presidente del IHRG, ha denunciado que «este tipo de persecución de las autoridades alemanas contra los `8 de Salzkotten´ demuestra la gran implicación del sistema alemán en la penalización de las familias que no están de acuerdo con el sistema educativo alemán, incluso cuando sacan a sus hijos de unas clases cuyo contenido es claramente objetable».


Thornton asegura que, las autoridades alemanas «consideran que los hijos pertenecen al estado, especialmente mientras están en el colegio», y por esa razón, las creencias y la autoridad de los padres sobre sus hijos están en segundo lugar después del interés y las disposiciones del Estado.


Fuente: Info católica