Joaquín Muns considera una "burla" a la opinión pública y a los países pobres el compromiso del G-8 de aumentar en un plazo de 10 años la ayuda al desarrollo hasta el 0,7. Indicó que ese porcentaje se había quedado "obsoleto" porque se había incrementado la brecha entre países pobres y ricos y apuntó que la condonación de la deuda externa realizada "no representa más del 1,5 por ciento de la deuda total del tercer mundo".
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Europa Press
22-07-2005
El ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial Joaquín Muns considera una «burla» a la opinión pública y a los países pobres el compromiso del G-8 de aumentar en un plazo de 10 años la ayuda al desarrollo hasta el 0,7. Muns afirmó que ya hace 15 años un Nóbel de económica indicó que ese porcentaje se había quedado «obsoleto» porque se había incrementado la brecha entre países pobres y ricos.
Muns mostró su escepticismo respecto a la voluntad de los gobiernos. No obstante, señaló que los democráticos se mueven por intereses privados y opinión pública. «Nuestra obligación es hacer pesar esta parte para que se deban más a los ciudadanos y menos a los intereses privados», dijo, durante la presentación del curso de verano «? Otro mundo es posible? La globalización económica y sus alternativas», organizado por la Universidad Pública de Navarra, que comenzó esta mañana con el objetivo de ofrecer desde un punto de vista económico visiones diferentes de la realidad económica actual.
Muns considera que «la globalización es una suma de elementos tanto negativos como positivos, y lo que hay que hacer es buscar la potenciación de los efectos positivos». Afirmó que de la globalización se están derivando serios problemas y criticó que los «políticos no nos ayudan nada». Respecto a la reunión del G-8, recordó que lo que aprueban son «sólo recomendaciones» o «simples promesas» y apuntó que la condonación de la deuda externa realizada «no representa más del 1,5 por ciento de la deuda total del tercer mundo».