Adoctrinamiento de los niños e hipersexualización como puerta a la pedofilia

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Es importante poner de manifiesto en esta noticia la advertencia de la psicóloga clínica española Lourdes Relloso, sobre los objetivos que hay detrás de las delirantes políticas de salud sexual que se impulsan de forma coordinada en diferentes países. Perversión, confusión de género y creación de trastornos con motivaciones ideológicas, que llevan a la esterilización de niños convertidos en clientes de por vida de las farmacéuticas.

Existe desde hace tiempo una despiadada lucha contra la vida, en un plan en el que es necesario sacar a los padres del medio, es necesario destruir las familias, es necesario desdibujar los roles de varones y mujeres. Es necesario sembrar el caos y la confusión, mediante una evidente manipulación perpetrada desde las instituciones de los países que participan de ese plan.

Lourdes Relloso ha enviado un mensaje de alerta a padres y madres del mundo desde sus redes sociales. “Bajo la misma base delirante y enferma de que los niños, como seres sexuados, tienen derecho a recibir conocimientos sexuales, hipersexualizantes y erotizantes, se legitiman programas en los colegios donde se normaliza una erotización de la infancia, se da una normalizacion de conductas genitales, utilizando encuestas, debates, sobre anticonceptivos, o clases magistrales sobre distintos tipos de relaciones sexuales como perfecta ventana de Overton donde el mayor riesgo es la dependencia emocional en las relaciones sexuales o la falta de libertad si no tenemos la suficiente cantidad de genitalidad. Todo ello para normalizar algo que en la infancia no es de ningún modo normal. Hoy en día se sabe que esto derriba las barreras defensivas que los niños tienen y les aleja del mayor equilibrante emocional existente: la vinculación emocional”, argumenta la especialista en su video que ya alcanzó miles de visualizaciones. En una entrevista con La Prensa, Relloso amplió su mirada crítica sobre la actual manipulación de los niños en pos de oscuros objetivos.

– ¿Qué la llevó a la necesidad de alertar a los padres y madres del mundo?
– Mi propia alerta. El ver que se estaba confundiendo la identidad de género con algo muy frecuente que les ocurre a los niños en su primera infancia, que es identificarse con un rol. De igual manera que un niño se disfraza de Superman y dice “soy Superman” y se identifica con Superman, pero no le echamos por la ventana esperando que vuele.
Los niños se pueden identificar con un rol o las niñas con otro. Si a una niña le gustan aquellos juegos que se asocian más con los niños, puede decir que es un niño. Pero esto no quiere decir que haya una disforia de género, que haya un problema de identidad de género, ni muchísimo menos. En el 80% de los casos esto revierte de una forma espontánea.

Sin embargo, cuando en este enfoque nuevo de la ideología de género se le pregunta al niño cómo se siente, con qué roles se identifica y se le confunde -y esto se confunde con una identidad de género- lo que las personas adultas creemos, lo vamos a crear. En la psicología ya se sabe que la observación determina a los niños. Y cuando yo le pongo una etiqueta, estoy determinando a estos niños o a estas niñas. La profecía autocumplida es algo que la psicología sabe perfectamente. Aquello que yo estoy describiendo es algo que voy a prescribir. Cuando estoy describiendo que ese niño que se identifica con roles de niñas o a la inversa es una identidad de género, una disforia de género, voy a prescribir aquello que estoy describiendo. Por lo tanto, vamos a crear trastornos donde de ninguna manera los hubiera habido. Esto es crear enfermedad, sumado con la Ley trans, que establece que un niño puede autodiagnosticarse, entendiendo que es suficiente con esto… Y algo que todos los padres y madres tienen que saber es que los profesionales que toda la vida hemos acompañado a transitar las disforias de género, ahora si lo que decimos es que puede ser una dismorfofobia, un problema con la corporeidad, o una identidad con un rol que nada tenga que ver con la identidad de género, se nos puede acusar -por no favorecer esa transición- de estar aplicando “terapias de conversión”. Como las antiguas terapias en las que a una persona homosexual se le aplicaba electroshock para convertirse.
Quiere decir que tenemos la obligación -porque de alguna forma estamos contra las cuerdas- de favorecer una llamada “terapia afirmativa”, de favorecer esa transición en niños que lógicamente han sido empujados a esa confusión. Estamos de alguna forma todos atados de pies y manos.

– ¿Cuáles son los objetivos detrás de esta manipulación de los niños? Hablemos también de la educación sexual integral, como uno de los componentes utilizados.
– Por desgracia, se suele decir que se pueden matar dos pájaros de un tiro. En este caso, probablemente se estén matando tres o más. Tenemos que saber que todos estos niños o niñas van a ser clientes potenciales de las farmacéuticas y de por vida. Porque la hormonización luego no va a ser reversible. Por mucho que estos niños o niñas se arrepientan, van a tener que seguir estando hormonados. Pero además estamos creando una esterilidad. Es decir, todos estos niños no serán hombres fértiles. Todas estas niñas no serán mujeres fértiles. Podrán convertirse en un hombre trans o una mujer trans, pero desde luego habrá una infertilidad.

– Tendrán que acudir a centros de fertilización o de subrogación de vientres, otros negocios en crecimiento.
– Efectivamente. Y luego algo que creo que será quizá lo más importante: lo que más estabiliza a un ser humano, lo que más fuerza le da, lo que más le equilibra, siempre ha sido la familia. La familia, el vínculo seguro, es lo que nos ha dado fortaleza. Es lo que nos da la fuerza para enfrentarnos con todas las adversidades de la vida. También es lo que hace que las personas no seamos fáciles de manipular. Cuando terminamos con la familia, cuando un ser humano no tiene un vínculo seguro, no tiene un refugio estable a nivel de afecto, como somos animales gregarios, vamos a sumarnos a cualquier «ismo». Y yo puedo sumarme al feminismo, al socialismo, al capitalismo, al ecologismo… Pero todos los ismos son absolutamente manipulables. Sobre todo, son muy fáciles de radicalizar. Esto hará, por lo tanto, que sea muy fácil llevarnos a los unos contra los otros, a crear divisiones. Esto hace que las personas formemos parte de una ideología que evidentemente va a ser llevada por las élites y vamos a ir donde ellos quieran que vayamos. Vamos a seguir un camino que ellos están trazando y vamos a estar enfrentados, divididos, radicalizados, para ir donde ellos nos quieran llevar.

 – En su video menciona las consecuencias que tienen esta hipersexualización y erotización en los menores.
– Dentro de la educación sexual integral está la idea de que los niños nacen con una capacidad de erótica o de sexualidad. Y evidentemente es cierto que somos seres sexuados con capacidad y la cualidad de poder llegar a ser sexuados, pero un niño evidentemente no tiene erótica. Un niño no tiene una capacidad de tener una tendencia de atracción sexual. ¿Qué ocurre? Que toda esta ideología -que de alguna forma considera que los niños tienen derecho a tener relaciones sexuales- parte de los estudios del biólogo Alfred Kinsey. El escribió un libro que fue muy revolucionario, muy bueno en su momento y tuvo un éxito de ventas increíble: «Respuesta sexual masculina». Después escribió «Respuesta sexual femenina». Lo que es increíble es que en estos libros se había recurrido a datos registrados por pedófilos exconvictos y se había descrito, por ejemplo, en una tabla bebés que habían estado durante 24 horas siendo computadas sus respuestas sexuales o sus orgasmos supuestos. Lo terrible es que en este libro se describen como orgasmos en los niños o niñas gritos, llantos, pataletas. Es decir, se estaba violando a los niños. Fíjate qué atrocidad. Esto no solamente no fue un escándalo, sino que todas las universidades aceptaron la base teórica de Kinsey como biólogo, de que la Iglesia nos había castrado sexualmente. Y, por lo tanto, el biólogo Kinsey nos había quitado el tabú de la Iglesia y había demostrado que cualquier persona desde su nacimiento podía tener esta tendencia y esta respuesta sexual. Esto, evidentemente, es una puerta para la pedofilia. Todos sabemos que la agenda 2030, el lobby LGTBI, que está tan bien patrocinado y viene de la mano de asociaciones como la NAMBLA, quieren legalizar la pedofilia diciendo que no es una violación, que solamente es amor hacia los niños, que ellos no pueden elegir a quién amar. Es decir, la puerta que se abre con todo esto es terrible.

Cuando estudié sexología, estudié a Kinsey como un salvador, que había quitado el tabú de la Iglesia y había conseguido demostrar algo que era la sexualidad de una forma natural. Evidentemente, hasta que uno no coge estos libros y los analiza y ve estas tablas, donde se habla de niños de meses sometidos a esto, no te echas las manos a la cabeza y llegas a entender que pasó a la historia como un referente, habiendo aceptado este tipo de estudios. Esto es lo que no se dice y lo que todos los padres y madres, cuando se dice que en un colegio van a hacer una educación sexual integral, tenemos que saber. Por ejemplo, aquí en colegios de Navarra estuve viendo un programa de niños de entre 3 a 6 años donde se decía literalmente «Actividad para cultivar el auto erótica a los niños». ¡Fíjate qué barbaridad! La auto erótica. Los niños no tienen ningún tipo de referencia, o sea, de necesidad de cultivar la auto erótica. ¿No es una barbaridad?

– Absoluta. Desde la pediatría, a veces, el mensaje también parece confuso respecto de la «autoexploración» de los niños.
– Algo que las personas tenemos que saber es que un niño si se empieza a explorar, evidentemente puede llegar a tener una excitación porque el órgano biológicamente es funcional. ¿Qué ocurre? Que el niño no va a tener ninguna necesidad de explorarse, pero si se encuentra con una excitación, como el sexo es adictivo, sí puede tener después unas conductas compulsivas de búsqueda de esa excitación. Sería lo mismo que si tú a un niño le dices “bueno, déjale que explore con los alimentos y si quiere comer un donuts que coma donuts, o si quiere beber una coca cola, déjale que explore”. Precisamente si a un niño le das algo que es adictivo, él va a tener una tendencia a buscar aquello que es adictivo. Por lo tanto, de la misma manera que ningún pediatra dice deja al niño que juegue con los alimentos azucarados, sino que dice «No, esto es adictivo, no es saludable, no es lo más conveniente».

Ningún padre o madre en la actualidad le dice a una niña o niño no te toques. Todos sabemos perfectamente que, si un niño se toca, se toca. Pero no tengo por qué empujarle a un niño a nada. El desarrollo y la evolución de los niños es algo espontáneo y natural.

De la misma forma que es una barbaridad que se intente que un niño esté de pie antes de tiempo y es un maltrato poner a un niño en un orinal antes de que esté preparado su esfínter, es un maltrato a la infancia que yo lo empuje en la sexualidad antes de tiempo. Eso es lo que tenemos que tener muy claro.

– ¿Se ha estudiado de qué manera puede afectarlos más adelante en la vida el hecho de estar expuestos a este tipo de estímulos disfrazados de educación sexual integral?

– Claro. Esto hipersexualiza a los niños y hace que tengan un acercamiento a lo sexual antes de poder tener una defensa ante ello. Es decir, se están quitando incluso las barreras naturales del pudor, de la vergüenza. Esto hace que estén en esa búsqueda de algo que es adictivo. Les convierte en víctimas potenciales ante cualquier persona que se les pueda acercar. Si yo consumo algo que a mí me gusta, en un primer momento no voy a tener un rechazo, no voy a tener una respuesta negativa. Pero posteriormente, cuando sea consciente de lo que yo he vivido, voy a tener un trauma. Son personas que luego tienen problemas con su sexualidad, con su corporeidad, muchísimos sentimientos de culpa. ¿Por qué? Porque cuando uno lo ha vivido, no lo ha hecho con la conciencia de qué era lo que yo estaba viviendo. Por lo tanto, cuando se habla de los derechos sexuales de los niños, “siempre y cuando sean consentidos”, no podemos olvidar que en todo abuso sexual en el niño no tiene por qué usarse la violencia. ¿Por qué? Por la confianza del abusador, el conocimiento del abusador, que sabe perfectamente qué es lo que tiene que tocar. Hace que el niño tenga una respuesta y esa respuesta de excitación, es algo que en un primer momento le va a agradar, de la misma manera que si le damos cocaína. Pero lógicamente después le va a destrozar su futuro. La excitación no tiene por qué ser algo que luego no genere un trauma, al contrario. Eso va a hacer que el trauma sea aún mayor y que el sentimiento de culpa sea aún mayor.

Esto les deja el camino libre a las farmacéuticas, a la pedofilia. Todo lo que estamos viendo que supone esta terrible evolución del ser humano al transhumanismo parece como una autopista al infierno. Y se va a dar desde la infancia.

– Es terrible. Otra de las cuestiones que usted menciona, que es muy importante, es el intento de sacar del medio a los padres de la educación sexual o de decisiones como estas que ofrecen aquí en la Argentina de métodos anticonceptivos irreversibles. ¿Realmente la escuela es el ámbito adecuado para hablar de educación sexual o son los padres los que deberíamos tomar ese rol?
– Si la educación sexual es respetuosa y lo que tú estás haciendo simplemente es romper la posibilidad de que haya tabú o de que haya prejuicios, puede ser. Se puede entender hoy en día que es muy difícil que en una casa haya tabú o haya censura. Los padres son los que tienen que ofrecer ese espacio, pero sobre todo teniendo en cuenta que la educación sexual que se quiere ahora mismo implantar en los colegios, lo único que está generando es un empuje a los niños en una ideología de género, una hipersexualización. Es meter un gran enemigo dentro de los colegios. Y algo que todos tenemos que saber es que el objetivo que se tiene a futuro es que dentro del propio entorno académico escolar todas aquellas informaciones y servicios médicos que puedan necesitar nuestros hijos van a estar a su alcance sin que los padres tengamos ninguna opción de opinar o de proteger a nuestros hijos. Es decir que si un niño es empujado en esa hipersexualización y quiere, por ejemplo, la píldora del día después, en ese mismo centro educativo se la podrán dispensar sin que nosotros podamos proteger a nuestros hijos ni en la formación ni en el consumo de fármacos. Esto les deja el camino libre a las farmacéuticas, a la pedofilia. Todo lo que estamos viendo que supone esta terrible evolución del ser humano al transhumanismo parece como una autopista al infierno. Y se va a dar desde la infancia.

– Desde el colectivo LGTBI ya no se trata de instaurar una aceptación o una “igualdad”, sino que hay una publicidad permanente en los medios de comunicación, en los dibujos animados de los niños, donde se busca de algún modo instaurar la homosexualidad, o sea, fomentar la homosexualidad. ¿Qué opina al respecto?
– Sí, creo que todo es o bien lo andrógeno, o bien la transexualidad o bien la homosexualidad. Todo es cualquier tipo de tendencia que nos lleve a la ausencia de creación de vida. Cualquier pareja que no sea biológicamente funcional para engendrar es lo que están de alguna forma divulgando y potenciando al máximo. Parece además que el mensaje es que ser hombre o mujer y ser heterosexual es algo retrógrado, pasado de moda. De la misma manera que en su momento para hacer fumar a las mujeres se les dijo si quieres ser libre, tienes que fumar, pues ahora parece que si quieres ser libre, evolucionado, tienes que ser cualquier cosa que hombre o mujer heterosexual. Esto es como un mensaje simplemente de manipulación de masas, como otros tantos, es una labor mercantil.

– ¿Qué consejos les daría a los padres para proteger a sus hijos de los múltiples bombardeos que recibe la familia hoy?
– Lo que les diría es que no tengan miedo a decidir que sus hijos no tengan un teléfono en la mano. Porque si les protegemos de la educación sexual integral en los colegios y les dejamos un teléfono lleno de canales donde van a estar permanentemente bombardeados con este tipo de ideas, difícilmente les vamos a poder ayudar. Que estén con sus hijos, que les miren a la cara y que les acompañen, pero sobre todo que les eduquen en que la libertad y la valentía en esta vida es tener la capacidad de no ser el que tenga reconocimiento del grupo, sino ser aquel que, independientemente de ser criticado por el grupo, haga aquello que puede resultar más ecológico para él mismo. Por desgracia, esto se puede volver en todos los sentidos, una fortaleza. Y digo por desgracia porque estamos viendo que estamos siendo empujados en lo sanitario, empujados en lo sexual, empujados en la idea de ecologismo, empujados en la idea de naturalismo. Estamos siendo empujados en todos los pensamientos que podamos llegar a tener. Y el hecho de enseñarles a ser fuertes y valientes y no ser reconocidos en positivo por el grupo, es enseñarles a discrepar el día de mañana de toda esta ideología que ahora mismo nos puede crucificar simplemente por atrevernos a dudar.

POR AGUSTINA SUCRI
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