En el homenaje que se celebra en el colegio-seminario de Las Rozas (Madrid) a estos dos militantes cristianos, dialogamos sobre su aportación al siglo XXI, a la evangelización de las futuras generaciones. Para nosotros son profetas y militantes para el siglo XXI.
Se abre una nueva época, profundo cambio de época, y es necesario responder desde la vida asociada, desde la profesión, desde la familia, en un proceso militante como el que nos marcaron Guillermo Rovirosa y Julián Gómez del Castillo.
Ser militante en el siglo XXI es plantearse la dimensión vocacional del ser humano (Vocación a la Justicia, vocación profesional, vocación de estado…), a nivel personal, ambiental e institucional.
La respuesta militante supone, como así lo plantearon Julián y Guillermo Rovirosa, formación militante y formación de militantes como horizonte fundamental. En lugar de promocionar élites, embarcarse en la promoción de militantes en el siglo XXI, que respondan con estructuras de Gracia a las estructuras de pecado actuales. Comunión-solidaridad vivida en forma asociada.
Pero esto no se hace de la noche a la mañana. Es necesario un trabajo cultural de fondo.
En los años 80 los poderosos encauzaron, el malestar que en cada corazón humano surge (ante el hambre o el paro) y la necesidad de respuesta, con el fomento de las ONG y el voluntariado, con el asistencialismo entendido como sistema, no como servicio, y así callar la voz de los militantes. Hoy el embrutecimiento ha crecido exponencialmente, con las redes sociales y medios digitales, y con las plataformas televisivas entre otros, que embridan y atenazan la libertad del pueblo…
La respuesta sociopolítica y apostólica fuera de las garras del sistema en forma de subvención o parabienes, de filosofías contra la persona y de colonización de conciencias, necesitaba de militantes que apostaran por los últimos, en un crecimiento hacia abajo, siguiendo el camino del “éxito cristiano”
Por eso surgieron organizaciones militantes promovidas por militantes como Julián Gómez del Castillo, con plataformas propias al servicio de los últimos de la tierra (Movimiento Cultural Cristiano), que fueran respuesta equivalente a la agresión sufrida.
Julián Gómez del Castillo y Guillermo Rovirosa, eran conscientes de la necesidad de estructuras solidarias de Gracia, estructuras que fomentaran pueblo promocionado, forjado en la solidaridad. Plataformas como las ediciones Voz de los sin Voz, son herederas del fomento de la cultura en el Movimiento Obrero, eran y son la comida fundamental de los excluidos, y de todo aquel que quiera la promoción militante. Casi todos los grandes movimientos sociopolíticos de cambio auténticamente revolucionarios se basaron en grupos, en círculos de lectura…
Hoy son millones los excluidos de la tarta de la riqueza creada por el trabajo humano. Nos necesitan esclavos, embrutecidos, alienados, pendientes de la última sensación o sentimiento de falsa rebeldía inducido, aplastados por el hambre, por la esclavitud o por la violencia en cualquiera de sus formas…
Solo el camino de la formación militante sostenido en la asociación, y en el fomento de la cultura solidaria puede hacer de nosotros personas. Julián y Rovirosa nos impulsan en el siglo XXI a ser “Voz de los sin Voz”, a comprometernos con la sociedad, con la caridad política como traducción de la solidaridad en la comunidad, en el pueblo… Seamos respuesta a este momento desde esta mirada.
Redacción Solidaridadnet