Guillermo Rovirosa y Julián Gómez del Castillo hicieron miles de kilómetros por ciudades y pueblos de España (e Iberoamérica), anunciando la Buena Nueva de la militancia cristiana encarnada en los últimos de la tierra, con cursillos, jornadas, diálogos…
Estos laicos conversos, pusieron en primer lugar de sus vidas la promoción de los pequeños, y todo aquello que no apuntara hacia ese objetivo, quedaba relegado en sus vidas.
Acostumbrados a ver cómo las élites daban las espalda a la promoción de los humildes, o cómo la falsa izquierda instrumentalizaba el dolor y el sufrimiento de los excluidos; apostaron por un laicado adulto, que protagonizara su vida, y que hiciera posible instrumentos de liberación timoneados por los pobres de la tierra.
Así surgieron en los años 40 la HOAC, en los años 60 la editorial ZYX, y con el impulso de Julián Gómez del Castillo en los años 80, el Movimiento Cultural Cristiano.
En las Jornadas habidas este fin de semana en la Casa Emaús del Movimiento Cultural Cristiano se ha recordado a los militantes que ellos influyeron con sus vidas y su testimonio.
La vida de Guillermo, en proceso de Beatificación, como luz que ilumina el siglo recién empezado, nos plantea grandes retos en la vida cultural, política y económica…
Julián Gómez del Castillo nos trasmitió a muchos militantes, a Guillermo Rovirosa, sintetizado en amor a los pobres, a Cristo y a la Iglesia.
Entregar este legado a las generaciones venideras, es lo mismo que creer en la promoción de militantes en el siglo XXI, como lo entendieron estos apóstoles de la Iglesia Universal.
Redacción Solidaridad.net