Transnacional Glencore emplea a niños de 10 años en República Democrática del Congo

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Una investigación de un programa de TV encontró que el gigante proveedor y comercializador de materias primas Glencore se está beneficiando del trabajo de menores de edad en una concesión minera que posee en la República Democrática del Congo.

La filmación encubierta revela que niños de apenas 10 años trabajan en la mina de cobre de Tilwezembe. Aunque fue oficialmente cerrada en 2008, la concesión aún le pertenece a la empresa que tiene su sede en Suiza.

En el programa, que se transmitió el lunes 16 de abril, el presidente ejecutivo de Glencore, Ivan Glasenberg, salió al paso de las acusaciones declarando que «definitivamente no sacamos provecho del trabajo infantil en ninguna parte del mundo».

Según Glasenberg, los niños eran empleados por mineros artesanales que «ocuparon nuestras tierras en 2010 sin nuestra autorización», agregando que la compañía estaba «solicitando al gobierno que sacara a los artesanos de nuestra concesión».

Sin embargo, documentos obtenidos por el programa muestran que parte del cobre extraído de la mina en cuestión fue enviado desde la planta procesadora a una empresa fundidora de Glencore en el vecino Zambia.

Glasenberg también negó rotundamente que Glencore comprara cobre extraído de Tilwezembe.

Derrumbes fatales

La Ley internacional prohíbe que los menores de 18 años trabajen en minas.

Los mineros que trabajan en Tilwexembe le dijeron a la BBC que 60 de sus compañeros murieron en la concesión el año pasado, convirtiéndola en una de las más peligrosas del mundo.

Un adolescente de 16 años señaló que los accidentes eran comunes y que las muertes por derrumbes eran cuestión de rutina. Un amigo suyo falleció precisamente al ser aplastado en un deslizamiento.

El programa pudo filmar secretamente a mineros descendiendo para extraer cobre a pozos de cerca de 50 metros de profundidad, sin ningún tipo de seguridad ni equipos para respirar.

El programa también encontró evidencias de desechos acídicos que terminaron en un río cercano a la refinería de cobre de Glencore ubicada en Luilu.

Río arriba, donde los locales pescan y se bañan, el agua era cristalina y verde. Más abajo de las tuberías de Glencore había sedimentos marrones.

Una organización no gubernamental suiza hizo pruebas del agua para determinar su acidez y encontró un valor de PH de 1,9 con 1,0 de ácido puro y 7,0 neutral.

Al ser consultado sobre la acidez de las aguas, Glasenberg indicó que la contaminación había comenzado mucho antes de que la compañía adquiriera la refinería.

«He estado en ese río», dijo Glasenberg. Eso es lo que la gente le ha estado lanzando durante 50 años. Es por eso que Glencore ha gastado una gran cantidad de dinero para eliminar este problema». Según la empresa ya la situación se resolvió. Mientras tanto, los pobladores locales no han recibido ninguna compensación por lo ocurrido.

Envuelta en controversia

No es la primera que Glencore está en el centro de la polémica.

En diversas partes del planeta ha sido acusada de corrupción, evasión fiscal y delitos contra el medio ambiente, cosas que la compañía niega.

La compañía, que emplea directa o indirectamente a más de 54.000 personas en más de 30 países, es uno de los mayores proveedores y comercializadores de materias primas, con varias oficinas en América Latina.

Controla el 50% del cobre que se comercializa internacionalmente, 60% del zinc y más del 20% del aluminio y el petróleo.

Según un informe especial publicado por Reuters el año pasado, Colombia le impuso una multa de 700.000 dólares, luego de acusarla de cometer varias violaciones medioambientales a lo que la empresa replicó que los castigos obedecían a problemas que habían ocurrido antes de que los activos mineros afectados en ese país pasaran a ser de su propiedad.

En mayo de 2011 Glencore debutó en la Bolsa de Valores de Londres, recaudando cerca de 10.800 millones de dólares.

En febrero de este año anunció una fusión con la empresa británica de explotación minera Xstrata (valorada en unos 90.000 millones de dólares) en medio del regocijo de los accionistas y de las dudas sobre las consecuencias que tendrá el nuevo gigante sobre los precios y economías especializadas en materias primas como América Latina.

La fusión aún está en trámites y sujeta a la aprobación de los entes reguladores europeos.