Según informa el Diario de Cádiz (3 de Noviembre 2004), ´un miembro de la nueva ejecutiva local del PSOE ha dimitido de su cargo y ha dejado la formación por lo que considera una política en contra de la familia y la enseñanza de la religión católica´.
Sr. Director:
Según informa el Diario de Cádiz (3 de Noviembre 2004), «un miembro de la nueva ejecutiva local del PSOE ha dimitido de su cargo y ha dejado la formación por lo que considera una política en contra de la familia y la enseñanza de la religión católica».
Guillermo Morán González fue designado hace tres semanas responsable de la Secretaría de Medio Ambiente de la formación en la asamblea local. En su escrito de dimisión apunta que es «profundamente católico» por lo que «me encuentro en una situación muy incómoda en una organización que maltrata a la familia».
Así se posiciona en contra del anteproyecto de ley, que pretende permitir el matrimonio homosexual y la adopción de niños por parte de estas parejas. Asimismo, habla de «persecución» a la Iglesia Católica por parte del Gobierno central que dirige José Luis Rodríguez Zapatero, «queriendo hacer de España un país laico cuando nuestra Constitución lo define como no confesional, con especial reconocimiento a la Iglesia Católica». «Al defender yo tanto la familia — agrega el comunicado — no puedo estar en otra organización que va en contra de estos planteamientos».
¿Se puede ser católico y socialista? Si ser socialista es que el fin no justifica los medios, defender valores, los derechos humanos desde la concepción a la muerte natural, la familia, la justicia social, la ética, solidaridad y defensa de la igualdad de oportunidades, pues sí. Pero si ser socialista es regirse por el fin sí justifica los medios, no reaccionar ante leyes que permiten suprimir vidas humanas al poco de la concepción (aborto) y antes de la muerte natural (eutanasia), la no creación de riqueza ni de empleos, fomentar el odio guerra-civilista, manipulación, insolidaridad, y no hacer nada por dogmatismos trasnochados contra el fracaso escolar, las drogas, los terrorismos, y ser permisivo ante otras lacras, pues no se puede ser católico.
Ignoro si estos razonamientos le han valido al concejal del PSOE, Guillermo Morán González. Este socialista ha dimitido de su cargo (Secretaría de Medio Ambiente) del Ayuntamiento del Puerto de Santa María (Cádiz) y ha dejado la formación en la que militaba. En su escrito de renuncia apunta que es «profundamente católico» por lo que «me encuentro en una situación muy incómoda en una organización que maltrata a la familia». Felicito a este concejal por su coherencia al anteponer sus valores a los del partido, que ha perdido sus esencias más genuinas.
Antonio García-Berbel