CAMPAÑA POR LA PROMOCIÓN DE LECTURA SOCIAL
Era difícil, hace 60 años, no conocer a este autor francés: Maxence Van der Meersch, uno de los grandes clásicos del siglo XX. Nacido en 1907, en Roubaix, ciudad del Flandes francés, disfrutó de una infancia y juventud bastante agradable y grata. Hijo de una familia acaudalada, lo cual le permitió cursar brillantemente estudios de literatura y derecho. Con la fortuna de sus padres pudo iniciar una vida llena de triunfos fáciles.
Pero ocurrió un hecho que cambió profundamente su vida y su visión de la realidad. Se enamoró de una joven obrera, huérfana, trabajadora en una fábrica, viviendo en una insalubre habitación con sus dos hermanas menores a cargo de ellas.
Y así es como Van der Meersch renunció a su carrera, a su vida acomodada, adinerada y se comprometió a la labor permanente de defender a los desheredados de un sistema social injusto.
Lo primero que hace es conocer la vida de su mujer, una existencia llena de miseria y sacrificios. Y posteriormente, recorrer los barrios proletarios, las fábricas y los hospitales recibiendo confidencias de una humanidad sufrida y tratada de forma indigna.
Maxence Van der Meersch, comprende que la única forma que tiene para denunciar tantos crímenes sufridos por los empobrecidos de la época, la clase obrera, es orientarse hacia la creación literaria.
Así nacen una serie de obras como Cuerpos y almas, Cuando enmudecen las sirenas, Porque no saben lo que se hacen, Una esclavitud de nuestro tiempo, Leed en mi corazón, El pecado del mundo, La compañera, La máscara de carne, El coraje de vivir…novelas que con una prosa conmovedora y realista, ambientan un contexto social y económico injusto, además de recrear personajes realistas que luchan por superar las pruebas que les impone la existencia, desde enfermedades y pobreza hasta conflictos emocionales y éticos.
Van der Meersch destaca la importancia de la solidaridad, la esperanza y la fortaleza interior, ofreciendo una reflexión sobre el significado de vivir con dignidad frente a las dificultades.
Desde nuestra campaña de promoción de la lectura, nos gustaría que este autor no caiga en el olvido. Su talento consiguió transmitir los valores de un cristianismo que es compromiso por un mundo más justo y fraterno. Y esto fue debido a que su respuesta personal ante el sufrimiento fue la conversión al catolicismo.
En todas sus obras deja traslucir, en la descripción de ambientes y personajes, el coraje especial de actuar y decidir en coherencia con la propia fe.
Un ejemplo de ello lo tenemos en su libro Leed en mi corazón. Nos encontramos con la historia de Denise, una joven obrera en el París de la primera mitad del siglo XX. Es la segunda parte de una trilogía autobiográfica del autor. Muestra a la sociedad tal cual era, con sus horrores fruto de la industrialización que provocaba la concentración de las riquezas en pocas manos. En algunas partes el narrador detiene el relato para reflexionar desde su presente, como habiendo madurado un pensamiento: “Hoy, sí me asombro. Hoy sé que detrás de nosotros estaba Cristo en el umbral de cada puerta. Y que aquellas gentes también lo sabían, y hacían que saliese la criada a recibir a Cristo”.
Volver a leer a Van der Meersch es encontrarse, en una sociedad donde prima la frivolidad cultural y un arrogante relativismo, con un auténtico tesoro: una vida llena de sentido y esperanza.
Si tienes interés por tener alguno de sus libros ponte en contacto con nosotros.
