Solbes quiere para RTVE un ERE (expediente de regulación de empleo) como el de Izar

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Las reformas que barajan en Moncloa para RTVE incluyen una regulación de empleo y un presidente al estilo BBC -elegido por el Parlamento-. Fuentes de la casa también aseguran que Carmen Caffarel habría dejado de contar con el respaldo de Zapatero.

La televisión pública no levanta cabeza: las audiencias no acompañan y siguen sin salir las cuentas. El Ente público arrastra un déficit de más de 600 millones de euros y las apuestas de la directora general, Carmen Caffarel, no han cuajado. Fiascos como La Azotea del Gran Wyoming quedan en los archivos.

Pese a que RTVE cuenta con más de 8.000 trabajadores, desde la dirección continúan firmando contratos con productoras externas como Globomedia, de la que es directivo José Miguel Contreras (amigo del actual secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso). Con todo, durante la temporada han seguido en pie otras apuestas de la era Caffarel como el millonario programa Las Cerezas, conducido por Julia Otero, o Préstame tu vida.

Además, lejos de lograr la despolitización anunciada, las acusaciones de partidismo desde la oposición van en aumento. Las últimas críticas del Partido Popular vienen acompañadas de consecuencias: el PP deja de asistir a los debates de 59 segundos a raíz de la cobertura ofrecida por RTVE a la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en contra de la negociación del Gobierno con ETA, a la que asistieron cientos de miles de personas.

Fuentes de la casa señalan que al presidente José Luis Rodríguez Zapatero se le va agotando la paciencia; quiere buenas audiencias y ya no le sirven las excusas. Carmen Caffarel habría dejado de contar con su apoyo. Tras el dictamen del comité de sabios, el Gobierno va a presentar su propuesta sobre reforma de los medios públicos ante el Congreso, y en Moncloa ya estarían trabajando en ello.

Según fuentes del Ente, los preparativos se estarían realizando al margen de RTVE, que tan sólo contaría con la presencia de su secretario general, Jaime Gaiteiro, «puesto por Solbes».

El asesor económico del presidente, Miguel Sebastián, ya estaría calculadora en mano, con la misión de conciliar las propuestas de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y las del vicepresidente económico, Pedro Solbes. Entre los objetivos en estudio, «reducir un 30% los costes de la masa salarial».
Solbes, aseguran las mismas fuentes, se decantaría por plantear un expediente de regulación de empleo (ERE). En concreto, según ha podido saber este semanario, Solbes barajaría presentar un ERE similar al de los astilleros de Izar, que despertaría algo más que recelos entre los trabajadores de la casa.

Pero Zapatero no estaría dispuesto a volver a lidiar otro problema como el de Izar; ahora «no quiere ningún follón». Es más, apostaría por consensuar la reforma con el Partido Popular, algo difícil si no baja la tensión del actual clima político.

Entre las ideas que estarían planteándose desde Moncloa se aunarían propuestas de diferentes modelos de radiotelevisión pública. Por un lado se propondría crear diferentes sociedades autónomas entre sí y dependientes del Ente: una de programas, que se ocuparía de los contenidos; otra de informativos, y una temática centrada en los diferentes canales temáticos y la explotación de productos del Ente.

Cada sociedad estaría encabezada por un gerente o director general, sin capacidad de maniobra sobre el resto de sociedades. Por otro lado, estarían proyectando la posibilidad de crear un consejo rector con un presidente nombrado por el Parlamento. Las atribuciones de este consejo se centrarían en velar por los principios programáticos de los medios públicos y el cumplimiento de la legalidad…

Mientras, en Prado del Rey cuentan que continúa la caza de brujas a todo aquel que hubiera ocupado cargos en la etapa popular, independientemente de su ideología. En el área de informativos las cosas tampoco han cambiado. Hace unos días, su máximo responsable, Fran Llorente, habría reunido en Sigüenza a sus colaboradores para trasmitirles dos consignas: «Cuidar al máximo la imagen de Zapatero» y no admitir «presiones» de los ministerios -sólo tolerarían las de Moncloa-.

En cuanto a la programación de verano, desde la dirección apostarían por intentar subir las malogradas audiencias, y para ello podrían adelantar el estreno de platos fuertes, inicialmente previstos para la temporada de otoño, aunque los ingresos por publicidad en verano descienden por la bajada general de audiencia.

Miguel Gil.