El plazo acordado por los Estados miembros de la Unión Europea (UE) para la reubicación y reasentamiento de 160.000 refugiados en dos años expira hoy martes 26 de septiembre. España ha acogido a algo más de una décima parte del cupo comprometido, lo que ha provocado las críticas a su gestión de las ONG
‘La Unión Europea es incapaz de cumplir sus compromisos de mínimos y apenas mueve un dedo para que el Mediterráneo deje de convertirse en una fosa común cada vez más grande’, ha denunciado en declaraciones a Europa Press el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR).
El derecho a no emigrar de su tierra de su país, que tiene cualquier persona es básico y fundamental
En total, España ha reubicado a 1.279 solicitantes de asilo que llegaron por mar a las costas de Grecia e Italia, 1.089 y 190, respectivamente. Así mismo, ha reasentado a 701 personas de campos de refugiados de países limítrofes al conflicto sirio: 506 desde el Líbano y 195 desde Turquía.
A la vez que sucede esto asistimos en Europa a un aumento de los populismos, con salvadores de patrias que no han creído tampoco en la promoción solidaria del pueblo. Sus formas son variopintas: xenofobia, nacionalismos excluyentes, odio al pobre, etc… Es ciertamente preocupante, que en vez de derribar fronteras, no se haga otra cosa que levantar nuevos muros.
Luchar contra las causas
Luchar contra las causas de la miseria y las guerras se ha colocar necesariamente en primer lugar de la tarea de las organizaciones. El derecho a no emigrar de su tierra de su país, que tiene cualquier persona es básico y fundamental. Las circunstancias que han azotado a los sirios e iraquís a salir huyendo son las mismas que afectan cada día del año a los africanos que mueren también en las aguas del mar Mediterráneo.
Un sistema financiero injusto que se nutre de la venta de armas, de la trata o de las mafias, o del comercio fruto del robo a los países empobrecidos (riquezas naturales, robo de cerebros…), o de un sistema geopolítico que usa los pueblos como peones de tableros de ajedrez; han de ser combatidos desde la raíz.
Por eso la lucha contra las causas, con una intensa y profunda formación militante solidaria, son cada vez más importantes y transcendentales; tan importante como la propia y obligada acogida. Porque, entre otras cosas, es la humanidad entera quien debe acoger a cada ser que nace, y para eso tenemos que “abonar” el terreno.
Autor: Luis Antúnez