Tiroteados en Grecia una veintena de trabajadores extranjeros explotados

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La situación de los inmigrantes empobrecidos en el sur de Europa en medio de una crisis provocada, requiere la necesidad de recuperar la memoria y los ejemplos de lucha solidaria protagonizada por los mismos griegos, en estos momentos tan difíciles.

En 2008, la villa agrícola de Manolada (oeste de Grecia) fue escenario de protestas y huelgas de migrantes temporeros por las penosas condiciones de trabajo. En 2009, dos ganaderos locales arrastraron atados a una moto a dos jornaleros de Bangladés, a los que acusaban de haber robado unos corderos, y otro nativo torturó a un jornalero egipcio…

Pero el pasado 17 de abril la violencia se desbocó cuando una protesta de 200 trabajadores extranjeros de la fresa, que reclamaban salarios impagados hace meses, derivó en drama. Dos capataces dispararon contra ellos con una carabina para dispersar la concentración, hiriendo a una veintena (o una treintena, según medios locales) de bangladesíes, ocho de ellos de gravedad.

Inmigración a la UE por Grecia

Alrededor del 20% de los inmigrantes albaneses —la primera inmigración importante en Grecia, en los noventa, empleados sobre todo en la agricultura y la construcción— han regresado a su país en los últimos cinco años, siendo sustituidos por mano de obra aún más barata procedente de Oriente Medio, Asia y África.

Para los más de 100.000 indocumentados que grosso modo llegan cada año al país por vía terrestre (a través de Turquía) o marítima, Grecia, inicialmente un territorio de paso, se ha convertido en una ratonera de la que ni siquiera pueden, como los albaneses, salir.

La explotación de trabajadores indefensos por parte de terratenientes forma parte de la historia de Grecia, al igual que los esclavizados en estas explotaciones agrícolas en la actualidad. Sin embargo, los trabajadores y los campesinos griegos desempeñaron una importante función en estas luchas durante el siglo pasado y por ello es una tragedia ver cómo hoy algunos griegos pisotean los derechos de los trabajadores extranjeros.

El crimen cometido en Manolada, en el Peloponeso occidental, no ha sido el primero en el área, ni tampoco el primero en Grecia. Desde 2006 se sabía que en Manolada, los recolectores inmigrantes de frutas, sobre todo de Bangladés, trabajaban en condiciones lamentables por un sueldo irrisorio, sin derechos, sin protección. También sabíamos que los dueños de tales latifundios no dudaban en ejercer la violencia a través de sus capataces. La situación se repetía en muchos otros lugares y afectaba a inmigrantes no documentados, así como a muchos que ya llevaban años en la zona. Por lo general, sabíamos que la explotación y la injusticia eran la norma.

Grecia tiene historia de emancipación obrera y campesina. No se puede perder la memoria solidaria de un pueblo.

Hace 100 años (en 1907 para ser exactos), los terratenientes griegos ordenaron el asesinato de Marinos Antypas, un activista que estaba organizando a los campesinos sin tierra de Tesalia. Tres años después, la batalla entre los campesinos y las autoridades de Kileler en Tesalia se convirtió en el gran hito de la emancipación de los campesinos griegos.

Pero las luchas de los trabajadores griegos no se limitaban a Grecia.

Ilias Spantidakis, originario de Creta, conocido como Louis Tikas en Estados Unidos, se hizo un hueco en la historia del movimiento obrero estadounidense, al dirigir una gran huelga entre los mineros de carbón de Colorado. El 20 de abril de 1914, fue asesinado junto a unos 18 trabajadores en huelga, a manos de la milicia que servía los intereses de los propietarios de las minas.

Fuentes: Press Europ, El País