Para ser el país más rico del mundo, Estados Unidos tiene un porcentaje sorprendentemente alto de su población que experimenta problemas para conseguir la comida que necesita para alimentarse
Un estudio del Departamento de Agricultura de ese país estimaba que para finales de 2014, la fecha de la medición disponible más reciente, cerca de 14% de la población estadounidense enfrentaba lo que se conoce como inseguridad alimentaria: dificultades en algún momento del año para proveer la comida necesaria para todos los miembros de la familia, debido a problemas económicos.
Dicho de otra manera: no les alcanzaba siempre el sueldo para alimentarse.
Es significativo que 17 millones de hogares aseguran que no siempre tienen el dinero para poner la comida en su mesa.
Más aun, agrega el informe, 6,9 millones de hogares tenían muy baja seguridad alimentaria.
Es decir, que «el consumo de comida de algunos miembros de la familia se redujo y los patrones normales de alimentación se vieron afectados durante el año debido a recursos limitados», según asegura el informe publicado en septiembre de 2015.
En otras palabras, experimentaron el hambre.
El estudio titulado «Seguridad alimentaria en los hogares estadounidenses en 2014» puntualiza que el 9,4% de los hogares con niñosse vieron en dificultades financieras para alimentarlos bien.
Y organizaciones no gubernamentales como Feeding America, especializadas en ayudar a estas comunidades vulnerables, advierten que grupos minoritarios, entre ellos los hispanos, sufren desproporcionadamente por esta situación.
Según Feeding America, la incidencia de esta falta de seguridad en cuanto a la disponibilidad de alimentos es el doble de alta entre las familias hispanas que entre sus contrapartes anglosajones.
«Más de uno de cada cuatro niños latinos viven en hogares con inseguridad alimentaria», asegura la entidad.
«La demanda de nuestra asistencia alimentaria en Estados Unidos se disparó luego de la gran recesión de 2008», le dice a BBC Mundo Ross Fraser, vocero de Feeding America.