Entrevista realizada por M. Riedemann al director de la Human Rights Coalition K. Roderick
El doctor Roderick es un ministro episcopaliano, secretario general de la Coalición para la Defensa de los Derechos Humanos.
En esta entrevista, cuenta la historia de Vivian, de 15 años, secuestrada cuando se dirigía a casa desde la escuela en su nativo Irak; sus secuestradores le dijeron a su madre: «No queremos tu dinero. Queremos romperte el corazón».
En esta entrevista, Roderick habla no sólo del caso de Vivian sino de los problemas fundamentales de los cristianos que viven en el mundo islámico.
– ¿Desde cuándo trabaja en esto y qué fue lo primero que logró cuando empezó con este trabajo a favor de la iglesia perseguida y reprimida?
Roderick: Desde hace más de 23 años… El tiempo pasa rápidamente. Yo trabajaba con una organización en Inglaterra que ayudaba a presos religiosos de conciencia en la Unión Soviética. Organizábamos el envío de paquetes a las familias de los presos, que se escribieran tarjetas a los campos de prisión donde estaban retenidos y otras labores. Al final, con la disolución de la Unión Soviética, comenzamos a recibir peticiones para hacer lo mismo por los presos religiosos en el mundo islámico. Así que ampliamos nuestras perspectivas para lograr implicarnos primero en Egipto y Pakistán y, luego, en el Líbano y, finalmente en Irak, Irán y Sudán.
– ¿Puede darnos un contexto? ¿Cuál es el problema fundamental para los cristianos que viven en el mundo islámico?
Roderick: Número uno, son una minoría. Como con todo lo que lleva consigo ser una minoría, hay discriminación en el empleo así como en otros derechos sociales. Como minoría en un mundo islámico, también llevan el estigma de ser «dhimmi».
– ¿Qué significa?
Roderick: Ser un ciudadano de segunda clase institucionalizado. Un «dhimmi» es, en términos islámicos, un infiel que paga la «jizyaj», el impuesto para ser tolerado. Están excusados de participar en el ejército. Esta quizá sea la única ventaja. Es un estatus muy humillante y es una forma, por así decir, de mantener a la población minoritaria en su lugar. Es denigrante y deshumanizante y se suele deteriorar la dignidad básica de las minorías como individuos, y esto permite actos de violencia así como otras formas de limpieza étnica.
– ¿Cuál es el objetivo de los islamistas a este respecto?
Roderick: Los islamistas quieren islamizar su sociedad. Esto implica el establecimiento de la ley de la shariah sobre la población – y a veces incluso establecer la ley de la shariah sobre los no musulmanes – y esto crea un montón de dificultades. El objetivo básico es intentar reintroducir el pensamiento islámico ortodoxo desde una perspectiva muy conservadora.
– En el año 1900 los cristianos constituían cerca del 20% de la población de Oriente Medio. Hoy constituyen menos del 2%. ¿Cuáles son las razones de esta disminución de población?
Roderick: Creo que las continuas presiones aplicadas a las poblaciones minoritarias, sobre todo a los cristianos. Se sienten, y así son definidos por la población mayoritaria, como entrometidos, que no pertenecen a ella, aunque de hecho ellos sean la población indígena. El cristianismo estaba allí mucho antes. Así que, claro, si te convierten en un extranjero en tu propio país, estás en apuros.
Por eso creo que esta es una de las principales razones no sólo de la violencia que estalla de tiempo en tiempo – como hemos visto en Irak – sino también de las constantes clases de discriminación de las instituciones del gobierno y la sociedad, que tiende a marginar y sigue marginando. Con el nuevo resurgimiento islámico, estas presiones se han intensificado y se ha vuelto mucho más difícil ahora de lo que fue en el siglo XX.
– ¿Cuáles serían los ejemplos de discriminación tendente a la persecución absoluta?
Roderick: Una de las formas más comunes de discriminación institucionalizada comienza con el documento de identidad. De hecho, en muchos países como Egipto, debes tener en tu documento de identidad tu afiliación religiosa. Lo que significa esto es que hay restricciones automáticas para ti sobre las clases de trabajos para los que puedas esta cualificados, tus oportunidades educativas e incluso tu matrimonio. Tienes que declarar tu preferencia religiosa o tu identificación religiosa: cristiano, musulmán o judío. Es una forma de controlar y, de alguna forma, es casi comparable con la estrella amarilla de tiempos de los nazis.
– ¿Qué le viene a la mente cuando piensa en la persecución religiosa?
Roderick: Pienso en tanta gente que ha perdido sus vidas sólo por su fe y su identidad de cristianos. Como ejemplo, en Irak, una joven, de 15 años, yendo un día del colegio a su casa, es raptada. Los niños del colegio van a sus padres para decirles: «Vuestra hija Vivian ha sido raptada». Los padres esperan por la tarde esa llamada telefónica que pedirá un rescate, pensando que harán lo que sea por recuperar a su hija. Es una colegiala que sólo volvía a casa desde el colegio, y llega la llamada, y la madre dice a la voz: «Dígame lo que quiere, le pagaremos lo que sea». Y la voz replica: «No queremos tu dinero. Queremos romperte el corazón»
¡Qué traumático y terrorífico es esto para la familia! Varios días después, su cuerpo, mutilado, violado varias veces, es arrojado en la plaza de la ciudad y se llama a la familia para que lo recoja. Es tal la pérdida. Es una degradación – no sólo el asesinato – sino el mutilar a una persona. ¿A dónde va una doctrina que permite a un ser humano hacer esto a otro ser humano?
– ¿Y esto no está en el Corán?
Roderick: Y esto no está en el Corán. Eso es exactamente así. Y continúa. En Egipto, los servicios de seguridad del Estado torturan a los presos en los tres primeros días de su detención. Tienen dos departamentos dentro de la jefatura de Lazoughly. Uno para supervisar a los fundamentalistas islámicos y el otro para supervisar a los cristianos. Y suelen arrestar a los cristianos, sobre todo a los musulmanes convertidos, para levantar la presión que aplican a los fundamentalistas islámicos, y mostrar imparcialidad. Muchas veces son torturados de modo atroz durante los tres primeros días y, si nadie habla en su nombre, simplemente desaparecen en las prisiones.
– Quiero centrarme un poco más en Irak, especialmente porque hay una persecución evidente contra los cristianos. La población cristiana iraquí es ahora menos de la mitad de lo que era antes de la invasión. ¿Son todos estos actos como el secuestro un modo de purgar la tierra de cristianos?
Roderick: Sí. Algunos de los actos de violencia son, por supuesto, oportunistas y criminales, pero la mayoría están realmente dirigidos a presionar a la población para forzarla a irse. Por ejemplo, en el barrio de Dora en Bagdad, en el que en el 2004 vivían 20.000 familias cristianas, en el 2006 quizá había 1.000 individuos pendientes de intentar mantener las propiedades que tenían. Ha sido, de hecho, un programa de limpieza étnica que ha permitido que las milicias utilicen ese barrio como base para sus operaciones contra las fuerzas de la coalición en Bagdad. Ahora muchos de aquellos elementos – debido al cambio, que ha tenido lugar en el último año y medio – se han movido hacia el norte, por eso hay más problemas en Mosul o Kirkuk o incluso en las llanuras de Nínive. Las aldeas más pequeñas de allí se han quejado de que Al Qaeda ha fijado sus bases y va y vuelve a Mosul y utiliza a la población cristiana como escudo.
– ¿Por qué son un blanco tan fácil?
Roderick: Son un blanco tan fácil porque, tras la liberación, se pidió a todas las milicias que entregaran sus armas. La única milicia que accedió a la petición y entregó sus armas fue la milicia asiria. Así que no hay protección. No hay una fuerza de policía independiente que ofrezca protección a los aldeanos. Sólo hay consecuencias y estrategias implicadas y, desgraciadamente, los cristianos están generalmente del lado del que recibe.
– Los cristianos que quedan en Irak hablan de una iglesia gueto. ¿Qué es una iglesia gueto?
Roderick: Una iglesia gueto está encerrada. Se le permite sobrevivir en condiciones por debajo de lo que es la plena libertad dentro de la sociedad. Hasta ese punto, se está convirtiendo en norma en algunos países. Hay un gran miedo en Irak debido al desplazamiento de la población.
– Incluso en el lugar de nacimiento de Cristo, vemos ahora que los cristianos constituyen el 2,4% de toda la población. ¿Se enfrentan los cristianos a la extinción?
Roderick: Creo que la cuestión es: ¿Serán simplemente cuidadores de monumentos religiosos o tendrán un papel significativo que jugar en la sociedad? Creo que esta es la cuestión más importante. No es probable que sean erradicados completamente. La Iglesia es Cristo y Cristo no la dejará desaparecer pero, desgraciadamente, mucho de la vida de estas iglesias existe ahora en la diáspora, y la diáspora alberga muchas promesas y mucho potencial para reforzar y apoyar a esas poblaciones indígenas en donde están. Sí, la población en Tierra Santa ha disminuido y casi se ha vuelto insignificante, pero no creo que este sea necesariamente el curso futuro por siempre.
Así que debemos tener esperanza, pero hay que protegerla. Los cristianos tienen comprometerse en la defensa de sus hermanos y hermanas, y con todo lo que desacreditamos lo que ha ocurrido a los cristianos en Oriente Medio, parte de la responsabilidad la tienen los cristianos en Occidente. ¿Han emprendido alguna iniciativa? ¿Por qué no han levantado la voz? ¿Por qué no han salido a protestar? ¿Por qué apenas se ha escuchado en el púlpito o en las hojas de oraciones que se pida por los cristianos que son perseguidos en Oriente Medio? Parte de esto es problema nuestro. No nos hemos implicado. Esperamos que los cristianos de Oriente Medio soporten el peso por sí mismos. Han llevado la cruz solos. Es necesario que demos un paso adelante y ser una verdadera fuerza que les de apoyo y esto es algo que no hemos hecho muy bien.
– ¿Qué podemos hacer – usted y yo como cristianos?
Roderick: Creo que la cosa más importante es presionar a los responsables políticos. Tiene que haber algún tipo de esfuerzo profundo que les dé (a los políticos) el ímpetu y el respaldo para hacerlo. Creo que es también muy importante que exista alguna forma de relación individual entre quienes son perseguidos y quienes están en Occidente que haga que las libertades comiencen a formularse – que presione a los gobiernos norteamericano, británico, francés y europeo – que comience a presionar a aquellos gobiernos que toleran lo intolerable en sus propios países.