El Gobierno valenciano del Partido Popular llega a un acuerdo con el Ejecutivo de Zapatero para cofinanciar estudios que permitirán destruir embriones con el objetivo de obtener células madre
Josu de la Varga
Fuente: ForumLibertas 5-11-2004
El Gobierno valenciano del Partido Popular llega a un acuerdo con el Ejecutivo de Zapatero para cofinanciar estudios que permitirán destruir embriones con el objetivo de obtener células madre
La Comunidad Valenciana ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Sanidad para cofinanciar las investigaciones embrionarias. Valencia se suma así a Cataluña y Andalucía en la carrera por obtener células madre mediante un proceso que también implica la destrucción de embriones humanos. El Ejecutivo de Zapatero aprobó el pasado 29 de octubre un real decreto que permite realizar en España este tipo de investigaciones, gracias a la anterior ley ratificada hace un año por el Partido Popular que mantenía totalmente desprotegido al embrión. Ahora, otro gobierno del PP, el valenciano, se suma al carro de las investigaciones con células madre embrionarias a pesar de que los estudios con células estaminales adultas son las únicas que han obtenido resultados terapéuticos positivos y, además, sin los problemas éticos de las embrionarias.
El Gobierno de Francisco Camps tuvo un enfrentamiento este verano con el ministerio al haber obtenido, a partir de células madre embrionarias, dos líneas celulares sin que el Gobierno central hubiera autorizado todavía este tipo de investigaciones. En esas fechas, la titular de Sanidad, Elena Salgado, firmaba los acuerdos con Cataluña y Andalucía para poner en funcionamiento sus centros de medicina regenerativa, instando a Valencia a que realizara su propuesta para alcanzar un convenio como el que ahora han sellado. El consejero de Sanidad valenciano, Vicente Rambla, ha querido alardear de que la ministra “ha cedido ante la evidencia de que somos un referente” de la investigación biomédica y “ha comprendido que era totalmente insostenible” que esta comunidad autonómica quedara “marginada”.
¿Y las adultas?
Sin embargo, ni unos ni otros parecen tener en cuenta lo que ya son dos evidencias innegables: que las investigaciones con embriones humanos lo único que han conseguido hasta ahora es destruir precisamente esos embriones, ya que no han podido demostrar ni un solo éxito terapéutico, y que los estudios con células madre adultas son los únicos que sí han obtenido resultados terapéuticos positivos, como hemos informado desde este diario en diversas ocasiones. El mejor ejemplo lo tenemos en las intervenciones practicadas en la Clínica Universitaria de Navarra para regenerar corazones infartados. Ante esta realidad, ¿por qué se empeñan las diferentes administraciones y la industria biotecnológica en continuar con una línea de investigación que, además, es reprobable éticamente?