‘Condenamos enérgicamente el asesinato de Shazia. Pero este no es el único incidente que se refiere a niños obligados al trabajo doméstico. Más de 10 millones de niños forzados a trabajar suelen ser objeto de violencia física y psicológica’.
Fuente: Agencia Fides 26/01/2010
Mientras la nación está todavía reponiéndose de la trágica historia de Shazia – la pequeña católica brutalmente asesinada por el musulmán que le había dado trabajo en Lahore , la Iglesia católica en Pakistán advierte: «… existen más de 10 millones de niños que trabajan en el país, con una clara violación de la Carta de los Derechos del Niño», dice en un documento enviado a Fides, la Comisión «Justicia y Paz» de los Obispos de Pakistán.
El documento, firmado por el Arzobispo de Lahore, Mons. Lawrence Saldanha, Presidente de la Conferencia Episcopal, dice: «Condenamos enérgicamente el asesinato de Shazia. Pero este no es el único incidente que se refiere a niños obligados al trabajo doméstico. Más de 10 millones de niños forzados a trabajar suelen ser objeto de violencia física y psicológica. El gobierno debe hacer cumplir la Convención sobre los Derechos del Niño y llevar a los perpetradores de la violencia delante de la justicia».
'Hay niños que producen balones de fútbol, zapatos, ladrillos, alfombras destinadas a los mercados occidentales. Especialmente los balones destinados a la exportación, para las principales marcas de artículos de deporte, son obra de 5 mil niños paquistaníes, que constituyen el 80% de los trabajadores'.
El análisis de la Comisión continua: «La extrema pobreza y el desempleo de las familias, obligadas a enviar a sus hijos a trabajar, es la base principal sobre la que brotan estas situaciones. Pedimos al gobierno que proceda de inmediato con la aprobación del ‘Documento sobre la violencia doméstica’, para frenar este fenómeno preocupante», que muy a menudo pagan los niños de las familias cristianas.
En el distrito de Sialkot (donde en 2009 se dieron violencias anticristianas), viven y trabajan miles de familias cristianas y hay niños que producen balones de fútbol, zapatos, ladrillos, alfombras destinadas a los mercados occidentales. Especialmente los balones destinados a la exportación, para las principales marcas de artículos de deporte, son obra de 5 mil niños paquistaníes, que constituyen el 80% de los trabajadores.
En el pasado el asesinato de el pequeño Iqbal Masih – vendido por su padre a un fabricante de alfombras cuando tenía cuatro años – atrajo la atención de la opinión pública sobre los niños esclavos en Pakistán. Asesinado a los doce años, Iqbal se ha convertido en un símbolo. El fenómeno de la esclavitud infantil en Pakistán tiene otras consecuencias: la tasa de mortalidad infantil de niños menores de cinco años es de 136 por cada mil y la tasa de analfabetismo alcanza el 62%. El 21% de los niños no son inscritos ni siquiera en la escuela primaria y lo mismo ocurre con el 50% de las niñas.