1º de Mayo: Trabajar por el Bien Común

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1º DE MAYO

TRABAJAR POR EL BIEN COMÚN

Por una cultura solidaria y autogestionaria frente al materialismo del capital

  1. A lo largo de las últimas décadas se ha ido configurando una estructura social y laboral a nivel mundial que supone una auténtica dictadura del capital sobre el trabajo. Más de 400 millones de niños esclavos; el 60% de los trabajadores del mundo no tienen contrato laboral ni prestaciones sociales. Más de 200 millones de refugiados e inmigrantes forzados por la guerras, la miseria y el hambre. Solo en los últimos años se estima que más 30.000 inmigrantes empobrecidos han muerto ahogados en el mar o en el desierto intentando llegar a Europa, expulsados de sus tierras por el hambre, la guerra y la miseria.
  1. La UE, que presume de la defensa de los derechos humanos, está promoviendo que grandes zonas del norte de África se hayan convertido en auténticos campos de concentración para controlar el flujo de inmigrantes. En estos enclaves, los inmigrantes empobrecidos son convertidos en esclavos y subastados como tales mientras miramos hacia otro lado.
  1. La guerra del Congo, en general todo el centro de África, es el paradigma de un violento genocidio silenciado por los intereses estratégicos de los países enriquecidos para expoliar y esclavizar a millones de seres humanos que con su sangre están haciendo funcionar la maquinaria de la industria electrónica mundial. En Asia, la esclavitud y la sobreexplotación es el modelo laboral habitual donde niños, mujeres y hombres son esclavizados para sostener artificialmente unos costes laborales muy bajos y forzar en el proceso de globalización una caída constante de los salarios y promover una precarización permanente y creciente de las condiciones laborales a nivel mundial.
  1. La última crisis financiera fue la palanca fabricada por el propio neocapitalismo mundial para forzar una serie de cambios estructurales y así precarizar a las privilegiadas clases medias y trabajadoras de los países enriquecidos en el contexto de la nueva revolución tecnológica. Estas clases sociales, que habían sido beneficiarias de las migajas del capitalismo del siglo XX y se habían mostrado indiferentes al expolio a los países empobrecidos del Tercer Mundo, han sido prácticamente barridas del banquete del neocapitalismo actual. Los hijos de estas clases, los milenials, los nini, la generación X, como se los quiera llamar van a ser una generación que por primera vez en la historia tengan peores condiciones laborales y sociales que sus padres.
  1. La nueva revolución tecnológica que está desarrollándose en estos momentos es una nueva palanca con la que se está subyugando al mundo del trabajo. La llamada nueva economía, en algunos momentos llamada cínicamente colaborativa, está suponiendo una individualización radical de la esclavitud. Este nuevo sistema quiere que cada ser humano sea su propio negrero, que se auto-explote indefinidamente y promueva al mismo tiempo la esclavitud de sus iguales. Es un sistema radicalmente perverso que produce más y más explotación y donde toda la sociedad se hace cómplice.
  1. En resumen, se está configurando, con diferentes grados, una estructura laboral mundial configurada por una pequeña minoría muy beneficiada de los frutos de la nueva revolución tecnológica y una inmensa mayoría sometida a niveles insostenibles de precariedad, explotación y esclavitud.
  1. La degradación de las condiciones de trabajo de toda la humanidad pertenece a una estrategia más amplia del neocapitalismo que, para asegurar su dominio, pretende destruir todas las estructuras solidarias del ser humano que permiten a éste desarrollarse integralmente. Por eso, el neocapitalismo ataca simultáneamente la vocación profesional, al matrimonio y a la familia, al compromiso religioso, sindical y político por el Bien Común, promoviendo una cultura radicalmente insolidaria, individualista y materialista que la mayoría de la sociedad ha aceptado y que se manifiesta con un escandaloso afán consumista incluso en las clases sociales más empobrecidas.
  1. Por ello, el primer paso y el más importante, es ser autocríticos y dejar de alimentar las formas de vida neocapitalistas consumistas y vivir una cultura diferente basada en la austeridad, en la ayuda mutua, en la solidaridad con los más empobrecidos. Una de las principales víctimas de la situación actual son los jóvenes. Las nuevas generaciones se están encontrando a la intemperie moral y material ante un mundo salvaje. Una de las consecuencias directas de la actual degradación laboral y cultural actual es que muchos jóvenes se ven incapaces de formar una familia y un hogar lo cual les sitúa en una posición de resignación, frustración e impotencia. No es causalidad el nivel de paro y precariedad de España y sus bajísimos niveles de natalidad.
  1. El neocapitalismo ha conseguido someter a una generación entera induciéndoles a unas formas de vida precarias no solo laboralmente sino culturalmente, que es más grave. Las redes sociales se están convirtiendo un submundo virtual donde la sociedad en general y los jóvenes en particular se sumergen alcanzando niveles de adicción patológicos. El juego, la pornografía, la violencia, el cotilleo, el exhibicionismo son látigos, muchos silenciosos, con los que se flagela la conciencia de la mayoría, especialmente de los niños, sin ni siquiera ser conscientes de esta manipulación psicológica masiva. Y al mismo tiempo se proporcionan millones de datos personales con los que el neocapitalismo hace negocio y aumenta su control sobre la vida de la gente.
  1. Otra tarea fundamental que se debe hacer es fortalecer las instituciones sociales que más pueden proteger a las nuevas generaciones. El matrimonio y la familia abierta a la vida y a la solidaridad son estructuras que siempre han sido sostén y fortaleza de cada uno de sus miembros. El actual relativismo moral y cultural, en nombre de una falsa libertad, las ha debilitado deliberadamente (ideología de género) para favorecer el dominio y el control sobre la personas. La solidaridad intra-familiar e inter-familiar basada en el amor y la ayuda mutua fue clave en la historia del movimiento obrero militante. Ya la Primera Internacional  defendía en el siglo XIX a la familia como la célula básica de la sociedad. Nos debemos oponer radicalmente al actual individualismo hedonista que promueve el aislamiento de cada ser humano. No hay que olvidar  que en España el 50% de las nuevas familias se rompen generando una fuente permanente de dolor y sufrimiento en lo más profundo de la sociedad.
  1. En el terreno laboral, hay que luchar para que se defienda y se promueva la vocación profesional de las personas por el Bien Común. Se trata de que cada ser humano pueda poner sus cualidades más apreciadas al servicio de la sociedad y con ello favorecer simultáneamente  un desarrollo integral (material, cultural, moral  y espiritual) de  cada ser humano particular y de la sociedad en su conjunto. La degradación laboral actual esta sumergiendo a millones de  seres humanos en un pozo de explotación y frustración indignante que no está justificado por ninguna ciencia económica y que es fruto del afán de dominio y de ganancia.
  2. El desarrollo de la vocación profesional por el Bien Común hace que el trabajo humano sea una forma eficaz de solidaridad social donde la economía esté al servicio de la persona y no al revés. En este sentido hay que socializar el uso y los beneficios de los avances tecnológicos de la actual revolución tecnológica evitando disrupciones deliberadas cuyo objetivo es incrementar la dictadura del capital sobre el trabajo y no el Bien Común. No hay que olvidar la tecnología es el fruto de la acumulación de mucho trabajo y conocimiento social que el neocapitalismo ha sabido privatizar en beneficio exclusivo.
  3. Finalmente, el objetivo de la caridad política es generar una presión moral liberadora desde la base de la sociedad para transformar leyes, instituciones y estructuras inicuas. Por ello hay que empezar denunciando las causas y los responsables políticos y económicos de esta situación.

En primer lugar hay que promover un  cambio radical de las leyes laborales a nivel mundial para que el trabajo esté por encima del capital. Igual que hay ya una conciencia ecológica mundial es urgente luchar contra la dictadura del capital sobre el trabajo. Aunque formalmente se dice que hay democracia, lo cierto es que en la mayoría de los centros de trabajo hay dictadura.

En segundo lugar, no es decente aceptar el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (antes ODM) impulsados desde la ONU por el neocapitalismo trasnacional (Global Compact) porque es un pantalla para legitimar el expolio a los más empobrecidos de la Tierra por parte de las grandes corporaciones trasnacionales al mismo tiempo que se incrementa el negocio y se difunde una cultura contraria a la vida (aborto, esterilizaciones de pobres) y a la solidaridad.

En tercer lugar hay que exigir que la OIT y el actual sindicalismo oficial y mayoritario dejen de ser parte fundamental de la  estructura del neocapitalismo y empleen todos sus recursos en la lucha contra la explotación y la esclavitud de los más empobrecidos de la Tierra y no en defender a los sectores más corporativistas. No pueden seguir aceptando las subvenciones del sistema al que dicen combatir porque nadie muerde la mano que le da de comer.

Ante el próximo 1º de Mayo planteamos una auténtica revolución cultural como base de una transformación social, económica y política. Esta revolución la podemos empezar ya en nuestras conciencias, en nuestros hogares, en las calles, y centros profesionales. La solución a la actual dictadura del capital empieza por desarrollar una nueva cultura solidaria y autogestionaria que ponga a la persona como centro y sujeto protagonista del orden institucional. Hay que levantar la confianza y dignidad de la cultura del trabajo frente al materialismo consumista del capital. Por ello nos parece fundamental recuperar aquel gran lema del movimiento obrero militante.

8 horas de trabajo,

8 horas de descanso,

8 horas de formación

De nosotros depende…

1º mayo de 2018

MOVIMIENTO CULTURAL CRISTIANO

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