Los fenómenos de la naturaleza se convierten en virtuales causas de los efectos de muerte de las zonas más empobrecidas de la tierra, como en Filipinas. Lo cierto es que los efectos no son ni parecidos entre las distintas zonas de la humanidad, aunque las campañas mediáticas intenten maquillar las verdaderas causas.
Fijémonos en la provincia de Leyte, en el centro del archipiélago de Filipinas, donde el tifón ‘Haiyan’, uno de los más fuertes en azotar esta zona, se ha cebado con los empobrecidos, en estos días. La provincia de Leyte es una de las más pobres de Filipinas, con construcciones muy sencillas y sin apenas consistencia constructiva, donde se calculan más de 10.000 muertos.
Tacloban, la capital costera de 178.000 habitantes, está inundada y destruida al igual que otras las localidades en un radio de un kilómetro en torno a la capital de Leyte. Miles de personas buscan comida y cobijo por las calles de la ciudad.
Según fuentes gubernamentales, entre el 70 y el 80% de las zonas por las que ha pasado el tifón ‘Haiyan’ han quedado destruidas debido a las intensas lluvias y las fuertes tormentas que han provocado cortes en el suministro eléctrico, deslizamientos de tierras, inundaciones y el derrumbamiento de edificios, árboles e infraestructuras.
De los huracanes o tifones más fuertes (mayores de 250 kilómetros por hora) hemos de extraer estos datos y compararlos según el país sea empobrecido o enriquecido.
- Katrina (2005) en el Golfo de Méjico (EEUU): Al menos 1.833 personas fallecieron debido al propio huracán o las consiguientes inundaciones, convirtiéndose en el huracán más mortífero en Estados Unidos desde el Huracán San Felipe II de 1928. (Tengamos en cuenta que los efectos más mortíferos se produjeron sobre la población con peores edificaciones y más pobre de estas zonas del Golfo de Méjico)
- Mitch (1998) en Centroamérica al menos 19.000 muertos (entre cadáveres y desaparecidos).
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Autor: Luis A. Fernández