Conferencia pronunciada por el abogado Jesús Benitez en el Aula Malagón-Rovirosa del Movimiento Cultural Cristiano. Agradecemos su colaboración. El ponente declara: ´Esta ponencia la he hecho teniendo siempre en la cabeza, y así lo debereis tener para comprender mejor lo que quiero decir, la emigración como un fenómeno, un componente más de la relación, del enfrentamiento entre enriquecidos y empobrecidos´Ponencia: Situación de los movimientos migratorios actuales y sus principales causas
– Afecta a millones de personas, a millones de empobrecidos.
– Previsiblemente, es un fenómeno en aumento.
– Afectará a la cultura, a la forma de pensar. Sus consecuencias serán a largo plazo.
Esta ponencia la he hecho teniendo siempre en la cabeza, y así lo debereis tener para comprender mejor lo que quiero decir, la emigración como un fenómeno, un componente más de la relación, del enfrentamiento entre enriquecidos y empobrecidos. Así es el mundo en que vivimos y en ese mundo se da la emigración hoy.
1 Introducción: historia de la emigración
Aunque el eurocentrismo debe ser cuestionado como enfoque, conviene recordar que durante cuatro siglos (entre 1500 y 1914) la mayoría de los migrantes fueron europeos: entre 60 y 65 millones de personas, frente a 15 millones de asiáticos y africanos.
Los estudiosos distinguen cuatro periodos:
1850: desde el comienzo de la economía-mundo hasta el despegue de la industrialización capitalista. Esencialmente, la emigración de masas es la conquista y colonización del nuevo mundo, y en segundo lugar, a mucha distancia, partes de la costa de África, Asia y Oceanía. En aquella época hay que tener en cuenta que la población y el crecimiento de la población era escaso, por lo que se consideraba un bien económico y militar escaso.
1850-1920: constitución del «libre mercado» de mano de obra. Gran auge migratorio con origen en Europa y parón al final por las guerras mundiales.
1945-1973: nuevo auge, marcado por la expansión del capitalismo de postguerra, pero esta vez Europa entra a formar parte del destino de la emigración, junto a EE. UU. y Australia.
En España en 1946 se levantó la prohibición de emigrar que se había decretado tras la guerra civil con el fin de recuperar las pérdidas demográficas causadas por el conflicto. Progresivamente el gobierno pasó de la prohibición a la promoción de las salidas. En 1956 se creó el Instituto Español de Emigración, organismo autónomo ADSCRITO AL MINISTERIO DE TRABAJO (hay que hacer notar aquí la diferencia sustancial que hay con la actualidad: El Delegado del Gobierno para la Emigración, Fernández Miranda, depende del Ministerio del Interior, es decir, cuando los españoles emigrábamos al extranjero, éramos trabajadores y nos «encuadrában» en el ministerio de Trabajo; cuando vienen los extranjeros, que bienen a trabajar, no se les encuadra en el ministerio de Trabajo, se les pone en el ministerio del Interior. No son trabajadores, son sospechosos. Xenofobia: odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros), con el fin de canalizar las ofertas y demandas de trabajo, asistir a los emigrantes, procurar el mantenimiento de la unidad familiar y fomentar el ahorro y, SOBRE TODO, LA REMESA DE DIVISAS. En 1960 se promulgó una ley de bases de la emigración y en 1962 una ley de emigración, a partir de este momento la salida del país deja de ser un derecho individual y se convierte en derecho tutelado por el Estado; éste desarrolla mecanismos para asistir a los emigrantes, establece las agregadurías laborales para garantizar las ayudas en el exterior y, especialmente, para desincentivar el asentamiento definitivo de los migrantes, con el fin de que se mantenga el flujo de divisas en concepto de remesas… Este cambio de orientación está relacionado con el fin de una sociedad basada en el sector agrario (es curioso el caso de Galicia a principios de siglo): a partir de ese momento comienza la sociedad industrial, lo que implicaba la movilización masiva de población de origen rural que pasaba a convertirse en asalariada urbana o desempleada. En dicho contexto, la emigración pasó a ser considerada tanto un factor amortiguador de los efectos de esa modernización (evitando una subida excesiva de la presión demográfica en las ciudades) como recurso para sostener dicho proceso (vía captación de remesas de los emigrantes). Hay que tener en cuenta que el turismo todavía no tienen la importancia que tendría después y las remesas de los emigrantes es una de las principales y escasas fuente de divisas del régimen.
La emigración interior en el periodo 1960-1975 afectó a unos 5 millones de personas, de una población media aproximada de 34 millones. El proceso se aceleró al final del periodo, siendo de 500.000 personas en 1975. Esta emigración fué fruto de una política de «Polos de desarrollo» que hizo el régimen, y que fueron Cataluña, Madrid y el País Vasco, y en segundo plano, la costa levantina.
1973-Hoy: Impacto de la globalización económica. Incremento y diversificación de flujos migratorios.
El conjunto de los migrantes actuales en el mundo, estimado en torno a 100 – 150 millones de personas, se distribuye en cuatro grupos de tamaño similar: 1) trabajadores en situación legal, 2) familiares de los mismos, 3) irregulares y 4) solicitantes de refugio o asilo. En la UE el número de trabajadores empleados se estancó o redujo desde 1975, pero el stock de extranjeros siguió aumentando, debido a la reagrupación familiar y los refugiados. En Australia, Estados Unidos y Canadá continúa creciendo el número de inmigrantes económicos. En los países petroleros del Golfo se detecta un freno en la evolución del número de trabajadores extranjeros. Mientras tanto en el sudeste asiático los flujos de inmigración económica se expanden.
Hay una diferencia importante con la etapa anterior. La sociedad europea que va desde el fin de la guerra hasta el 73 es una sociedad industrial, keynesiana, se podría decir que «socialdemócrata», en el sentido de que es una sociedad con el sector industrial muy desarrollado y que es el más influyente socialmente con lo que ello conlleva: grandes industrias, sindicatos fuertes y organizados, que fuerzan una reglamentación laboral que se extiende a toda la sociedad, no solo a las grandes fábricas. Una sociedad basada en el desarrollo de un proletariado con empleo e ingresos estables y el crecimiento de las clases medias funcionales. Los emigrantes entran en esa sociedad por los puestos que nadie quiere, pero que tienen esa parte de protección social que impregna toda la sociedad.
Hoy los trabajadores vienen a una sociedad postindustrial, donde todo eso no existe. Los sindicatos están únicamente pendientes de los trabajadores privilegiados. El individualismo se ha instalado en las relaciones laborales.
2 Situación económica actual (Imperialismo. Globalización)
La idea de globalización está muy en uso hoy día. Para entendernos, a mí me gusta como la define Manuel Castells:
«Vivimos en una economía global. Esto no es lo mismo que en una economía mundial, una realidad que ha existido desde el siglo XVI. Una economía global es una economía en donde todos los procesos trabajan como una unidad en tiempo real a lo largo y ancho del planeta. Esto es, una economía en la que el flujo de capital, el mercado de trabajo, el mercado de bienes y servicios, el proceso de producción, la organización, la información y la tecnología operan simultáneamente a escala mundial… Ya no hay más economías nacionales ni políticas económicas nacionales.»
Se cuela en estas líneas la idea subliminal de armonía. Esta idea hay que desterrarla, las tensiones son muy fuertes incluso entre las potencias del Norte. Sami Nair y Juan Goytisolo en «El peaje de la vida» añaden «.
.. Y es también, y sobre todo, el advenimiento de una civilización mundial concretizada no sólo en los objetos producidos y en la necesaria adaptación mental para su utilización, sino también en la industrias de los sueños, de la ficción y de la información, transmitidas por los medios de comunicación hasta en los rincones más recónditos del planeta».
La creciente globalización del sistema mundial genera cambios de importancia en la estructura de la fuerza laboral. La nueva fase de crecimiento imperialista se basa crecientemente en la producción de bienes «inmateriales», derivados de las innovaciones de la informática y la cibernética aplicados al desarrollo de una economía de servicios ligada al capital financiero. En estas circunstancias sectores enteros de la población pasan a ser superfluos para el sistema: ya no es necesaria su capacidad de producción y no se cuenta con ellos como consumidores. Este «excedente» se encuentra de forma preferente en economías del Sur cuya participación en los flujos transnacionales es cada vez menos relevante (el caso típico son algunos países del centro de África) pero también afecta a ciertas franjas de la población de los países del Norte. La tendencia a la segmentación de la fuerza de trabajo se impone en todo el mundo, aunque con grados y efectos diferentes: En el Norte se va formando claramente la sociedad de tres tercios: Un tercio cualificado, con buenos y estables ingresos y capacidad de defenderlos, que participa activamente en la apropiación del excedente económico, de las plusvalías que genera el sistema. Otro tercio que participará esporádicamente en la actividad económica, con contratos parciales, temporales y mal pagados y otro tercio que sobrevivirá en la economía sumergida o simplemente, será excluido del sistema. Este cuadro no es, contra lo que afirman algunos, un proceso determinado por los desarrollos tecnológicos, en particular la telemática, sino el resultado de estrategias definidas en función de intereses y estrategias específicos. El «sistema» no es un mecanismo auto-regulado que funciona de manera automática, por el contrario, está modelado por los resultados del juego de poder entre diversos agentes sociales e institucionales (clases, estados, etc.).
La emigración es, podría decirse, un andar dando vueltas en círculos por la periferia del sistema, buscando grietas en los muros por los que colarse. Buscando una mínima oportunidad para poder «entrar» en el Sistema.
3 Causas principales de la emigración
3.1 Económicas (la principal)
La derecha no se complica mucho la vida a la hora de buscar causas simplifiquen su respuesta: la emigración es un derecho universal que es necesario regular. Dijo textualmente Aznar por TV: «todos tienen derecho a emigrar, pero ese proceso debe ser ordenado». Por supuesto, la ordenación de ese derecho supone la negación de ese derecho.
Para la izquierda oficial, que busca las causas para poder diseñar una estrategia «teórica», y digo teórica porque están en la oposición, las causas las podemos leer en la obra ya citada «El peaje de la vida», que es como la biblia en estos temas para la izquierda oficial.
La «marea» tiene al menos cinco «buenas» razones:
– La primera, es la doble desigualdad entre el norte y el sur del Mediterráneo. Ante todo la desigualdad entre las dos orillas, que hace que el 90% del PNB del conjunto se encuentre en el Norte, y que se acentuó aún más con la construcción de la UE, que abarca la integración de España y Portugal, beneficiándose del maná europeo, se vuelven más ricos y, poco a poco, países de inmigración. Si los países del Magreb se hubieran beneficiado de las mismas ayudas, hoy no habría «marea». Por otra parte la desigualdad en el seno mismo de las sociedades del Sur: nunca fue mayor la exclusión social entre capas dirigentes y población… A ello se añade la explosión demográfica que hace incierta toda estrategia de desarrollo, ya que aún no se ha encontrado un sistema económico que, en un contexto de subdesarrollo, pueda integrar a los centenares de miles de jóvenes que cada año llegan al mercado laboral.
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– La segunda se basa en la porosidad fronteriza. A pesar de la retórica marcial de cierre de fronteras, estas sólo permanecen cerradas para aquellos que no tienen con qué pagar: se puede comprar un visado «turista» o un billete en medios de transporte inhumanos: pateras, camiones…
– La tercera es que el mercado de trabajo de los países del Norte, a pesar de todo el bombo que se da al tema del paro, está abierto. No faltan empresarios que buscan mano de obra barata, moldeable a su conveniencia. En realidad hay una extensa demanda económica migratoria. Además desde el momento en que uno encuentra trabajo, las posibilidades de expulsión son pocas, la esperanza de regularización es real. Se trata de aguantar lo máximo posible
– La cuarta es que la política europea con respecto a los países del Mediterráneo, esencialmente mercantil y sin un ápice de solidaridad frente a los retos comunes (pobreza, inestabilidad social…) engendra en los grupos dirigentes del Sur una verdadera estrategia de guerrilla migratoria: «Ustedes conquistan nuestros mercados sin darnos los medios para construir empresas o explotaciones agrícolas que empleen nuestra mano de obra; pues apáñense con nuestros parados»
– Y la quinta buena razón para emigrar se basa en el sentido común: en la época de la pretendida globalización y de la liberalización de los mercados, la emigración debería convertirse en un derecho de todos… En realidad en el espíritu de la mayoría de candidatos a emigrar, YA es concebida como un derecho. El derecho a disfrutar de los beneficios de un mundo que también han ayudado a construir
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– Razones estructurales: El imperialismo transnacional invade todo el mundo y ha instaurado un régimen de violencia, de guerra contra los débiles. Estoy de acuerdo con la primera causa que dicen Goytisolo y Nair. La causa fundamental es el abismo Norte-Sur, pero con un matiz: La principal causa de emigración es la NECESIDAD de las sociedades ricas de mano de obra barata. Este abismo provocado por el sistema imperialista que padecemos y que lo hará aumentar cada vez mas. Aumentando también la diferencia entre empobrecidos y enriquecidos en los países del Sur. Estamos asistiendo a la desaparición de las clases medias en latinoamérica, que habían empezado a surgir hasta mediados los 70 y que ahora ven desaparecer su nivel de vida.
Este sistema es la causa de la emigración. Tanto desde el país emisor como desde el receptor, la emigración es un proceso controlado por los que detentan el poder.
– Desde los países pobres: el ingreso por el envío de las divisas de los emigrantes es la principal razón del fomento de la emigración. Uno de los ejemplos más claros es el de Ecuador. Leíamos en el último número de Autogestión (39):
«Según el banco Central de Ecuador, el dinero que envían los emigrantes supone la entrada en el país de 1.300 millones de dólares anuales en divisas mientras que los ingresos por la venta de petróleo alcanza los 1.500. Así las cosas, la «exportación de mano de obra barata» se ha convertido en la segunda actividad económica de Ecuador, relegando a las exportaciones de plátanos, camarones, café, cacao o las flores.
Estos ingresos de divisas procedentes de los inmigrantes está permitiendo al gobierno ecuatoriano sostener de forma decisiva el proceso de dolarización aplicado emprendido desde el pasado año.»
Pero no es una solución ideal. Es una solución a corto plazo: buena parte de los emigrantes son de clase media, con estudios. En Ecuador ya no se cubren las plazas de médicos que ofrece el Estado. La mitad de los estudiantes se van al acabar la carrera.
Pero, además, la dolarización suele ir unida a fuertes medidas de ajuste impuestas por BM y el FMI. Retomando el ejemplo de Ecuador, entre las 167 condiciones impuestas por el FMI para la concesión de créditos encontramos la obligación el próximo mes de julio de transferir la propiedad de su mayor sistema de suministro de agua a operadores extranjeros y conceder a Arco, filial de Bristish Petroleum, autorización para construir su propio oleoducto a través de los Andes. Después, el primero de noviembre, el gobierno de Ecuador tiene órdenes de subir el precio del gas doméstico un 100 %, eliminar 26.000 puestos de trabajo y reducir en un 50 % los salarios de los trabajadores restantes en cuatro etapas a lo largo de pocos meses. Lo que Gregory Pallast, de la publicación The Guardian Weekly, ha llamado «un golpe de Estado financiero». Eso si que produce un «efecto llamada» -«efecto despedida» deberíamos llamarlo- y no ninguna Ley de Extranjería española.
– Desde los países ricos: el Sistema necesita mano de obra de reserva. Si es época de vacas gordas, es imprescindible traerla, no la que hace falta para cubrir los puesto de trabajo, sino la que se necesita para que haya una buena reserva que presione los salarios a la baja. Así empiezan a haber emigrantes en los sectores en los que los trabajadores nacionales no sobran en exceso, como en bares y restaurantes, e incluso en los que hace falta alguna cualificación como el transporte, conductores de camión y de autobús, o mucha cualificación: como los dentistas. En este escenario la xenofobia está latente. Si es época de vacas flacas, hay riesgo evidente de alteración del orden público; si es necesario se expulsa a los emigrantes para lo que se fomentará la xenofobia.
– Razones personales: la de la persona que quiere una mejor posición. Se emigra más por tener mejores perspectivas que mejores realidades. Hemos conocido emigrantes, que ya han pasado dos veces el Estrecho, que nos decían que en su país nunca habían pasado hambre, y en el nuestro sí.
Estas actitudes estarán fomentadas o reprimidas, por las buenas o por las malas, por el poder político.
3.2 Políticas
Las causas políticas son las más importantes en los países empobrecidos, especialmente en África. La ONU creó en 1946 la Organización Internacional de los refugiados, con un caracter fuertemente eurocéntrico, encargada de la distribución de los contingentes fruto de la II G. M.. Esta entidad se convirtió en una especie de bolsa internacional de trabajo, que «colocó» a 200.000 personas en países europeos y que nada hizo por los chinos que llegaban a Hong Kong o por los tibetanos que llegaban a la India.
Esta es la misma organización que sigue montando ahora campamentos de refugiados donde viven miles y miles de personas sin ninguna esperanza, y en donde muy raramente se organizan «cupos» para transportarlos a los paises enriquecidos. Idea que no es nueva: a partir del 75, mas de 3 millones de personas han huido de Indochina (Vietnam, Camboya, Laos). (Tras su derrota en Vietnam, EE.UU. se llevó a más de 140.000 vietnamitas que habían colaborado con el gobierno. Es decir, se puede hacer. Se pueden llevar 140.000 personas rápidamente, desde Vietnam a EE.UU. Con la crisis de los balcanes, España trajo, temporalmente, con prohibición de trabajar a 500 croatas, que los sacaron por la tele y les dieron mucho bombo. 500.)
En el mundo hay actualmente 15 millones de refugiados. La mayoría en el Sur.
– En Nepal hay mas de 100.000 butaneses que llevan allí más de 10 años
– Sudan tiene 340.000 eritreos y 35.000 etíopes desde antes de 1993, y tiene a su vez más de 450.000 refugiados en el extranjero.
– Tanzania tiene 500.000 burundeses, 100.000 del Congo y 20.000 ruandeses.
Otras causas secundarias:
Otros factores que influyen: Comunicación. propagación del estilo de vida occidental. El Avance y abaratamiento de los medios de transporte. El pasado colonial
Conclusiones y futuro que se intuye
Una vez analizadas las causas que provocan la emigración y los factores que en ella influyen, el fenómeno no tiene otra perspectiva que la de aumentar. Desgraciadamente, el único factor que se ha puesto para limitarlo, es la represión policial.
En el primer domingo de adviento de 1511, el fraile dominico Antonio Montesinos, indignado contra los abusos de los conquistadores, clamaba en defensa de los indios: «¿Éstos no son hombres? ¿No tienen ánimos racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís?». Un siglo más tarde, Shakespeare copiaría sus palabras: «¿No tiene ojos un judío? ¿No tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, pasiones, emociones? ¿No toma el mismo alimento, le hieren las mismas armas, le atacan las mismas enfermedades, se cura por los mismos métodos? ¿No le calienta el mismo estío que a un cristiano? ¿No le enfría el mismo invierno?».