XIII Jornadas de militancia cristiana
“D. FELIPE LÓPEZ”
En el XX ANIVERSARIO de su MUERTE
29 y 30 de enero de 2009
ACTOS EN LA FACULTAD DE TEOLOGÍA DE BURGOS
El día 29, JUEVES, a las 19.00 celebramos la eucaristía en la Capilla de la Facultad de Teología en memoria de D. Felipe López, y a las 20.00hs, en el Aula Magna de la Facultad de Teología, contaremos con la presencia del Arzobispo de Pamplona Monseñor Francisco Peréz que nos hablará de uno de los grandes testigos de nuestros días: EL CARDENAL VAN THUN (1928-2002) que está considerado como un mártir del catolicismo en Vietnam.
El VIERNES 30 (día de la No violencia), el militante cristiano Moisés Mato, director teatral, escritor y teólogo, nos hablará de EL CRISTIANISMO Y LA LUCHA POR LA JUSTICIA, a las 20.00 en la Facultad de Teología.
Organiza:
Movimiento Cultural Cristiano
FELIPE LÓPEZ, SACERDOTE AL SERVICIO DE LA PROMOCIÓN DE MILITANTES CRISTIANOS
Carlos Ruiz
Sacerdote Diocesano de Burgos
Miembro del Movimiento Cultural Cristiano
Celebramos la XIII Jornadas de Teología Pastoral y Militancia Cristiana en homenaje a D. Felipe López, sacerdote que ha dejado profunda huella en nuestra diócesis y en cientos de personas de toda la geografía española. Cuando se hace memoria de gente así tenemos la mala costumbre de fijarnos en las obras materiales que fundaron o en los libros que escribieron. D. Felipe no fundó nada ni escribió ningún libro (sí que existen recopilaciones de sus escritos y conferencias). D. Felipe formó personas; formó militantes cristianos, fundamentalmente.
“No hacer obras, sino personas que hagan obras” repetía Guillermo Rovirosa y D. Felipe vivió esto como la misión principal que puede desarrollar un sacerdote. Hoy los sacerdotes estamos volcados en hacer cosas: reuniones, comisiones, arreglos de templos y casas, organigramas… sólo una cosa se nos pide como esencial: que ayuden por nuestro ministerio a la conversión de nuestros hermanos; lo cual supone dedicar lo mejor de nuestro tiempo y de nuestros conocimientos a esta tarea, no los restos. Claro está, habrá que asumir que esta tarea no conlleva parabienes, sino muchas incomprensiones y hasta rechazo, ya que formar cristianos radicales es ir contracorriente de una cultura de muerte como la que vivimos. D. Felipe también probó este cáliz; pero, ya decía él que “la fe cristiana no es cuestión de facilidades, sino de fidelidades”.
La fidelidad evangélica de D. Felipe se muestra igualmente interpelante en otro tema de mucha actualidad. Él nunca hizo ‘opción por los pobres’. Esto no es opcional ni cuestión de carismas. Nace del bautismo y a todos nos obliga como obliga el Amor. Pero, frente a las modas pasajeras de los voluntariados y ONG´S, D. Felipe tenía claro que “el mejor servicio a los pobres es la formación de militantes cristianos” (según sus propias palabras), porque es la única manera de no humillar a los que son víctimas de nuestra injusticia. A ello dedicó su rigurosa formación intelectual (era doctor en Filosofía y licenciado en Teología), desechando otras posibilidades a su alcance.
Como el Amor busca los cauces y los medios para manifestarse, D. Felipe procuró servir a aquellas organizaciones apostólicas y militantes que mejor sirvieran a los pobres según los signos de los tiempos: la HOAC, el MOA, ZYX y, en sus últimos años, el Movimiento Cultural Cristiano. Y siempre sirvió a cualquier otro grupo, que quisiese avanzar en su formación: el grupo de ‘rurales’; las hermanas clarisas de Castil de Lences; la Adoración Nocturna; el grupo de maestras; los maristas, religiosas….
Si preguntamos a todos los que le trataron detenidamente, veremos una significativa coincidencia: “sabía escuchar”, subrayan, “sólo intervenía al final para ir a la raíz de la cuestión”. Y tenía tal finura en su caridad pastoral que se anticipaba a responder a las dificultades de los otros, antes de que éstos se las contasen. “La verdadera caridad está, sobre todo, en percibir los problemas de los hermanos sin necesidad de que te lo digan; aunque estén a decenas de kilómetros”, como comentaba un militante que lo experimentó en carne propia.