Tanto los chiís como los kurdos creen que ha llegado su momento. La amenaza de un conflicto civil se cierne sobre Iraq, según señaló ayer el rotativo norteamericano «The Seattle Times» en referencia a un informe de la Agencia Central de Inteligencia de EE UU. El temor a la violencia chií por la inminencia con la que esta población reclama comicios libres, las acciones de la guerrilla contra la ocupación y la urgencia con la que los kurdos iraquíes exigen la autonomía, mantienen a jaque a la comunidad internacional.
Fuente: La Razón
Por Alejandro Fernández
Un reciente informe confidencial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense ha advertido de que Iraq se encuentra al borde de la guerra civil, según informó ayer el diario norteamericano «The Seattle Times». Miembros activos y retirados de la CIA expusieron la pasada semana estas conclusiones de forma oral y bajo anonimato debido a la confidencialidad de la información.
Lo más probable, según el rotativo de Seattle, es que esta información le haya sido proporcionada a la CIA por alguno de sus elementos de inteligencia infiltrados en el seno del Consejo de Gobierno iraquí. Según el diario, los autores del estudio recogen el temor a que las demandas de la mayoritaria población chií en favor de elecciones libres se transformen en actos de violencia y en más acciones de resistencia a la ocupación en todo el territorio de Iraq.
Asimismo, la minoría kurda iraquí del norte está presionando para conseguir la autonomía y el acceso a los ingresos procedentes de la exportación de petróleo, actualmente controlada por las autoridades de EE UU. Tanto chiíes como kurdos creen que ha llegado su momento, señalaron los agentes de la CIA. «Creen que si no lo consiguen ahora no lo tendrán nunca y ambos se han sentido en el pasado traicionados por EE UU», afirman. Según otro oficial citado por el diario, la preocupación por una posible guerra civil en Iraq también está presente en el Departamento de Estado y en el Consejo Nacional de Seguridad. Los distintos grupos que componen el Consejo (principalmente los chiíes) están presionando a Washington para que acepte elecciones en Iraq, y según «The Seattle Times», esta información filtrada al rotativo podría tener como objetivo influir en el Gobierno de George W. Bush para que acelere la celebración de comicios. En el seno del Consejo iraquí se libra una lucha interna entre las facciones de chiís, kurdos y diversos grupos controlados por la CIA -entre los cuales sobresale el Congreso Nacional Iraquí (CNI), liderado por el banquero Ahmed Chalabi, favorito del Pentágono- que se disputan entre sí el control político de Iraq desde el derrocamiento de Sadam.
El ambiente de crispación que se vive en el país árabe se enrareció aún más con la noticia de que Japón investigará los presuntos planes de elementos leales a Sadam para atentar contra los recién llegados soldados japoneses a Iraq, según informó ayer la prensa local. La agencia Kyodo aseguró que funcionarios de la Agencia de Defensa, con rango de Ministerio, informaron a los dirigentes de la coalición gobernante de la detención esta semana en Samawa, al sur de Bagdad, de cinco sospechosos que intentaban atacar a la avanzadilla militar llegada esta semana a esa ciudad. Las fuentes indicaron no saber a ciencia cierta si el grupo, al que le fueron requisados explosivos, había elegido a los soldados japoneses como objetivo, y añadieron la necesidad de investigar el caso. La noticia del hipotético ataque contra la misión de Tokio ha añadido incertidumbre a la decisión que el Gobierno tenía prevista tomar hoy para ordenar la salida futura del grueso del contingente militar nipón, de unos 600 soldados de tierra, asignado a la reconstrucción de Iraq.
Por otra parte, ayer se difundieron en Alemania los resultados de un informe que revela que un 51 por ciento de los alemanes rechaza una intervención humanitaria en Iraq, mientras que el 47 por ciento la aprobaría. La encuesta refleja que en los Estados federados que conformaban el antiguo territorio germano-oriental, el rechazo a esa eventual intervención alcanza el 64 por ciento, mientras que en el oeste esa cifra es del 48 por ciento. Ap