Desde 1986 el jesuita español Luis Ruiz Suárez, de 90 años, ha abierto en China, donde llegó en 1941, un total de 145 leproserías, que acogen a 10.000 enfermos. Conscientes de que la lepra de hoy es el sida, las autoridades chinas pidieron al sacerdote y misionero asturiano que pusiera en marcha un centro para el tratamiento de los enfermos terminales de esta pandemia…
LA RAZÓN
05/07/2004
Aunque su labor no sea tan conocida como la de Vicente Ferrer o la Madre Teresa de Calcuta en la India, desde 1986 el jesuita español Luis Ruiz Suárez, de 90 años, ha abierto en China, donde llegó en 1941, un total de 145 leproserías, que acogen a 10.000 enfermos. Conscientes de que la lepra de hoy es el sida, las autoridades chinas pidieron al sacerdote y misionero asturiano que pusiera en marcha un centro para el tratamiento de los enfermos terminales de esta pandemia. Ruiz Suárez aceptó la petición y ya ha empezado a funcionar el «Aids Caring Centre» en Hong-jian, ciudad portuaria del río Yuan, en la provincia de Hunan. El centro forma parte de un complejo que incluye una casa de desintoxicación y rehabilitación de drogadictos, informa el último número de la revista Misioneros del Tercer Mundo, editada por las Obras Misionales Pontificias. Luis Ruiz Suárez fue «la estrella» del Congreso Nacional de Misiones que se celebró en septiembre del año pasado en Burgos, organizado por la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal Española. Nacido en Gijón en 1913, entró en el Noviciado de los Jesuitas de Salamanca en 1930; al año siguiente fue expulsado de España por el Gobierno Republicano y desterrado en Bélgica. Ivicon