Son por lo menos 300.000 los migrantes que cada año terminan en las prisiones de los Estados Unidos por carecer de documentos que les autoricen a entrar en el territorio de ese país
Fuente: Misna
Esta cifra está contenida en un informe difundido por la sección estadounidense de Amnistía Internacional, que también denuncia que la mayoría de los migrantes no logra obtener la re-examinación de su situación.
Con frecuencia –se lee en el informe titulado «Encarcelados sin Justicia: migrantes detenidos en los EE.UU.»– es tan difícil obtener una representación legal que muchos migrantes detenidos prefieren pedir ser expulsados de los EE.UU. que pasar meses o años en la cárcel junto a los presos comunes.
Las condiciones de detención a las que se ven sometidos los migrantes detenidos violan tanto los estándares internacionales como las normas previstas en la misma legislación estadounidense sobre el trato a los detenidos. La organización de defensa de los derechos humanos ha documentado el uso inoportuno y excesivo de restricciones a la libertad de las personas, un insuficiente acceso a la asistencia sanitaria, a la representación legal o a otras formas de asistencia, así como la imposibilidad de contactar a los familiares.
«Los Estados Unidos y sus ciudadanos –dijo Larry Cox, el director de Amnesty USA, al presentar el informe– deberían estar profundamente indignados por la gravedad de las violaciones a los derechos humanos que se verifican dentro de sus fronteras». Según Amnesty, los migrantes carentes de permiso de residencia que viven en los EE.UU. son unos 12 millones. La mayor parte de ellos proviene, en orden descendente, de México, El Salvador, Guatemala, las Filipinas y China.