Decía nuestro amigo Julián Gómez del Castillo que «corazón que no siente, ojos que no ven». Hoy queremos ver la realidad de la inmigración a través del testimonio de dos amigos; Agustín y sor Asun para que nuestro corazón sienta y por lo tanto se comprometa. Queremos hacer que las cosas que los pobres necesitan las tengan por derecho de este mundo, que la vida de Agustín nacido en Sudán y que ha pasado por el Chad, Camerún, Libia, Túnez, Marruecos hasta llegar a España y la entrega de las Hijas de la Caridad de la Cocina Económica nos sirva para rehacer este mundo desde sus cimientos.