Los más acaudalados llegan a pagar hasta un 43% de impuestos, pero a partir de 2,4 millones de euros se puede crear una sociedad de inversión que permite reducirlos a la mínima expresión
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero no parece estar atento a las necesidades de un sistema fiscal que beneficia a los más ricos y se sostiene gracias a las clases medias. Las iniciativas fiscales que pretende el Ejecutivo no están dirigidas a hacer pagar más a los que realmente son muy ricos.
Hasta ahora el Gobierno socialista ha realizado las siguientes reformas tributarias:
a) Ha introducido la rebaja lineal de 400 euros en el IRPF de las declaraciones de renta, a pesar de que un gran número de contribuyentes no pudieron acogerse. Los marginados que se quedaron sin los 400 euros fueron los trabajadores autónomos, o sea 1.573.309 personas; los ahorradores o rentistas, aquellas personas que no tenían rentas salariales; y el gran colectivo de 6.361.699 declarantes cuyo nivel de ingresos está por debajo del umbral que obliga a realizar la declaración de la renta. Además se trataba de una rebaja que no pedía nadie y que ahora el Ejecutivo eliminará debido a la presión fiscal que está sosteniendo la economía española.
Además, como la ayuda de los 400 euros es igual para todos los contribuyentes se castigará con su supresión de nuevo a las personas de rentas situadas en niveles más bajos ya que la ayuda significaba un porcentaje mayor de sus impuestos. La consecuencia es que se trata de un aumento de la presión fiscal antiprogresivo ya que es un valor absoluto y no un porcentaje.
b) Anuló en 2008 el impuesto sobre patrimonio que según el Gobierno representaba una mejora fiscal de 1.800 millones de euros para alrededor de un millón de contribuyentes, pero que en la práctica anuló la posibilidad de ver cuáles eran las grandes fortunas.
c) Ha mantenido situaciones injustas como la de los futbolistas extranjeros que en España solamente pagan un 24% de impuestos en lugar del 43% que estarían pagando si fueran futbolistas nacionalizados españoles o si militaran en algún otro equipo de otras ligas europeas. Es una diferencia de 19 puntos que en sueldos astronómicos se traduce en una cifra muy elevada. Los futbolistas que se acogen al régimen especial de impatriados pueden gozar de esta ventaja fiscal durante seis años.
En España hay 1.500 impatriados que se pueden acoger a este régimen, de ellos 150 son deportistas. La Ley introducida por el PP en 2004 les garantiza un trato de favor por parte de Hacienda a pesar de sus salarios multimillonarios.
El desequilibrio del sistema fiscal
La pregunta que cabe hacerse es por qué el sistema fiscal español está desequilibrado a favor de los ricos y sobre todo de los muy ricos.
La principal figura fiscal que existe en España es el impuesto sobre la renta que puede llegar a un máximo del 43% para las rentas más altas. El problema de este porcentaje impositivo es que afecta solamente a la renta que se percibe anualmente en concepto de sueldo y no sobre otro tipo de rentas. Esto genera situaciones ridículas como la que demuestra una información publicada por el diario El Mundo el 21 de agosto que cifra en algo más de 60.000 personas los ricos que ganan más de 150.000 euros al año lo cual es del todo incierto y resulta una cifra bajísima.
Los datos de la misma cabecera muestran que sólo 2.132.270 personas tienen rentas superiores a los 30.000 euros, dato del todo insuficiente. El sistema financiero actual sólo tiene en cuenta el sueldo directo, pero no tiene en cuenta el capital indirecto que generan los bonus, las participaciones en acciones de las empresa y otros extras que se incluyen en los devengos.
El incremento del impuesto para la renta del capital
El otro impuesto de relevancia en nuestro sistema tributario es el de las rentas del capital que asciende al 18% de tributación que se paga por los beneficios que genera una cuenta corriente en un banco -con absoluta independencia de los ingresos que tenga ese contribuyente-. Por lo tanto, esta cifra afecta de igual modo a todos los tipos de rentas sin aplicar impuestos progresivos según si la persona es más rica o menos.
Este impuesto es el que quiere incrementar el Gobierno del PSOE independientemente de los ingresos del contribuyente o de si su origen es del cobro de intereses de una cuenta bancaria o de jugar en Bolsa. La recaudación de la renta del capital significa para las arcas del Estado una recaudación de 1.500 millones de euros, el incremento que se quiere aplicar estará entre el 2 o el 4 por ciento con lo que al Estado le supondrá una recaudación extra de 250 ó 500 millones de euros. Curiosamente fue el PSOE el que suprimió en 2007 su tributación si los rendimientos no superaban los 1.500 euros.
Hacienda podría recaudar por el conjunto de las rentas del capital y de las plusvalías unos 2.000 millones de euros aunque es en la supresión de la ayuda lineal de los 400 euros para rentas del trabajo donde sacará mayor tajada: 6.000 millones de euros según las cifras oficiales.
Sí habrá un aumento del IRPF
A pesar de que Rodríguez Zapatero afirmó que no se incrementaría el IRPF resulta evidente que la subida fiscal que prevé hará aumentar el IRPF. Una vez más el discurso del presidente resulta engañoso ya que cuando se quita una desgravación lo que se hace es aumentar la presión fiscal.
A pesar de que el ministro de Fomento, José Blanco, afirmó que «es necesario elevar determinados tipos impositivos de las personas que tienen más renta» es evidente que sigue afectando a todos los contribuyentes sin discriminación y sigue favoreciendo a los ricos.
El portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, respondía al ministro Blanco que las «rentas altas» de las que habla el titular de Fomento, son en realidad «las clases medias, comenzando por las medias bajas» calificando así de «parcheo» la iniciativa del Gobierno.
Una vía legal de evasión de impuestos: las Sicav
A pesar de los incrementos fiscales que se quiera realizar desde el Ejecutivo, eso no tiene porque afectar a los más ricos ya que las grandes fortunas canalizan sus inversiones a través de las llamadas Sociedades de Inversión de Capital Variable (Sicav), sociedades anónimas que ofrecen grandes beneficios y ventajas fiscales a los afortunados que tienen los 2,4 millones de euros de capital mínimo que cuesta poder crear una Sicav.
Los titulares de las Sicav pueden vincular a estas sociedades sus acciones en bolsa, sus patrimonios inmuebles y su potencial económico con la enorme ventaja de que tributará al 1%. Es decir, que solamente los más ricos –justamente los que pueden permitirse asesores financieros- son los que pueden acceder a estas sociedades legales que constituyen vías consensuadas por el Gobierno de evasión de impuestos para los más acaudalados.
El Gobierno socialista no prevé modificar la constitución de este tipo de sociedades en las reformas fiscales que se plantea realizar beneficiando a los más ricos y realizando dudosas políticas sociales para los menos acaudalados.
Fuente: Forum Libertas