Secuestrados y forzados a ser niños- soldado

1967

Entrevista a Chema Caballero

Háblenos sobre la situación de los niños soldado en Sierra Leona… ¿de qué cifras estamos hablando? ¿cuál es la situación de estos niños?


Hay que partir del hecho de que en Sierra Leona llevamos siete años de paz y por lo tanto, oficialmente, todos los menores que fueron secuestrados y usados como soldados han sido liberados y han rehecho, de una forma u otra sus vidas.


Digo oficialmente, porque al final de la guerra, en 2002, hubo prisa por cerrar el tema de los menores soldado y se dieron por buenas las cifras de aquellos que habían pasado por centros de rehabilitación, unos 7.500. Pero la realidad es que, justamente debido a estas prisas de UNICEF y otras ONG, muchos menores que habían sido secuestrados y forzados a ser soldados no tuvieron la oportunidad de pasar por un centro de rehabilitación y se quedaron atrapados en las zonas en las que se encontraban al final de la guerra: algunos volvieron a sus aldeas e intentaron rehacer sus vidas como pudieron, otros siguieron a sus jefes y terminaron como mercenarios en guerras como la de Liberia o Costa de Marfil.


De los que tuvieron la suerte de pasar por centros de rehabilitación, como el que yo dirigía, se puede decir que la mayoría han rehecho sus vidas. Tuvieron la ayuda que necesitaron, aprendieron un oficio o fueron a la escuela. Muchos de ellos están trabajando, han formado una familia, algunos todavía están en la Universidad. Fueron pocos los que no consiguieron salir adelante y terminaron en bandas armadas, en la cárcel o en el mundo de la droga.


Ahora trabajo con algunos de aquellos menores, ya jóvenes, que no tuvieron la oportunidad de pasar por un centro de rehabilitación. Lo haga en la selva del Tonko Limba, en el Norte de Sierra Leona. Son jóvenes que tras la guerra volvieron a sus aldeas y ahora viven con sus familias y con sus víctimas. Intentamos ayudarles a través del deporte, la escuela, la formación profesional y los programas de reconciliación y paz.


¿Cómo es posible que se utilice a la infancia de este modo? ¿qué responsabilidades políticas, económicas, sociales… hay detrás?


Es una pregunta que yo mismo me hago muchas veces. Cuando tuve la oportunidad de hablar con alguno de los «jefecillos» de la guerrilla del RUF, en Sierra Leona, siempre me dijeron que los niños eran obedientes y sumisos. Creo que por ahí va la cosa: un menor manipulado no entiende de peligros, ve la guerra como un juego, obedece ciegamente, por lo tanto es fácil de usar y también de reemplazar.


Son muchas las responsabilidades detrás de este fenómeno. Los instrumentos jurídicos internacionales para terminar con esta lacra están ahí, pero no hay voluntad política para aplicarlos. Hay menores soldado porque hay guerras, y aquí todos sabemos que las guerras existen por la codicia de los países occidentales (ahora también habría que incluir a China en este grupo, por su papel en África sobre todo) que quieren apoderarse de los recursos naturales de África al menor coste posible y porque existe un tráfico brutal de armas, tanto ilegal, como legal (el que sigue los requisitos de la ley).





Son muchas las responsabilidades detrás de este fenómeno. Los instrumentos jurídicos internacionales para terminar con esta lacra están ahí, pero no hay voluntad política para aplicarlos. Hay menores soldado porque hay guerras, y aquí todos sabemos que las guerras existen por la codicia de los países occidentales



¿Cuál es el proceso de «recuperación» con estos niños? ¿Es posible?


Creo que la experiencia de Sierra Leona demuestra que estos menores que fueron utilizados como soldados se pueden reintegrar en la vida «normal». Quedan los traumas y las heridas, pero aprenden a vivir con ellos.


El nuestro fue un programa pionero en la acogida, rehabilitación y reintegración de los menores soldado. El programa consistía en un centro de acogida, St. Michael, donde se trabajaba con los niños y niñas para intentar «desprogramarlos» y devolverlos a la normalidad. Todo estaba encaminado a que el menor se sintiese seguro y protegido y fuera abandonando sus hábitos de lucha. Luego se intentaba que el menor sacase fuera toda la experiencia vivida, que hablase y contase su verdadera historia para que así saliesen a flote los sentimientos. Nuestra experiencia nos dice que los menores que hablan pueden recuperarse, los que callan no. Una vez que el menor hablaba se intentaba darle una alternativa al mundo de violencia en el que había vivido a través de la escuela o el aprendizaje de un oficio. Por último se intentaba la reunificación con la familia y su integración en la sociedad como un ciudadano más.


La clave en la recuperación de un menor está en el diálogo continuo y en las alternativas que se le ofrecen, además de la disciplina que le hace poco a poco reconducir su vida y normalizarse.


¿Y el proceso de reconciliación de la sociedad? Porque conviven víctimas y «verdugos»… y los verdugos son víctimas…


Este es mucho más difícil, poco se ha hecho en este campo. Hoy las víctimas tienen que convivir con sus verdugos y ni siquiera han tenido la oportunidad de expresar su dolor. Nosotros trabajamos mucho en este campo ahora mismo, pero nos centramos en los jóvenes.


Cada vez me doy más cuenta que las víctimas, y en muchos casos los victimarios también son víctimas, son los grandes perjudicados de las guerras. Rehacen sus vidas, siguen adelante pero el dolor les queda dentro.


¿Qué responsabilidad tiene España en este tema? Porque España es el 1er. vendedor de munición a países africanos en conflicto… ¿Conoce este tema? ¿Ha visto armas españolas en Sierra Leona?


España es parte de Occidente, miembro de la Unión Europea, de las Naciones Unidas, y no hace nada por terminar con estos temas.





España no tiene ninguna voluntad política de terminar con estos asuntos porque les saca beneficio.


Un ejemplo claro de esta hipocresía lo tenemos en el Plan África que declara la lucha por los Derechos humanos y luego nuestros ministros van a firmar contratos con Guinea Ecuatorial, por poner un solo ejemplo. Toda nuestra ayuda internacional está basada no en ayudas al desarrollo sino en abrir puertas a nuestras empresas en países del Tercer mundo, y así podríamos seguir. Lo mismo se puede decir del comercio de armas. Llevo años denunciando que armas españolas se usaron en el conflicto sierraleonés, como armas españolas se han usado recientemente en las masacres cometidas por el ejército israelí en Gaza.


España no tiene ninguna voluntad política de terminar con estos asuntos porque les saca beneficio.


¿Cómo se ve desde África, desde lo que usted vive, al primer mundo, a España?


Todos los jóvenes sierraleoneses sueñan con dar el salto y llegar a «Babilon», la tierra prometida, donde no se sufre, donde todos pueden ser millonarios. Así es como se ve el Primer mundo desde allí. Es la imagen que proyectan nuestras televisiones vía satélite que llegan a todos los rincones del continente: MTV, la liga de fútbol, la Primer inglesa, …. Jugadores millonarios, coches impresionantes, … es difícil convercerles de que muy pocos tienen esos privilegios. Es difícil transmitir una idea distinta


¿Dónde está la esperanza?


En el día a día, en las pequeñas cosas, en los jóvenes que van terminando sus estudios y empiezan a trabajar de maestros en sus aldeas, de los que abren sus negocios e intentan sacar adelante a sus familias. De los enemigos, menor soldado y víctima, que ahora comen del mismo plato,…


Estas pequeñas cosas son la esperanza de un futuro mejor, de que las cosas pueden ser distintas algún día.