Siria, balance de 3 años de guerra

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Tres años desde el inicio de la guerra. Más de 140.000 muertos, 10.000 de ellos niños. Nueve millones de desplazados, más de una cuarta parte de ellos en el extranjero. El panorama se pinta con un nuevo mandato de Al Assad, sin posibilidad de reconciliación.

Una señal de que el régimen no está dispuesto a la reconciliación es la ley que el Parlamento sirio votó el viernes, que abre el camino a la reelección de Bashar Al Assad y excluye "de facto" a los opositores en el exilio como candidatos en las eventuales próximas elecciones presidenciales.

Estados Unidos, por su parte, reaccionó el viernes expresando su "desagrado" antes unas elecciones presidenciales en Siria en las cuales Al Assad tiene todas las chances de ser reelecto. Después de 14 años en el poder, éste aún no ha anunciado oficialmente su intención de "bregar" por un tercer mandato, no obstante, en enero pasado afirmó en una entrevista que hay "grandes posibilidades" de que lo haga.

Todavía no se ha fijado una fecha concreta para la consulta, pero los electores deberían ser llamados a las urnas entre 60 y 90 días después del fin del actual mandato de Al Assad, el 17 de julio.

El escrutinio tendrá como escenario un país desangrado por la guerra civil, con una crisis humanitaria desgarrante, y la economía por el suelo.

La sublevación contra el régimen en el poder nació algunas semanas después del final de las revueltas en Túnez y Egipto.

Ante la represión despiadada, la contestación se militarizó a partir del verano, hasta convertirse el enfrentamiento entre gobierno y oposición en una auténtica guerra civil en febrero de 2012, con el bombardeo de ciudades como Homs, absolutamente derruidas…

En tres años, murieron más de 146.000 personas, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), y más de 9.000.000 tuvieron que abandonar sus hogares, convirtiéndose según Naciones Unidas en la mayor población desplazada de todo el mundo.

Al menos un millón de niños se encuentran privados de ayuda humanitaria según Unicef, y más de 250.000 sirios están sitiados.

Desde la primavera de 2013, y después de dar marcha atrás en varias ocasiones, el régimen pasó al contraataque con el apoyo decisivo del movimiento chiíta libanés Hezbolá, así como de combatientes iraquíes, también chiítas, captados por las tropas de élite iraníes.

Diplomacia en punto muerto

El régimen ha recuperado territorio ante una rebelión desgarrada y engangrenada por grupos yihadistas. Una guerra sin cuartel opone desde enero de este año a los rebeldes en su mayoría islamistas y de la rama oficial de la red Al Qaeda en Siria, el Frente Al Nosra, a los despiadados yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), cuya brutalidad y afán de hegemonía atizó el odio de sus otrora hermanos de armas.

Pero, ninguno de los protagonistas -ni el régimen, apoyado por Rusia e Irán, ni la oposición, armada por dos actores, Arabia Saudí y Qatar- parece contar con los medios para imponerse militarmente.

En el plano diplomático todo está en punto muerto.

El fracaso de las negociaciones de Ginebra en enero y febrero, en que por primera vez en tres años de conflicto estuvieron frente a frente ante una mesa representantes del régimen y de la oposición, echó por tierra las esperanzas diplomáticas, a pesar de que los cancilleres occidentales no terminan de asumirlo.

Fuente: Agencia AFP