No es aportar un dato nuevo el reconocimiento de que España presenta la singularidad de tener un partido político que adopta el formato de un periódico, o de un periódico que, en realidad, actúa como un partido político….
No es aportar un dato nuevo el reconocimiento de que España presenta la singularidad de tener un partido político que adopta el formato de un periódico, o de un periódico que, en realidad, actúa como un partido político. El diario EL PAÍS disfruta de esta peculiaridad, que lo convierte en una especie única en las sociedades occidentales. Después sus consignas son seguidas por el Gobierno, por ese otro partido que es el PSOE actual, que poco ya tiene que ver con la histórica organización socialista que pretendía la transformación economiza para conseguir una sociedad más justa. Hoy sus temas predilectos son otros.
Dos hechos de ahora mismo ejemplifican la forma de proceder del partido EL PAÍS. Este mismo jueves, el periódico corría a intentar devaluar el estudio promovido por la plataforma HazteOir y realizado por un equipo de catedráticos y profesores de la Universidad San Pablo CEU, de reconocido prestigio, en el que se aportan datos sobrados, en función de los trabajos existentes, que demuestran que el carácter homosexual de la pareja sí influye negativamente en los niños que pueda tener a su cuidado. Como no tiene más argumentos a mano, el partido EL PAÍS fundamenta su argumentación en que a HazteOir le dieron un premio de la Comunidad de Madrid que preside Esperanza Aguirre y, a partir de ahí, deduce estrechas relaciones con el Partido Popular.
Al margen de lo pintoresco del argumento, a partir del cual todo premio concedido por una instancia pública conlleva automáticamente la militancia de los premiados en la fuerza política que gobierna dicha instancia, hay que advertir que, aunque así fuera este hecho, no invalidaría los argumentos del estudio, sencillamente porque no nos dice nada sobre la consistencia de los mismos. Pero además es que EL PAÍS se olvida de informar de que meses antes, en marzo de este año, el Centro de Estudios de la Realidad Social del CIDE, de la Universidad Abat Oliba de Barcelona, publicó «y distribuyó entre diputados y senadores» un estudio: Homosexualidad, matrimonio y adopción: un enfoque desde el capital social. Este trabajo, desde una perspectiva científica distinta, la de los análisis sobre capital social, formulaba conclusiones parecidas a las que figuran en el mencionado estudio de los profesores de la Universidad San Pablo CEU, la razón por la cual equipos distintos, en momentos diferentes y con finalidades también diferenciadas, llegaban a conclusiones semejantes. Asegura que ello obedece a una razón obvia: Los datos distintos, que se utilizan todos y se manejan con método científico y objetivo, conducen a idéntica conclusión. No es igual para los niños un padre y una madre que dos personas del mismo sexo. El desarrollo adecuado de su formación se producirá sobre todo en el primer caso y no en el segundo.
Al día siguiente, el partido EL PAÍS transforma un comunicado del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, donde expresaba el apoyo a la manifestación del día 18, en el sentido de que «es un modo legítimo de cumplir con su deber –se refiere a los laicos- al servicio del bien común» en un «la Conferencia Episcopal convoca a la manifestación contra los matrimonios gays». De esta manera, el rotativo falsea la realidad al presentar como convocantes a quienes sólo han manifestado su valoración positiva de un gesto. No debe olvidarse que nace de una organización como el Foro de la Familia, que es aconfesional. Acto seguido, el PSOE y el Gobierno repiten y repetirán los argumentos de EL PAÍS. Es curioso, y cada vez más peligroso, que un periódico, un grupo editorial y unos intereses mercantiles sean quienes realmente gobiernan España.
Fuente: ForumLibertas.com