Peter Sutherland, representante de la ONU para las Migraciones, coincide con otros economistas en relación a la riqueza que aportan los inmigrantes, desde un punto de vista económico y demográfico
En medio de la mayor crisis de refugiados que el mundo afronta desde la Segunda Guerra Mundial, y que ha colocado a la Unión Europea (UE) en una situación que no había afrontado en décadas, P. Sutherland, excomisario de Competencia en Bruselas, aporta información que podría resultar de interés a los líderes de la UE.
«La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestra que los migrantes en general son contribuidores netos en las finanzas públicas». Europeísta convencido, Sutherland explica cómo el hecho de acoger a inmigrantes y refugiados es una situación win-win (ganar-ganar) para los países de acogida como para los países de origen. «Los migrantes contribuyen también de forma sustancial a las economías de los países de donde vienen porque envían dinero [de vuelta a casa]», ilustra.
En uno de sus estudios, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la UE invirtió en la acogida y gestión de los solicitantes de asilo —más de un millón en 2015— tan solo del 0,05% de su PIB. El representante para las migraciones de la ONU, además, sostiene que este 2016 el gasto será de 0,7% del PIB y casi se doblará hasta 2020. Sin embargo, y tras revisar sus notas poco antes de entrar como invitado especial a la reunión anual de exalumnos del Instituto de Empresa (IE), lamenta que «los impuestos que pagan los migrantes son mucho más altos que los beneficios que reciben luego». Y España, apostilla, «es el tercer país que menos porcentaje de su PIB destina a esta crisis humanitaria».
El presidente del BCE también afirmó en estos días que la zona euro tiene que incrementar su crecimiento, su productividad y su población activa si quiere evitar duras consecuencias económicas. Esto ha venido a decir Mario Draghi, en un discurso ante el Foro Económico de Bruselas en el que ha reconocido que la política monetaria, por sí sola, no puede curar los males de la economía europea.
Y aunque se consiga corregir el rumbo mediante reformas estructurales, sobre el conjunto de la Unión pesa una amenaza mayor: el declive demográfico. Europa necesita a los inmigrantes para sobrevivir. Las políticas públicas, ha dicho, pueden contribuir a evitar este escenario favoreciendo la acogida e integración de inmigrantes.
Fuentes: El Pais, EuroNews