Veinte años despúes, víctimas de Bohpal luchan por sobrevivir

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Durante la noche del 2 de diciembre de 1984 una fuga de unas 40 toneladas de Isocianato de Metilo (Metilisocianate o MIC) causó la muerte a 8.000 personas. En los siguientes años, 16.000 personas más murieron y medio millón sufrieron daños en su salud. Hoy en día, unas 150.000 personas de Bhopal están crónicamente enfermas. La fábrica de pesticidas de Bhopal era propiedad de la multinacional estadounidense Union Carbide Corporation, ahora comprada por la empresa Dow Chemical. Las campañas para que esta compañía asuma sus responsabilidades continúan, aportando cada vez más datos. En 2002, un estudio hecho público por la alianza de organizaciones Campaña Internacional por la Justicia en Bhopal (ICJB, sus siglas en inglés) demostraba que las sustancias químicas de la fábrica abandonada en Bhopal se habían filtrado al agua y alimentos. Así, se detectó restos de estos venenos en la leche materna de muchas mujeres de Bhopal…


 

En 1984, una fábrica de pesticidas en India causó 8.000 muertos –más 16.000 en los años siguientes- y medio millón de afectados. Veinte años después, los plaguicidas siguen envenenando personas en los países del Sur.

“El horror. Lo indecible. Impelida por el viento, la nube de gas alcanza en casi todas partes al flujo humano que huye intentando ponerse a salvo (…). Algunos, con los pulmones reventados, ruedan por el suelo con atroces convulsiones”. Ésta es la descripción que Dominique Lapierre y Javier Moro hacen del mayor desastre industrial en la historia en el libro Era medianoche en Bhopal.

Durante la noche del 2 de diciembre de 1984 una fuga de unas 40 toneladas de Isocianato de Metilo (Metilisocianate o MIC) causó la muerte a 8.000 personas. En los siguientes años, 16.000 personas más murieron y medio millón sufrieron daños en su salud. Hoy en día, unas 150.000 personas de Bhopal están crónicamente enfermas.

La fábrica de pesticidas de Bhopal era propiedad de la multinacional estadounidense Union Carbide Corporation, ahora comprada por la empresa Dow Chemical. Las campañas para que esta compañía asuma sus responsabilidades continúan, aportando cada vez más datos. En 2002, un estudio hecho público por la alianza de organizaciones Campaña Internacional por la Justicia en Bhopal (ICJB, sus siglas en inglés) demostraba que las sustancias químicas de la fábrica abandonada en Bhopal se habían filtrado al agua y alimentos. Así, se detectó restos de estos venenos en la leche materna de muchas mujeres de Bhopal.

La negligencia que causó la tragedia de Bhopal se recuerda anualmente, el 3 de diciembre, como el Día Mundial del No Uso de Plagicidas. Porque estas sustancias químicas continúan provocando graves crisis sociales y ambientales en los países más pobres, no en forma de accidentes sino a través de los modelos de producción agrícola que incrementan el uso de los plagicidas.

ENVENENAMIENTO INVISIBLE

Resulta muy difícil de conocer el número de intoxicaciones que se producen por la utilización de los plagicidas. En los años ochenta, Naciones Unidas calculaba que la tasa de intoxicaciones en los países del Sur podía ser 13 veces mayor que en el Norte, por lo que declaró los plagicidas como uno de los mayores problemas a nivel mundial.

Hoy en día, América Latina es la parte del mundo que más sufre las consecuencias del uso de plagicidas. Según la Red de Acción en Plaguicidas y Alternativas-América Latina (RAP-AL), Colombia tiene licencia para vender 1.370 plaguicidas comerciales con 28 ingredientes activos catalogados por la Organización Mundial de la Salud como extremadamente y altamente peligrosos.

Uno de los pesticidas más peligrosos es el paraquat, un compuesto químico tóxico utilizado ampliamente como herbicida, principalmente para el control del pasto y la maleza. La empresa que lo comercializa es Syngenta, bajo el nombre de gramoxone, en más de cien países.

La toxicidad de este herbicida ya ha sido ampliamente demostrado. La organización Pesticide Action Network North America (PANNA) ha entrevistado a mujeres indonesias en contacto con este producto químico para demostrar daños en la piel, diarrea, dificultades respiratorias, etc. Al mismo tiempo, PANNA ha demostrado que existen varios sustitutos que permiten prescindir de este herbicida.

Mientras que 11 países ya han prohibido o restringido el uso de paraquat, la empresa Syngenta ha inaugurado una nueva fábrica en China para la producción de esta sustancia tóxica. PANNA ha iniciado una campaña para exigir a Syngenta que deje de producir el herbicida.


Fuente: XOSé RAMIL / CANAL SOLIDARIO

 

HIROSHIMA QUIMICA

Veinte años después, víctimas de Bhopal luchan por sobrevivir

Thu December 2, 2004 11:14

BHOPAL, India (Reuters) – Es una noche que atormentará a Rabia Sultan durante el resto de su vida.

Pocos minutos después de que se hubiera acostado, el 2 de diciembre de 1984, tanto ella como su marido sintieron un picor abrasador en los ojos y comenzaron a vomitar sangre y a echar espuma por la boca.

«Era como si alguien estuviera quemando chiles picantes en el aire», se estremece la mujer de 55 años al recordar la noche en la que casi 40 toneladas de gas mortal escaparon de un tanque en una planta pesticida en la ciudad de Bhopal, en el centro de la India.

«Mi estómago se infló y los ojos parecía que iban a salirse de las órbitas. Salimos corriendo de casa y encontramos la calle literalmente llena de cadáveres, tanto de personas como de animales», dice, apartándose los flecos de su pelo gris de la frente.

Sultan tuvo suerte y sobrevivió. Su marido murió unos meses después.

Más de 3.500 personas murieron poco después de que la planta escupiera nubes del altamente tóxico metil isocianato en el corazón de esta ciudad, donde ahora viven 1,8 millones de personas, según los datos del Gobierno.

Las autoridades dicen también que al menos 15.000 personas han muerto desde que se produjo el escape, aunque los activistas colocan esta cifra más cerca de las 33.000.

Dos décadas después, el dolor no se ha aliviado para Sultan ni para ninguno del medio millón de personas restantes afectadas por uno de los peores desastres industriales del mundo, en una factoría propiedad de Union Carbide, ahora subsidiaria de Dow Chemical, en Bhopal.

Mientras Bhopal se prepara para el 20 aniversario de lo que muchos describen como la «Hiroshima química», decenas de miles de supervivientes siguen luchando.

Miles de los que quedaron expuestos esa noche a las densas nubes de humo todavía sufren de numerosas afecciones, desde tuberculosis o cáncer a falta de respiración mareos, falta de concentración y casi cegueras.

Los supervivientes – la mayoría gente pobre de clase trabajadora – sigue reclamando justicia. Dicen que hasta ahora solo han recibido unas 100,000 rupias (1,68 euros, aproximadamente) por los muertos, e incluso menos por los heridos.

Dos décadas después, la planta todavía filtra venenos en el subsuelo que afectan al agua que bebe la gente, según los activistas, que aseguran que casi 8.000 toneladas de líquidos tóxicos siguen en la factoría. Los niños juegan y el ganado pace no muy lejos de un edificio decrépito lleno de sacos con polvos.

TONELADAS DE RESIDUOS TOXICOS

India sigue presentando cargos criminales contra el ex presidente de Union Carbide Warren Anderson, que vive en Estados Unidos.

Union Carbide y su socio, Union Carbide India, así como Dow Chemicals, que compró UCC en 2001, han declarado públicamente que no tienen ninguna responsabilidad por el escape, sus consecuencias o los venenos que siguen empapando las tierras.

Dow dice que todas sus responsabilidades concluyeron en 1989, cuando Union Carbide pagó 470 millones de dólares (unos 353 millones de euros) a los residentes de Bhopal.

Durante muchos años, solo una pequeña parte de esa cantidad se llegó a distribuir, debido a los enredos legales y burocráticos. Pero el mes pasado, las autoridades comenzaron a repartir el dinero, tras una decisión del Tribunal Supremo del mes de julio que ordenaba el pago de la cantidad restante a las víctimas.

Los médicos de la ciudad dicen que muchos supervivientes – y algunos de las generaciones posteriores – siguen padeciendo profundos desórdenes psiquiátricos, y su crecimiento se ha visto afectado, mientras las mujeres sufren severos problemas ginecológicos.

Por Sugita Katyal