El “airear” internacionalmente de la venta de inmigrantes empobrecidos subsaharianos como esclavos en Libia, ha cambiado sobre la marcha el curso de una cumbre europea en la que se pretendía que la migración fuera solo un punto más, a la hora de hablar de las relaciones entre Europa y África. Solo si las imágenes salen en la prensa y escandalizan nuestras conciencias europeas entonces “reaccionamos”
Las impactantes imágenes difundidas por la CNN sobre una subasta de personas en Trípoli, a las puertas de la Unión Europea, han abierto los ojos a todos, a pesar de que era un secreto a voces que las mafias no tenían ningún tipo de piedad con sus víctimas.
Me colgaron de las piernas boca abajo y me daban descargas eléctricas”, dice Sorry, de 27 años, que antes trabajaba en Gambia como soldador. Le introdujeron en un campo de detención en la ciudad de Sabha, en el suroeste de Libia y no pudo comprar su libertad porque había entregado lo que le quedaba a los traficantes de personas.
Sus torturadores le exigían una y otra vez que llamara a su familia para pedir un rescate. Finalmente tuvo suerte y su tío pudo reunir los 1,900 euros que le pedían.
“Al que no puede pagar lo matan. No dejan ir a nadie”, dice. Él vio morir a muchos migrantes –disparaban contra ellos, se morían de hambre o por enfermedades. “Nos tratan peor que a animales, sin ninguna humanidad”, añade.
Las algunas organizaciones humanitarias llevaban mucho tiempo denunciando las torturas y los trabajos forzados que sufrían los inmigrantes retenidos en ese país. Pero las imágenes han sobrecogido a los líderes que se han dado cita en Abiyán.
En el mercado de esclavos en Libia, hombres y mujeres son vendidos por 400 euros. La situación interna del país, donde las milicias y los señores de la guerra campan a sus anchas tras la caída del régimen de Muammar al Gadafi, favorece el negocio de las mafias, que aprovechan la desesperación de los miles y miles de personas que atraviesan el país, procedentes de África subsahariana, para intentar dar el peligroso salto a Europa, y buscar una vida mejor. Su huida de la miseria fruto del latrocinio acaba, muchas veces, en su venta como esclavos. En pleno siglo XXI. La situación de Libia no es ajena a la política de la UE en la zona desde que comenzó la guerra, donde Francia y EEUU llevaron el principal protagonismo político-militar.
Los testigos que pueden escapar cuentan historias escalofriantes, y es que las mafias libanesas llevan años cometiendo estas atrocidades. La subasta y el tráfico de personas, la esclavitud y los abusos a refugiados son plenamente vigentes hoy en día.