Afirmar que el comunismo es uno de los engaños más crueles de los últimos lustros, sobre todo para los empobrecidos, es una evidencia a la luz de su fracaso y del reguero de sangre con el que ha teñido su centenaria historia.
Lo peor de su herencia es la utilización de los parias de la tierra, muchos de los cuales concretaron en esta ideología sus sueños emancipatorios. El comunismo ha sido y sigue siendo una simple excusa para que una élite conquiste y usufructúe el poder. China, Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Benín… son constataciones palmarias.
Argumentar esto mismo cuando el comunismo estaba en pleno apogeo y -sobre todo- hacerlo desde el lado de los oprimidos es lucidez evangélica. Es el caso de Guillermo Rovirosa. Encarnado en la clase obrera de la postguerra civil española y compartiendo como nadie los anhelos de los trabajadores explotados y humillados, supo amarles desde la verdad, sin paternalismos. Reconoció lo que de auténtico escondía el marxismo, pero no dudó en desvelar sus errores antropológicos y teológicos, así como su equivocado análisis.
Con la libertad que le caracteriza, Rovirosa enfatizaba que la versión burguesa del cristianismo de la que nació el mal llamado catolicismo social tampoco es esperanza para los pobres porque es una vil justificación del otro gran enemigo de los preferidos de Cristo, el capitalismo; además de servir de justificación al marxismo en su crítica a la religión como opio. Leamos su propio pensamiento: “Y nos percatamos también que estas partículas de verdad que constituyen la fuerza de atracción del comunismo en los corazones sencillos de tantos trabajadores: la dignidad, odio a la injusticia, fraternidad y unidad laboral, fueron desechadas casi siempre como un estorbo por muchos que pretendían construir el catolicismo social, fueron margaritas arrojadas a los cerdos, por decirlo así. Los marxistas las cogieron e hicieron con ellas bandera contra nosotros.”
La respuesta no pueden ser ninguna de las mutaciones o caretas tras las que ambos se esconden: populismo, nacionalismo, falsos ecologismos, feminismos, asistencialismos, ideología de género…
Ahora que la humanidad se precipita hacia cotas nunca vistas de desigualdad, violencia y totalitarismo, el camino abierto por Rovirosa es más actual que nunca. La solución no puede venir del materialismo, sea el comunista o sea el capitalista. La respuesta no pueden ser ninguna de las mutaciones o caretas tras las que ambos se esconden: populismo, nacionalismo, falsos ecologismos, feminismos, asistencialismos, ideología de género… Frente a estos nuevos disfraces del materialismo de siempre, los pobres de la Tierra sólo encontrarán la liberación en la promoción integral y colectiva basada en el mensaje de Cristo, que es Reino de Dios-Justicia, Cuerpo Místico-Solidaridad y Mandamiento Nuevo del Amor.
Rovirosa y su gran amigo Julián Gómez del Castillo aportaron las herramientas necesarias para ese entusiasmante proyecto, como son un plan de formación, una estrategia, una organización verdaderamente laical y autogestionaria, unas plataformas evangelizadoras libres y -principalmente- una espiritualidad encarnada.•
Editorial de la revista Id y Evangelizad
«Curso homenaje a Guillermo Rovirosa y Julián Gómez del Castillo y la promoción cultural de los empobrecidos» 24 y 25 de Febrero pic.twitter.com/Fjo8wyNXE5
— SOLIDARIDADNET (@SOLIDARIDADNET) 16 de enero de 2018