CEBRIAN RECUPERA el CONTROL IDEOLÓGICO de PRISA. Historia del diario EL PAIS…

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De los pocos españoles que asisten al club privado de Bilderberg, está Juan Luís Cebrián, (consejero delegado de PRISA y ex director de El País) . Ha asistido de la mano del representante en España del Club, el financiero Jaime de Carvajal y Urquijo.Conozca la historia de este hombre. Juan Luís Cebrían de falangista a trilateralista y servidor del neocapitalismo. Revelaciones sobre el origen del DIARIO EL PAIS y el todopoderoso Jesús de Polanco..



Por Francisco Sandalio Rey

De los pocos españoles que asisten al club privado de Bilderberg, está Juan Luís Cebrián, (consejero delegado de PRISA y ex director de El País) . Ha asistido de la mano del representante en España del Club, el financiero Jaime de Carvajal y Urquijo.

En «El País» del domingo, aparece Lacalle, ya entre los hombres claves del presidente. En el núcleo duro dentro del poder más íntimo junto a Blanco, Caldera y Rubalcaba . Lacalle ha sido el hombre precisamente de la reconciliación entre Prisa y Zapatero. En los cuarteles generales de Prisa, comentaba la semana pasada un hombre importante de la administracíon del grupo, que se podría decir que la noticia de la victoria en cierta manera ha sorprendido tanto como en su día la designación de Mariano Rajoy como sucesor. De ahí que Cebrián, ante un titubeante, cansado y escéptico Polanco, haya decidido recuperar primero y ejercer después su poder pidiendo a la SER que ceda en su beligerancia, porque la campaña de acoso al PP ya acabó.( Fuente Semanal Digital)

De nuevo Cebrián cree que el diario «El País» es el único que se encuentra en condiciones de explotar la nueva situación, por lo que cree que convertir el diario en el órgano gubernamental de La Moncloa no es esta vez afrontar la herencia felipista sino pilotar el comienzo de un cambio en profundidad. Las opiniones del consejero delegado no han sido recibidas con el mismo entusiasmo en otras partes de la casa. Pero Polanco ya ha anunciado que desde ahora todo el poder del diario y la radio estará en las manos de Cebrián mientras que Sogecable quedarán en las de su sobrino Javier.

¿QUIEN ES JUAN LUIS CEBRIAN?

Juan Luís Cebrían de franquista a trilateralista y servidor del neocapitalismo

Juan Luis Cebrián, que fue director del diario El PAÍS desde su origen, 1976 hasta 1988, hijo de Vicente Cebrián antaño todo poderoso amo de la Prensa del Movimiento. Asistió el 13 de mayo de 1983 a la reunión celebrada por el Club de Bildelberg, cerca de Quebec, Canadá, junto con Jaime Carvajal y Urquijo, presidente del Banco de Urquijo y miembro de la Trilateral y Juan Antonio Yañez «fontanero» de la Presidencia del Gobierno y miembro del PSOE, y mantuvo en las editoriales las tesis sostenidas y defendidas por el club. Y ha vuelto a asistir en posteriores ocasiones.

Cuenta el periodista Jesús Cacho en su libro «El negocio de la libertad» que Cebrián se fue con Pío Cabanillas a dirigir RTVE en la España más lóbrega que imaginar se pueda, naturalmente en vida del dictador. Algunos le acusan de haber enviado a la Dirección General de Seguridad las películas filmadas con los rostros de quienes asistían a manifestaciones antifranquistas y/o acudían a Portugal al baño de alegría de la revolución de los claveles del 25 de abril?. Cebrián, el «niño bonito » de la prensa del Movimiento y director de informativos de la TVE de Franco, hoy metido a empresario de PRISA y a hasta consejero de Bankinter da lecciones de democracia en los foros internacionales.
Otra información relevante para conocer la trayectoria del consejero delegado de PRISA aparece en el libro de Ricardo de la Cierva, «España: la sociedad violada», donde relata lo siguiente:

«Al asumir un periodista, ya prestigioso pese a su juventud, procedente del movimiento y formado en la estupenda escuela de Emilio Romero- Juan Luís Cebrián-, la jefatura de Informativos en la TVE de 1974, bajo la dirección general de Juan Rosón y el ministerio aperturista de información regido por Pio Cabanillas, no dismintió jamás la acrisolada fidelidad franquista que de él se esperaba, no mostró signos de apoyo a la oposición antifranquista e inclusó incidió sin vacilaciones en el colaboracionismo, sobre todo en el reportaje hagiográfico que preparó para la frustrada muerte de Franco con su tromboflebitis estival de 1974, pero sintió un primer tirón de lo que luego se conocería como síndrome Suárez, que consiste en alzarse con sentido acrobático a la cresta de la ola, para dejarse llevar en ella sin excesiva preocupación por los origenes y los principios.»

Tanto el director, Cebrián, como el editor, Polanco, del diario «independiente» han tenido una relación muy estrecha con estos poderes a la sombra del Comisión Trilateral Y del Club de Bilderberg.
La publicación Británica de izquierdas «big Issue», afirma que, en el transcurso de una reunión del club de Bilderberg, responsables de la OTAN decidieron permitir a Rusia bombardear Chechenia; Jim Tucker, un periodista norteamericano próximo a Bat Buchanan, asegura que los
«dirigentes de Bilderberg desestabilizaron a Margaret Thatcher por su oposición al euro»

¿Por que estas reuniones que deciden las estrategias que afectan a la humanidad se hacen en secreto?. ¿Por que el Señor Juan Luís Cebrián, primer periodista hispano que ocupó el cargo de presidente del Instituto Internacional de Prensa en 1986, (el IPI reunía entonces a 2000 periodistas y editores de más de 60 países) y también máximo responsable de El País desde sus orígenes, ha asistido a varias reuniones del Club de Bilderberg? ¿Acaso en su función de periodista, y así lograr una buena crónica de lo acaecido, pero que ha brillado por su ausencia? No temenos que ha ido en su función de ideólogo y fiel seguidor de las tesis trilateralistas…

Cuando se trata de la competencia están claros para el ex director de diario El PAIS, Juan Luis Cebrián, lugarteniente de Polanco, los intereses últimos a los que sirven los demás y no duda en cuanto tiene ocasíon de vincular al diario El Mundo con el Imperio de Agnelli, propietario de la FIAT, y mostrar así su falta de independencia. Así lo expresaba:

«El segundo periódico en importancia y circulación – El Mundo- pertenece a la Rizzoli italiana, filial de la Fiat, a cuyos intereses últimos se debe.
No me cabe la menor duda sobre los peligros que representa para la democracia la acumulación de mucho poder en pocas manos. Aquella es precisamente, y entre otras cosas, la difusión y el reparto del poder, la articulación de una serie de equilibrios sociales y cívicos que garanticen a los individuos una defensa frente al abuso de los más fuertes».

Polanco consiguíó hacer a Cebrián académico de la Lengua. «Eso es el poder: imponer que lo blanco es negro – desatar un turbión de voces proclamándolo- mientras nuestras octogenarias glorias literarias cuchillean su humilllación por los rincones.» La catadura moral de este académico se muestra en frases como esta: «Creo en una ética del egoísmo que nos permite buscar la felicidad para nosotros mismos aunque haya guerra en Yugoslavia». Y en hechos como los que veremos a continuación:

No olvidemos que el día que dieron el premio Nobel de literatura a Cela desde El País hubo un artículo acusándole de franquista. Esta es la inmoralidad de Jesús de Polanco y Juan Luis de Cebrián , dos franquistas conversos al felipismo que no dudan en hacer negocio con porno duro en su televisión codificada y hacer pingües beneficios con la prostitución en sus páginas de anuncios ( el periódico de mayor número de anuncios de prostitución de toda la prensa española) que tienen la desfachatez de presumir de defensores de la libertad.¡ Y llamar amarillos a la competencia!..

En su libro «Cartas a un joven periodista», Juan Luis Cebrián justifica su trabajo en la dirección de la televisión franquista en 1974 de esta forma tan cínica:
«O sea que sigue siendo un invento admirable (la televisión). Quienes abominan de élla insisten en su capacidad destructora, su tendencia a la alienación de las mentes, sus hábitos de ignorancia. Si se ganó el calificativo de «caja idiota», fue como consecuencia del rechazo que los aristócratas del intelecto predicaron y practicaron contra ella. Pero son cada día más los que, como yo, piensan que la televisión es el sistema de comunicación más democratizador, participativo e igualitario que haya existido nunca. Frente a las admonitorias y terribles predicciones que Farenheit 451 hacía sobre la muerte de la libertad ilustrada a manos de la dictadura televisiva, soy de los que creen que nos hallamos todavía en los albores del reinado de la imagen, y que el mundo audiovisual, con sus excesos y desvíos, está contribuyendo a mejorar la especie y la convivencia entre sus individuos.
Probablemente por eso acepté el riesgo y el desafío de desembarcar, solitario e indefenso, en aquella televisión franquista -franquista era casi todo bajo la bota de Franco-, tratando de aprender algo que sirviera para iluminar el futuro. No me arrepiento de haberlo hecho, aunque entonces me arrepintiera mucho, y no me duelen los ataques que en ocasiones he recibido por ello. Curiosamente siempre han venido de las filas de los propios defensores de la caverna, de los nostálgicos del pasado y de los que tienen una concepción del liberalismo sólo acorde con la evolución favorables de sus plusvalías.»

La aparición de PRISA liderando dos de las principales empresas que quisieron monopolizar el mercado de la información por cable en España (Sogecable y cablevisión) y su penetración en el mundo de la radiodifusión privada llevó a varios directores de periódicos a pedir una ley antimonopolios al Gobierno.
Se trataba de impedir que en España se repitiera la experiencia de Italia, donde un empresario agresivo y sin escrúpulos como Silvio Berlusconi se ha hecho con el control de todas las emisoras de televisión privadas, o donde dos grupos de presión, Fiat-Rizzoli y el empresario Carlo de Benedetti, judio y masón, son los dueños de los periódicos y revistas con influencia en la república.
El Grupo Prisa, por su parte, contraatacaba ante la Comisión Europea. El 3 de noviembre de 1993, Juan Luis Cebrián, en nombre de El País, y otros veintiséis editores de periódicos y revistas europeos pedían al máximo órgano político de la Comunidad la desregulación de las normas sobre concentración de medios de comunicación
El ex comisario europeo responsable de la Competencia Karel Van Miert asegura en su libro «El Mercado y el poder» que el último Gobierno de Felipe González le «presionó» para que favoreciera a Prisa e ignorase la posible ilegalidad de su alianza con Telefónica en la sociedad Cablevisión. (El Mundo   13 de enero de 2001).

  «A principios de 1996, el Gobierno español decidió hacer un gesto a favor del grupo Prisa que le había sido favorable durante sus 14 años de Gobierno», mantiene Van Miert en el capítulo dedicado a los grupos de comunicación. Y recuerda que, desde el principio, la Comisión Europea puso serios reparos al proyecto. La unión con Telefónica -«que entonces seguía siendo un monopolio controlado por el Estado»- habría garantizado «al grupo Prisa una posición dominante en el sector de la televisión por cable durante mucho tiempo».
 Van Miert recuerda que Prisa, empresa presidida por Jesús Polanco, «ya era propietaria» del diario «más grande» (El País) y «de la principal cadena de radio» (la SER) en España. Admitió que el último Gobierno socialista se mostró «sorprendido» por la actitud de la Comisión Europea. «Intentaron, incluso, hacerme cambiar de opinión», admitió Van Miert.
 «Felipe González nunca contactó conmigo personalmente, aunque yo sabía que era favorable al proyecto», explicó el ex comisario.
 Dos ministros del Gobierno español, Javier Solana y Pedro Solbes, solicitaron inmediatamente una entrevista con el comisario. Van Miert les explicó, según cuenta en el libro, que «los proyectos de las empresas implicadas serían inaceptables en el marco de la política de competencia».  El ex comisario reconoce que el Ejecutivo español intentó hacerle «cambiar de punto de vista» al defender la postura de las empresas españolas.
 «Decidle a Felipe que no puedo aceptar la operación», advirtió Van Miert a sus interlocutores -Solbes y Solana-.
 El ex comisario recuerda que Bruselas consideró entonces que se trataba de una operación de ámbito comunitario al estar implicado el gigante francés Canal + en la operación, «un dato que las empresas españolas intentaron esconder».
 La unión Prisa-Telefónica en Cablevisión fue aprobada en el último Consejo de Ministros de la era González. «Y lo hicieron como si no existiese la Comisión [Europea] en Bruselas», denuncia Karel Van Miert.

«¿ EL INTELECTUAL COLECTIVO ?»

La referencia constante que hace el diario EL PAIS a esta expresión de Aranguren del «intelectual colectivo», formulada machaconamente también en su 25 aniversario, requiere un pequeño comentario. En 1983, José Luis Aranguren en su libro, «España: una meditación política» escribe un capítulo sobre el diario EL PAIS. Utilizando esta expresión también es verdad que acaba diciendo: «Espero que siga siendo nada más y nada menos que nuestro Gramsciano-neocapitalista intelectual colectivo, la empresa cultural de la España Postfranquista».

Sería muy interesante hacerle públicamente al académico e intelectual, Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA y consejero de Bankinter, esta pregunta : ¿Qué entiende usted por Solidaridad?, y nos estaría muy agradecido, porque grande parece ser su preocupación. El confesaba que: «Creo en una ética del egoísmo que nos permite buscar la felicidad para nosotros mismos aunque haya guerra en Yugoslavia». En sus cartas al joven periodista Honorio, le dice:

«Hemos de esforzarnos por defender una visión ética del capitalismo, que al fin y al cabo fue más o menos inventado por un profesor de filosofía moral.
De modo que los periodistas nos debemos alegrar de la existencia de la publicidad, que es lo que ha facilitado la política de diarios baratos para el lector y por lo tanto la extensión de su difusión»

Es una receta que sigue los principios burgueses del egoísmo solidario. Es hacernos creer que hay tigres vegetarianos.
Como miembro de la Real Academia Española debería saber que el término solidaridad, introducido por los pobres del Siglo XIX en la historia significa «compartir lo que se necesita para vivir» y no la definición tan ambigua, en la que todo cabe, que hace el diccionario de la Real Academia: «Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros». Con esta definición podemos decir que todos los españoles somos solidarios, porque tratándose de dinero todos hacemos adhesiones circunstanciales a la causa o a la empresa que nos pueda beneficiar.

Conviene recordarle lo mucho que ganan sus acciones en bolsa. El valor bursátil del Grupo Prisa ha superado el billón de pesetas (EL PAIS , 7/9/2000). El periodista Carlos Segovia afirmaba que tras la entrada en Bolsa del Grupo PRISA, Jesús de Polanco se ha convertido en una de las primeras fortunas de España y que su consejero delegado «Juan Luis de Cebrián», podría obtener más de mil millones de pesetas, aunque esta cantidad no incluye stock options y otras remuneraciones.

Un año después apareció publicada la lista de las 100 mayores fortunas de España que la revista Actualidad Económica realiza todos los años ( 25 de marzo de 20001). Se ha sabido que Polanco con sus casi 400.000 millones de pesetas era uno de los hombres más ricos de España, pero lo que la prensa no ha señalado es que el progresista Juan Luís Cebrián aparece en esta lista en la posición 62 con 22,3 millones de euros (unos 3.715 millones de pesetas) . Una fortuna superior a la de banqueros de la talla de Inigo Oriol Ybarra, Alfonso Cortina, Rafael Termes, Francisco Luzón, Pedro Luis Iriarte, Alfredo Sáenz, Francisco González, etc… Juan Luis Cebrián es consejero delegado de Prisa, es también vicepresidente de Sogecable, Canal Satélite Digital y Ser y consejero de Bankinter. En total, ocupa cerca de una veintena de altos cargos de distintas sociedades del grupo Prisa.

Nuestro académico Juan Luis Cebrián aconseja en sus «cartas a un joven periodista» defender la libertad de expresión, especialmente cuando se trata de poderosos.
«Yo mismo te he escrito ya sobre la obligación de los periodistas de publicar las noticias, caiga quien caiga, y pese a quien pese. Aunque quizá no me haya explicado bien. Quizá no haya definido suficientemente que ese «caiga quien caiga» se refiere mayormente, inevitablemente, a los señores del poder… pero no puede de ninguna manera aplicarse a ciudadanos indefensos, y mucho menos cuando su dignidad se ha visto conculcada por la aplicación de leyes tan poco humanitarias y tan cínicas como las que envían a mujeres a la cárcel por someterse libremente a un aborto.»

¿Querrá esto decir , que su periódico no ha silenciado los abusos de la Banca, de los Ybarra, los Botín y las multinacionales, y ha defendido a los débiles? .
¿Por qué el diario EL PAIS no dedicó ninguna portada y silenció los acuerdo del AMI (Acuerdo Multilateral sobre Inversiones) que pretenden otorgan derechos extraordinarios a las multinacionales sobre los Estados?
¿Puede ser el periódico EL PAIS objetivo e independiente cuando ciertos titulares pueden ocasionar que caigan sus valores en la Bolsa si producen inestabilidad en la escena política? (Ya ocurrió en 1994 que la bolsa se desplomó por la inestabilidad política desatada por el caso GAL). ¿Será entonces válido eso de «caiga quien caiga»? ¿Podrá ser crítico con el sistema neoliberal y neocapitalista, de forma permanente, si gracias a él se ha enriquecido?.

La linea sectaria del grupo PRISA hacia la Iglesia Católica capitaneada por Cebrián

La cantidad de ejemplos que muestran la linea sectaria del grupo PRISA hacia la Iglesia Católica requiere varios volúmenes, no obstante señalo un interesante conversación que mantiene Juan Luis Cebrián , mano derecha de Jesús Polanco, (académico, consejero asesor de Bankinter , vicepresidente de sogecable, y vicepresidente de la cadena exdirector de El Pais y antiguo director de informativos de la RTVE franquista) con el ex presidente Felipe González en «el libro «El futuro no es lo que era», sobre el tema religioso.

J.L.Cebrián manifestó que: «la Iglesia ha hecho el viaje al revés: era mucho menos un poder fáctico en el momento de la transición que ahora, era una Iglesia mucho más cercana a las fuerzas democráticas en el momento de la muerte de Franco, y ha sufrido después una involución…Hay una presión de la jerarquia y del aparato católico mucho mayor desde que está Wojtyla.
Felipe González en su dialogo con él añade: «…la Iglesia trata de evitar la apertura de costumbres, la progresión de la izquierda, como en los temas de la ley del divorcio, que se promulgó en tiempos de Adolfo Suarez, o la regulación del aborto, aprobada en su etapa. Pero, además, combate la teología de la liberación, que contempla como rebelión anárquica de sus bases, solidarizadas con la pobreza. Lo curioso es que Wojtyla es exponente de la revelión contra el comunismo como sistema totalitario pero no es socialmente capitalista, sólo anticomunista». A lo J.L.Cebrián añade: «Eso dice él». Felipe González, comenta: «Creo que es bastante verdad. Tiene sensibilidad social, le molesta el capitalismo salvaje y, sin embargo, representa una regresión copérnica en materia de costumbres. Esta ebn contra de todo lo que sea un cuestionamiento de la autoridad jerárquica o la doctrina eclesiástica más rancia en materia de costumbres divorcio, aborto, relaciones prematrimoniales, anticonceptivos, etcétera.).»
J.L.Cebrián- «Ésa es una discusión interna de los curas. A mi lo que piense Wojtyla de todo eso me importa una higa. Lo grave es que intentan también una ocupación de espacio político.»
Felipe González-«A mi lo que piense Wojtyla, y lo que se piense en el Vaticano, me interesa, y mucho… Hay poderes importantes que no son ni tienen por qué ser representativos: los mediáticos, el de la Iglesia, el de la banca, el económico-financiero, etcétera. Pero pesan decisivamente en el destino de los pueblos.
J.L.Cebrián: Los medios de comunicación son un poder fáctico de la democracia, peor no lo eran en el comienzo de la transición. Sin embargo , no nos desviemos,…
Posteriormente conversando sobre el tema educativo J.L.Cebrian defiende «que no deberiamos enseñar religión en las escuelas del Estado, ni de manera optativa». González le responde:«Creo que una parte de la formación puede ser la enseñanza de la religión que uno elija. No estoy en el fundamentalismo laico. A lo que Cebrián pregunta: ¿Me estás llamando fundamentalista?. Y el ex presidente le espeto: «Laico, sí. Es lo único en lo que eres fundametalista.
J.L. Cebrián, contesta:«Yo respeto el sentimiento religioso e incluso puedo tenerlo, de hecho lo tengo muchas veces. Sólo que pienso que eso pertenece al ámbito privado de las personas.
F.González: Yo también lo creo ¿y qué? Uno de los problemas de la paz y de la guerra, hoy, vuelve a ser como se resuelve esto que estamos planteando ahora, en nuestras sociedades y en la comunidad internacional.
J.L.Cebrián: La religión es motivo permanente de conflictos armados.
F.González: No sólo la religión, tambien la interpretación excluyente laica respecto a la religión es motivo de enfrentamiento; acicatea la misma actitud…

¿Es honesto su permanente campaña de acusación de la Iglesia Católica , tratando con mayor respeto a otras religiones e incluso sectas?. Constatamos los siguientes hechos silenciados normalmente a la opinión pública:

  1. La mayoría de los miembros de la Iglesia Católica pasan hambre. Viven en una Iglesia objetivamente pobre, aunque muchos de los que nos consideramos cristianos vivimos aburguesadamente.
  2. En la mayoria de movimientos de liberación del mundo, la inspiración cristiana o, cuanto menos, la presencia militante cristiana de fondo, es un hecho.
  3. tarea evangelizadora de cientos de miles de misioneros y de más de 300.000 organizaciones de la Iglesia entre los empobrecidos es sociológicamente una labor de promoción humana digna de reconocer. A no ser, que se pretenda ocultar por sectarismo.

EL PAIS SURGE DEL FRANQUISMO

En referencia a los grandes medios de comunicación; Juan Luis Cebrián dijo:

El público tiene derecho a saber cuánto ganan y cúanto deben, quienes son los dueños,quienes los financian y quienes los hacen»

El imperio forjado por Jesús de Polanco y el antiguo falangista Juan Luis Cebrián como lugarteniente, ha sido creado mediante la corrupción y el servilismo a los poderosos. Comenzó en la etapa franquista con la editorial Santillana y se incorporó al final del franquismo a las «ideas demócratas». Los que se sirvieron del régimen franquista querrán pasar a la historia como los adalides de una democracia por la que nunca lucharon. El coronel José Ignacio San Martín en su libro «Servicio Especial: A las órdenes de Carrero Blanco» en su galería de personajes hace este comentario del empresario Jesús de Polanco:

Algunos de mis colaboradores tendrían contactos con él, con motivo de la Operación «Promesa»( Promotora de Estudios Sociales) iniciada bajo la dirección de Manuel Fraga… No estaba , por supuesto , a favor del régimen , pero tampoco se mostró en abierta oposición al mismo… Se desenvolvía bien con algunos miembros del antiguo equipo de Fraga, especialmente con Pío Cabanillas y Carlos Robles Piquer. Este último, entre los años 1970 a 1973, trabajaba para Polanco en la Editorial Santillana.»

Cebrián señaló el 2 de marzo de 1994, en Barcelona en un debate sobre «El papel de los medios de comunicación durante la transición» que «ABC es el representante más genuino de los cuarenta años de franquismo de este país porque nutrió ideológicamente a las fuerzas de la derecha española que desataron la Guerra Civil», y que la posición de ese periódico es «peligrosa porque genera un clima de guerra civil entre los ciudadanos». Esta es la catadura moral de nuestro académico exfalangista y responsable de informativos de TVE en el franquismo.

LA HISTORIA de EL PAIS. Un periódico que nece aprobado por el franquismo.

Su salto al mundo de los medios de comunicación se produce a comienzos de 1976 con el nacimiento de El País. En esa época, dos empresarios de prensa, Jesús Polanco y Juan Tomás de Salas pugnan con el gobierno de Carlos Arias Navarro para sacar un periódico a la calle que represente el símbolo de la transición política.
Juan Tomás de Salas, editor de Cambio 16, un semanario de economía y finanzas que se había transfomado en una revista poderosa, al estilo de Time o Nerwsweek y que tenía como presidente al socialdemócrata Luis González Seara y a otros «peligrosos rojos», como Carlos Zayas, Miguel Boyer o, Juan Antonio García Diez,
Polanco había arropado su proyecto periodístico de forma más hábil. Entre sus accionistas se encontraban algunos miembros del régimen, como Pío Cabanillas o Manuel Fraga, no demasiado sospechosos de querer socavar los cimientos de la dictadura, que se negaba a morir.

(Según un estudio del profesor de la Facultad de Ciencias de la lnformación Enrique Bustamante, en 1981 el accionariado de Prisa estaba formado, entre otras personas, por dos ex ministros franquistas, cuatro de la UCD, treinta y dos parlamentarios de todas las tendencia y cinco altos cargos del Gobierno).

Además, su director, Juan Luis Cebrián, era un periodista formado en la televisión franquista con un cierto barniz de liberalismo tras su incorporación a Informaciones, un vespertino que no suponía ningún peligro para la clase dominante.
En estas circunstancias, Arias Navarro y su ministro de Información, Andrés Reguera Guajardo, se inclinaron por conceder primero la autorización administrativa preceptiva a Prisa. Ese adelanto permitió el arrollador éxito de El País, un periódico que en octubre de 1976 ya ganaba dinero, y del fracaso de Diario 16, que tardó siete años en hacerse un hueco en el mercado.
Al editor cántabro, que ya había tenido algún que otro escarceo con la prensa, la idea de la operación periodística le parecía realmente atractiva – incluso el propio Manuel Fraga le había animado a que participara en ella -, pero ¿ese proyecto por el que tanto apostaba su colega podría verdaderamente salir adelante? Bien era cierto que en la España de 1972 ya se palpaba un cierto desfase entre el aparato franquista y la sociedad real de este país y quizá un diario con un cierto talante liberal podría canalizar el tímido aperturismo que se palpaba en un sector del franquismo y de la intelectualidad española.
Dos hombres, Ortega Spottorno, hijo del filósofo José Ortega y Gasset director de la Revista de Occidente que fundara su padre en 1923 y también editor como Polanco, desde finales de 1969 trabaja junto con Carlos Mendo, ex director de la Agencia EFE, hombre de Manuel Fraga, y el aristócrata vasco Darío Valcárcel, del diario ABC, trabajaban en el proyecto del un nuevo periódico más en sintonía con los europeos que aglutinara a la derecha aperturista y democrática española y dentro de la órbita de José María de Areilza. El periodista Antonio Alferez, señala en su libro «El cuarto poder en España» que Carlos Mendo era Director de relaciones Externas de la filial española de la multinacional ITT, la Standar Eléctrica, y que a esta empresa se llevaría a su amigo Dario Varcacel Lozano, como jefe de Prensa. (La ITT fue una de las empresas multinacionales que en colaboración con la CIA derrocó el régimen de Allende en Chile) En 1970 en las dependencias de la Estándar Eléctrica habían hablado de este proyecto periodístico.

En 1972 con un capital de 500.000 pesetas fundan junto a Ramón Jordán de Urriés y Juan José de Carlos Aparicio, Promotora de Informaciones, S. A (PRISA), la empresa editora del periódico al que deciden llamar EL PAÍS. Tan sólo les faltaba encontrar el número de accionistas suficiente para cubrir un capital de quince millones de pesetas y, cómo no, contar con la consiguiente autorización del Gobierno que les permitiera sacar a la luz su brillante idea. «José Ortega y yo diseñamos un accionariado muy variado, desde empresarios hasta catedráticos o gentes vinculadas al mundo de la comunicación, que fuera un reflejo de la realidad española de los años setenta», recuerda Dario Valcárcel. «Hicimos un pacto moral por el que la aportación de los accionistas no debía superar una cantidad determinada que primero se fijó en tres millones de pesetas y luego en cinco para preservar la independencia del periódico», asegura.
Tras la reunión con Ortega Spottorno, Polanco se convierte en un accionista más de PRISA, situación que no durará mucho tiempo. En 1973 se incorpora al consejo de administración de la empresa, que se había ampliado de cinco a veintiuna personas, pero además Ortega y Valcárcel, aprovechando que Mendo se había ido a Londres como agregado de prensa en la embajada española con Manuel Fraga, le piden que entre a formar parte junto a ellos dos de la comisión delegada de la empresa, hecho que se produce en abril del mismo año.

«Cuando conocí a Polanco me impresionó su sentido común. Me encontré con un hombre sensato, práctico y con los pies en el suelo. Después con el trato me pareció enseguida un hombre notablemente ambicioso y no comprendo por qué la ambición, necesariamente, tenga que juzgarse como un dato negativo», nos dice Valcárcel. «Era un hombre con facciones muy propias de los cántabros, con las características y cualidades de las gentes de aquella tierra que se explicaba siempre con claridad, no sé si con sinceridad, pero sí con claridad. Además, tenía cierta capacidad para convencer a sus interlocutores y, contra lo que tantas veces es poco usual en España, era moderado en sus expresiones y hablaba menos de lo que escuchaba», continúa. «En 1973, Carlos Mendo, a pesar de desempeñar el cargo de consejero delegado, en la empresa que habíamos formado, apenas confiaba en la Fiabilidad del proyecto y decide marcharse a Londres con el entonces embajador de España, Manuel Fraga. Ortega Spottorno y yo pedimos, pues, a Jesús de Polanco que formara parte de la comisión delegada de la empresa, – incluso tuvimos que convencerle porque él también tenía serias dudas sobre el futuro de nuestro proyecto, se lo pensó durante un tiempo y finalmente aceptó. Vio claramente que el panorama de la información y de la prensa tendría que cambiar en España, se puso manos a la obra y modificó el proyecto inicial que habíamos preparado dándole una cierta coherencia empresarial de la que posiblemente en parte carecía».
«La autorización se aplazaba con pretextos ridículos. Era tan desesperante la situación que incluso en la primavera de 1974 se decidió disolver la sociedad. A Polanco, que no le parecía bien la idea, respetaba la decisión tomada por Ortega, pero yo me negué rotundamente a que aquello sucediera, sobre todo pensando en todas las personas que nos habían ayudado con su entusiasmo y sus aportaciones económicas. Fue un acierto convencer a mis colegas de que continuásemos con la aventura porque si no se hubiera disuelto la sociedad. Además, por aquella época Franco, que ya tenía ochenta años, cayó enfermo. Ese acontecimiento fue un aviso de que estaba muy mal y de que el régimen, por razones ideológicas, debía terminar, lo que alimentó nuestras esperanzas», añade Darío Valcárcel.

La autorización sigue sin concederse, hasta que, a través de Luis Jáudenes, José Ortega y Darío Valcárcel mantienen una reunión con Carlos Arias Navarro. El permiso se obtiene por fin en septiembre de 1975, cuando ya se sabía a ciencia cierta que a Franco le quedaba poco tiempo, y lo otorgaba el ministro de Información y Turismo, León Herrera. La empresa contaba con un capital de 150 millones de pesetas y poco antes Jesús de Polanco ya se había convertido en consejero delegado de PRISA.

Se barajaron varios nombres para el puesto de director del nuevo periódico, primero se pensó en Carlos Mendo e incluso se llegó a tantear a Miguel Delibes, pero el escritor Vallisoletano se negó a ocupar el cargo. «Delibes tenía experiencia de lo que era una empresa periodística y de lo que era llevar un periódico, por lo que podría ser un buen director del diario que queríamos hacer. Se lo pensó durante bastante tiempo, pero al final se negó motivado por la mala salud de su mujer y quizá también por su absoluta falta de ambición personal», asegura Valcárcel. «Después de pensar en otros nombres, Ortega, Polanco y yo mismo pensamos hacerle una propuesta a Juan Luis Cebrián que le transmití en una tabernilla próxima a la Gran Vía y cercana al periódico Informaciones donde trabajaba. La vida da curiosas vueltas, ya que yo estoy en el origen de ese nuevo empleo de Cebrián, con el que pronto mantuve profundas diferencias».

Ortega viajaría a Londres para entrevistarse con el embajador Fraga y conseguiría el visto bueno de Fraga al nombre de Juan Luis Cebrián como futuro director.

El nuevo director de El Pais había nacido en Madrid, en octubre de 1944, en el seno de una familia de clase media acomodada, Juan Luis estudió en el Colegio del Pilar,donde tendría como compañeros a Ignacio Camuñas, Javier Rupérez y Gregorio Peces Barba, entre otros. El entorno profesional de su padre -que durante una etapa fue director de Arriba-propiciaría su vocación periodística y su posterior ingreso en el Pueblo de Emilio Romero.
En el periódico del sindicalismo vertical (en su etapa dorada, con doscientos mil ejemplares vendidos cada día) Cebrián aprendería a dirigir y a organizar, con la zorrería típica de Romero.
El marco familiar de Cebrián era claramente conservador: hijo de falangista y nieto de un coronel médico de la Armada, en sus años juveniles incubó una acusada sensibilidad moral. Tuvo importantes inquietudes religiosas (amistad con Miret Magdalena y Peces Barba; discípulo de Ruiz Giménez; miembro fundador de Cuadernos para el Diálogo).
Años después, desaparecida la inquietud religiosa, Cebrián parece haber abrazado una cierta ética laica. Convertido, desde el puesto de mando de El País, en un mandarín de la transición, un «intelectual bonito» de los que hablaba Amando de Miguel que se declara «conservador de izquierdas o liberal progresista».