La noche electoral de marzo de 2008 Zapatero prometió ser solidario con los que menos tienen. Mintió.
El partido SAIn denunció en la pasada legislatura la explotación de los inmigrantes, que fueron usados para reflotar nuestras cuentas y enriquecer a unos pocos a costa de condiciones laborales indignas. En esta legislatura, en plena crisis económica, la lógica continúa con la estrategia de que sean los más pobres quienes paguen los platos rotos.
En la España de los “derechos” se aprueban normas repletas de eufemismos para disimular que se echa a patadas a quienes previamente se ha declarado sobrantes. Amparándose en lo que nuestras leyes denominan nuevo escenario económico o coyuntura económica de restricción de empleo se publican normas para subvencionar el “retorno voluntario” de personas inmigrantes y el pago anticipado de la prestación por desempleo a los inmigrantes que abandonen el país en el plazo de treinta días y se comprometan a no volver en el plazo de tres años.
Este paraíso de “derechos” exige a trabajadores que han enriquecido este país a que renuncien a todo documento oficial que les vincule con España y a que los entreguen al salir del país. ¿A cambio de qué?: de nada. El pago de la prestación por desempleo no se amplía y encima se les roba la cotización que pudiera generar la prestación que debiera cotizar a la Seguridad Social.
Si a esto le sumamos las crecientes dificultades que se ponen a la reagrupación familiar de los inmigrantes, el escándalo de la repatriación ilegal de los menores extranjeros, la ausencia de medidas solidarias con los inmigrantes… podemos concluir que en nuestro país el racismo es una realidad impuesta desde arriba. Ya coleccionamos denuncias de organizaciones internacionales por las violaciones de derechos humanos que sufren inmigrantes en nuestro país.
Este gobierno ha logrado la peor distribución de riqueza de nuestra historia. Mientras otros países europeos reducen paro, en nuestro país aumenta al galope. El paro no es inevitable como se nos quiere vender.
Un día, un luchador definió a los inmigrantes como la avanzadilla de los pueblos en camino hacia la fraternidad universal. Para nuestro gobierno son mercancía de usar y tirar. Zapatero quiere estar en las cumbres de los grandes aunque sea a costa de que no se oiga la voz de África a quien también se le querrá hacer pagar los platos que otros rompieron.
Un gobierno socialista hubiera exigido restitución a los ladrones. Con este PSOE, a los pobres les va peor que con Franco.