Suu Kyi: ‘No quiero ver la caída de los militares, quiero verlos evolucionar’

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La líder de la oposición de Birmania, Aung San Suu Kyi ha defendido este lunes una ‘revolución no violenta’ en su país y se ha mostrado dispuesta a dialogar con los miembros de la Junta Militar para trabajar en una transición hacia la democracia.

 «No quiero ver la caída de los militares. Quiero ver a los militares evolucionar hacia niveles dignos de profesionalidad y verdadero patriotismo», dijo a la BBC.

En una entrevista en la sede de su partido, la Liga Nacional para la Democracia, la premio Nobel de la Paz se mostró convencida de que la democracia llegará a su país, pero rechazó hablar de plazos.

«Creo que es muy obvio lo que la gente quiere, la gente sólo quiere vivir mejores vidas con seguridad y en libertad«, dijo Suu Kyi, puesta en libertad el sábado tras siete años detenida en su casa.

Diálogo

Sobre un eventual diálogo con la Junta Militar, señaló que «tenemos que resolver las diferencias en torno a una mesa, hablar entre nosotros, averiguar por qué no estamos de acuerdo e intentar eliminar las cosas que no nos permiten estar de acuerdo«.

Preguntada por las razones que le llevan a no criticar abiertamente a los militares, contestó que «muchas cosas que se deben decir de los militares ya las he dicho y tendré que repetirlas, aunque espero que no tenga que ser muchas veces».

«Nunca les he criticado de manera personal», añadió la líder opositora, que explicó que su primera tarea a partir de ahora es «aprender muchas cosas y escuchar lo que la gente tiene que decir».

La dirigente prefirió emplear el término «revolución no violenta» al de revolución de terciopelo para definir el cambio político que promueven ella y su partido: «lo de revolución de terciopelo suena un poco raro en el contexto del régimen militar».

Sin miedo a un nuevo arresto

«La revolución para mí significa cambio radical», matizó Suu Kyi, quien aseguró que no tiene miedo de que los militares vuelvan a arrestarla por sus declaraciones en favor de un cambio político en el país, pese a haber pasado detenida 15 de los últimos 21 años.

«No estoy asustada. Sé que hay una posibilidad. Ha ocurrido en el pasado. Haré lo que pueda mientras esté en libertad y si me vuelven a arrestar haré lo que pueda desde el arresto», afirmó.

Sobre sus pensamientos en el momento de la liberación, recordó que «pensaba en cómo me iba a hacer oír por encima del ruido que había, porque soy una persona muy práctica«, y sobre sus sentimientos afirmó haberse sentido «emocionada y agradecida».

«Sabía que mucha gente de la que vino a verme había atravesado momentos muy duros (…). El hecho de que no pensaran en esos momentos, sino en que yo había sido liberada, me emocionó», dijo.