En una Exhortación Pastoral el episcopado confirma la “incapacidad” del Ejecutivo para salir de la crisis, ve en la “ley antibloqueo” un instrumento del régimen para dilapidar los recursos nacionales, afirma que la convocatoria a elecciones es inmoral y sentencia que tanto el oficialismo como la oposición no tienen un proyecto de país.
Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
“Venezuela reclama a gritos un cambio de actitud en toda la dirigencia política”. Esta es solo una de las tantas frases con las que se podría perfilar una síntesis de la nueva Exhortación Pastoral de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) que, sin temor a repetirse, exponen – esta vez a interlocutores “de la comunidad nacional e internacional” – sus reflexiones sobre la dramática situación social, económica, moral y política que vive del país. Abren el documento con las “ya conocidas” angustias y carencias que sufre el pueblo de Venezuela, potenciadas ahora por la pandemia del COVID-19, pero en realidad se centran en la falencia del “régimen” enquistado en el poder y de toda la dirigencia política.
Gobierno incapaz enquistado en el poder
“El Ejecutivo Nacional ha demostrado su incapacidad para dar respuesta a los grandes problemas nacionales y sus actuaciones tienden a agravarlos. A todas luces, aparece que su único objetivo es permanecer a toda costa en el poder, sin importar cuanto sufrimiento traiga eso al pueblo venezolano”, constatan los Obispos.
Incluso, más adelante, los Prelados critican la llamada “ley antibloqueo”, aprobada por la “ilegítima” Asamblea Nacional Constituyente, por considerarla una expresión más de la voluntad del gobierno de actuar fuera de la legalidad y continuar a dilapidar los recursos nacionales, ahora, “de forma oculta y totalmente discrecional».
Elecciones sin transparencia ni reglas
No menos enérgica es la crítica a los sectores de oposición divididos y sin propuestas alternativas para un verdadero cambio. “Tanto el oficialismo como la oposición no presentan un proyecto de país que logre reunir y convencer la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano”, afirma el Episcopado. Una realidad que se complica aún más ante las elecciones parlamentarias convocadas para el próximo 6 de diciembre, que a juicio de los Obispos, lejos de contribuir a la solución democrática de la crisis política, la agrava.
“Es inmoral realizar elecciones cuando el pueblo sufre las consecuencias de la pandemia, carece de las condiciones mínimas para su subsistencia, y no existe transparencia en las reglas y mecanismos de verificación que deben regir un proceso electoral”, denuncia el Episcopado tras la reunión de las Comisiones Episcopales.
Al respecto, el documento recuerda que las elecciones presidenciales de 2018 estuvieron signadas por “condiciones ilegítimas” que han dejado en el poder al actual régimen “de facto”. Por lo tanto, el episcopado insiste en la necesidad de convocar a unas “auténticas elecciones parlamentarias y presidenciales” con condiciones de libertad e igualdad para todos los participantes y en presencia de observadores internacionales.
Unir fuerzas para restablecer la democracia
No obstante, frente a los sectores políticos y de la sociedad civil que llaman a la abstención, los Obispos responden que ésta en sí misma no basta poner en evidencia la ilegitimidad del proceso y alcanzar un cambio político. De allí su llamado a todos los sectores del país a unir fuerzas para restablecer los derechos democráticos de la nación.
“Es necesario acompañar la protesta pacífica, cívica y social que hoy se extiende en todo el país, establecer una ruta clara para la transformación política, democrática y civil, y superar personalismos que dañan la misión colectiva de lograr una Venezuela donde vuelva a imperar la justicia y la paz”, exhorta la CEV
Basta represión contra protestas pacíficas
Lamentablemente, el mismo documento condena la “censura informativa, la represión de los organismos policiales y militares y la persecución política” de las autoridades contra ciudadanos, que agobiados por la crisis, salen a las calles de manera espontánea a ejercer su derecho a la protesta pacífica y a reclamar sus derechos constitucionales. Actuaciones que ponen de manifiesto la “naturaleza” de un régimen” – corroborada en los “demoledores” informes del Comité de Derechos Humanos y de la Misión Internacional Independiente de la ONU – que irrespeta ampliamente la dignidad de las personas, hasta llegar a situaciones que “constituyen crímenes de Lesa Humanidad”.
“Es de justicia, por tanto, que los responsables de las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas sean juzgados, y que las instituciones del Estado actúen, conforme a derecho, para que estos hechos abominables no se produzcan de nuevo, rompiendo el “círculo infernal” de su carácter sistemático”, exigen los obispos.
En este contexto, una enésima denuncia se suma a las ya ampliamente señaladas por la CEV en los últimos años. Se trata del “maltrato de las autoridades militares y policiales” a los «caminantes», grupos de venezolanos que parten de cada rincón del país en interminables recorridos para atravesar la frontera en busca de una vida digna. “A lo largo del camino les requisan, les arrebatan sus pertenencias y el dinero que llevan – reclaman los Obispos – en vez de protegerlos, como lo juraron hacer ante Dios y la patria”
Pensar en un mundo con lugar para todos
La Exhortación Pastoral de la CVE menciona que el Papa Francisco en su reciente encíclica “Fratelli tutti” señala que “hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común” y denuncia que tanto en sus formas populistas como liberales se advierte la dificultad para “pensar un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas culturas”. De allí, la invitación de los Obispos a elevar oraciones a Dios para lograr una solución pacífica, la conquista de la convivencia democrática y el reencuentro de todos los venezolanos.