1 de Mayo: No perdamos la conciencia histórica

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Interesante artículo de Julián Gómez del Castillo, militante cristiano, confundador del HOAC , ZYX y Movimiento Cultural Cristiano.  Cuando un pueblo pierde la conciencia histórica pierde su alma: El alma de los pueblos es sin duda ninguna la conciencia histórica. Y es evidente que en España llevamos 60 años y lo que queda intentando que el pueblo español pierda su conciencia histórica…

CUANDO UN PUEBLO PIERDE LA CONCIENCIA HISTÓRICA, PIERDE SU ALMA.

Hablar de la cuestión del asistencialismo hoy en esta sociedad nuestra en la que desde la enseñanza primaria hasta los doctorados universitarios se plantean sin conciencia histórica, en la que la vida se organiza en la comunidad política de nuestro país desde hace 60 años asesinando la conciencia histórica; cuando un pueblo pierde la conciencia histórica pierde su alma: El alma de los pueblos es sin duda ninguna la conciencia histórica. Y es evidente que en España llevamos 60 años y lo que queda intentando que el pueblo español pierda su conciencia histórica. Y lo están consiguiendo evidentemente. De manera que cuando hoy uno se encuentra con un grupo de jóvenes universitarios – y no digo de jóvenes marginados- pues, aunque estudien historia, carecen de conciencia histórica. Y si esto sucede a nivel universitario, imaginemos a nivel básico, o a nivel de pueblo. Insisto: cuando un pueblo pierde la conciencia histórica, pierde su alma.

Cuando una persona no tiene conciencia histórica, no tiene posibilidad de entender la vida. Y la entenderá para él, pero esa es la vida que no existe. La vida que existe entre las personas es siempre una vida social. El creador quiso que el hombre por naturaleza fuera un ser social, dejando a Robinson Crusoe como personaje literario. De manera que es evidente que ningún ser humano ha nacido para Robinson Crusoe. Todos hemos nacido con cualidades sociales, con dimensión social. Y el hombre o la mujer que no cultiva esto, evidentemente no se está cultivando sino embruteciendo.

Y esto no son problemas de buenos y malos; estos son problemas de que las cosas, las realidades son así. El cardenal Herrera, hijo de esta tierra en la que estamos, decía en los años 40 que el gran problema del cristianismo español era su absoluta carencia de dimensión social. Si viviera hoy, estoy seguro que diría que las cosas, en este terreno, se habían agravado. Estamos atrás, mucho más atrás. Hemos entrado en la Unión Europea que necesariamente multiplicará el individualismo, ya que su planteamiento no es otro, y su estructuración no es otra que multiplicar una estructura individualista. Es decir, profundamente anticristiano. Y por eso, en lo religioso hoy, la última intervención en el Sínodo sobre Europa de un padre sinodal fue denunciar como el mayor enemigo de la Iglesia en Europa el neoprotestantismo.

Y por supuesto, en España, en abundancia. Decía un estudiante de teología de Suiza que el fenómeno allí es que los protestantes se hacen ateos y los católicos protestantes. Y es sin duda ninguna el neoprotestantismo el gran problema de la Iglesia en la Unión Europea. Neoprotestantismo que está en la Iglesia española con una vigencia inmensamente mayor de la que normalmente creemos. Y esto lo tenemos que tener muy en cuenta, en especial al plantearnos el tema del asistencialismo y la promoción.

Sin conciencia histórica no es posible de ninguna manera percatarse de la trascendencia trágica del asistencialismo. Pero con conciencia histórica esto se ve con toda claridad, ya que en la historia española del siglo XX el fenómeno del asistencialismo le “resolvimos” matándonos unos españoles a los otros. De manera que cuando hablamos de asistencialismo no estamos hablando de una vagatela, no estamos hablando de algo que da más o menos lo mismo, sino de algo de mucha trascendencia.

En definitiva, históricamente el asistencialismo ha sido una forma de aplastar la dignidad del hombre. Y lo sigue siendo.

Entendemos por asistencialismo – por centrar los dos temas clave de esta reflexión-: el asistencialismo entendido históricamente es la elevación a categoría de sistema, y por tanto a permanente históricamente de la ayuda a los demás, generando la dependencia permanente y sin plantear jamás su promoción personal, integral y solidaria. Es, diríamos por tanto, una postura que niega la dimensión social del hombre, y que niega que sólo el hombre debe ser el protagonista de su vida personal y colectiva, afirmado por Juan XXIII en el Magisterio de la Iglesia en la Mater et Magistra y afirmado en la historia de los pobres desde el siglo XIX, sin que los cristianos españoles en 100 años nos enteráramos del fenómeno histórico.

Y por promoción entendemos poner en ejercicio todas las cualidades dadas por el creador al hombre de forma personal, integral y solidaria, y ello realizado en colectivos de personas, nunca individualmente.

Si nos damos cuenta, la sociedad ha ido generando mecanismos desde los cuales la promoción se anule. Hay un ejemplo muy claro: las becas. Es evidente que las becas son encadenantes del hombre por sistema. Intentan la promoción individual a costa lógicamente de matar la dimensión social. Es un cauce de descabezamiento de los talentos que Dios pone en los sectores empobrecidos de la sociedad. Y esa vía permite fenómenos históricos de la categoría de la investigación en EEUU, en donde ya más del 50 % de los investigadores son talentos robados por el imperialismo a los empobrecidos de la Tierra. Más del 50 % de los investigadores de EEUU proceden del Tercer Mundo. De manera que es evidente que esos caminos de promoción individual son de una gran rentabilidad para el Imperio. Y así a los empobrecidos no sólo se les robará sus riquezas materiales sino también sus riquezas intelectuales, que producen el fenómeno histórico de dejarles sin cabezas. Evidentemente, un cuerpo social sin cabeza es un cuerpo entregado. Es un cuerpo sin posibilidad de valerse a sí mismo, es un cuerpo en dependencia permanente.

Centrados los temas de asistencialismo y promoción, reflexionemos sobre el proceso histórico burguesía-pobres en España, solamente remitido lógicamente a los dos últimos siglos.

Julián Gómez del Castillo

Publicado en Noviembre de 2003 – Histórico de solidaridad.net